Tenía razón Walter de Silva cuando afirmó: “El Audi A5 es el coche más bello que jamás he diseñado”. Corría el año 2007, y por aquél entonces Audi causó una auténtica revolución con el lanzamiento de un atractivo coupé, el Audi A5, fruto del genio creador del que fuera jefe de diseño de la marca, Walter de Silva. Con este vehículo la firma de los cuatro aros recuperaba una tradición que refrescó la mente de los buenos aficionados, amantes de los coupés, con la imagen del célebre Audi Coupé de los años “80”. Por otro lado era el fruto de la moderna interpretación de un concepto clásico, el GT o Gran Turismo de toda la vida. Un coupé rápido, cómodo, capaz de acoger a cuatro pasajeros y dotado de una gran elegancia formal, en sintonía con un diseño deportivo.

Esta segunda generación del A5 es un vehículo totalmente nuevo

El problema surge a la hora de renovar automóviles con este marchamo, bendecidos por un mercado que sabe apreciar lo bello. Todo se puede superar, todo avanza, esencialmente en el campo de la tecnología; pero en materia de creatividad no se pueden aplicar los mismos criterios, no resultarían válidos. Por ello, llegado el momento del relevo generacional, de concebir el nuevo Audi A5 (la segunda generación del modelo), los responsables de diseño de la firma echaron mano de una receta que siempre da muy buenos resultados: cambiar sin que se note mucho. Esta segunda generación del A5 es un vehículo totalmente nuevo en todo, en estructura, en la incorporación de innovadoras tecnologías y también estrena carrocería. Una carrocería que no aprovecha ningún panel ni componente de la anterior, pero que sin embargo conserva una gran similitud con el modelo original, además de incorporar todos los característicos rasgos del actual patrón estilístico de la firma.

Una de las señas de identidad que dotaba de mayor personalidad al primer Audi A5 Coupé era su línea de cintura en forma de onda. El nuevo A5 Coupé no solo conserva esta sensual ondulación sino que además la luce de forma mucho más marcada, cobrando aún mayor protagonismo. En lo que respecta al frontal destaca la nueva parrilla hexagonal, propia de las últimas creaciones de Audi, que es una evolución de la anterior con forma de trapecio invertido. Esta parrilla, más baja y ancha, va flanqueada por unos vistosos faros que pueden ser de led en las versiones superiores. También llama la atención la superficie del capó, menos lisa gracias a unos perfiles con mayor relieve que siguen el dictado del lateral.

Dentro de la gama Audi A5 Coupé, el modelo 3.0 TDI 218 CV S Line Quattro S tronic, que cuesta 58.670 euros, monta un motor V6 diésel de 3 litros de cilindrada que desarrolla una potencia máxima de 218 CV. Es un motor para los amantes de cilindradas generosas que tampoco comulgan con las mecánicas de 4 cilindros. Prefieren y quieren presumir de llevar bajo el capo propulsores de 6 cilindros por el refinamiento que aportan. Extraer 218 CV de una mecánica diésel turboalimentada de 3 litros significa que no va nada “apretada”, con la consiguiente ventaja en lo que a longevidad respecta, sin dejar en el tintero su suave funcionamiento así como ese bronco sonido que aparece cuando se acelera con decisión. Este propulsor lleva acoplado un cambio automático S tronic de doble embrague con 7 velocidades, dotado de su correspondiente programa sport y con la posibilidad de manejo manual-secuencial a través de la propia palanca o de las levas situadas en el volante. Es un cambio que se adapta muy bien al carácter del vehículo, puesto que permite una conducción muy relajada a la vez que responde con prontitud cuando se quiere disfrutar de la esencia deportiva que ofrece el coche.

Tan brillante conjunto motor-cambio se complementa con el sofisticado sistema de tracción total permanente Quattro. El sistema Quattro emplea un diferencial central planetario para distribuir inicialmente el par en un porcentaje del 60% a las ruedas traseras y del 40% a las delanteras. En función de la adherencia y de las condiciones dinámicas, el tren trasero puede recibir hasta un 85% de la fuerza motriz, mientras el máximo par que puede percibir el delantero se cifra en un 70%. Por medio del Audi Drive Select se puede configurar el vehículo en función del modo de conducción que se seleccione. Hay disponibles cinco programas: Comfort, Auto, Dynamic, Efficiency e Individual, que intervienen sobre la respuesta del acelerador, el funcionamiento del cambio automático, el grado de asistencia de la dirección y la dureza de los amortiguadores. El contenido consumo en condiciones normales de uso del vigoroso V6 (4,6 l/100 km en ciclo combinado) puede rebajarse aún más seleccionando el programa Efficiency. Ahorro al que también aportan su granito de arena la cura de adelgazamiento a la que se ha sometido esta segunda generación del A5 y la eficiencia aerodinámica que facilita un coeficiente aerodinámico o Cx de tan solo 0,25.

El A5 Coupé tiene un habitáculo configurado para que puedan viajar con comodidad cuatro personas y sus equipajes

El acabado o paquete S Line incluye elementos como, el retrovisor interior antideslumbrante, retrovisores exteriores plegables eléctricamente y calefactables, navegador, Faros led, intermitentes dinámicos, llantas de 19 pulgadas, asistente de aparcamiento, asientos deportivos y paquete exterior S Line. Este paquete potencia el aspecto deportivo del coche sin hacerle perder un ápice de elegancia. Consta de una rejilla gris oscuro con láminas en aluminio mate, paragolpes específicos, umbrales de las puertas con tiras negras en relieve y difusor trasero en gris oscuro mate. En el interior impresiona la configuración del salpicadero, en clara sintonía con el diseño exterior. Su arquitectura horizontal y la línea continua de las salidas de ventilación crean sensación de amplitud. Como novedad incorpora, el Audi virtual cockpit, una pantalla TFT de 12,3 pulgadas totalmente configurable que sustituye al convencional cuadro de instrumentos de relojes. En el centro del salpicadero destaca la pantalla de 8,3 pulgadas del sistema multimedia. A diferencia de otros sistemas esta pantalla no es táctil, con la ventaja que aporta el no quedar manchada con las huellas dactilares. Algunas pantallas táctiles tienen una superficie bastante propensa a quedarse impregnada con las huellas de los dedos, lo que resta visibilidad en algunas situaciones.

Las distintas funciones del sistema multimedia se accionan mediante una ruleta situada en la consola central y una serie de botones adyacentes. Algunas de estas funciones pueden activarse mediante voz. Por añadidura, la superficie táctil de dicha ruleta permite introducir caracteres con los dedos, números y letras, además de captar los gestos que se hagan con los mismos para, por ejemplo, hacer zoom en el mapa del navegador.

Con una longitud de 4,67 m y un maletero de 465 l, el A5 Coupé tiene un habitáculo configurado para que puedan viajar con comodidad cuatro personas y sus respectivos equipajes. Evidentemente las plazas traseras son un poco restringidas, pero ofrecen la suficiente comodidad en viajes largos a pasajeros que no sobrepasen 1,80 m de altura. Pese a su elegante palmito de coupé no renuncia a detalles prácticos, como los respaldos de los asientos traseros abatibles en tres mitades. Dado el confort de marcha que brinda resulta ideal tanto para un uso diario como para largos viajes. También se siente muy a gusto en zonas sinuosas, aunque no es un deportivo puro. La posibilidad de endurecer la suspensión acentúa la deportividad. En las curvas con fuertes apoyos, el balanceo es mínimo, mientras la fidelidad de la trayectoria dibujada es ejemplar. Una fidelidad a la que contribuye de forma notable la tracción integral Quattro, que además administra perfectamente el generoso par motor de 400 Nm entre 1.250 y 3.750 rpm.