Joaquín Sorolla (Valencia, 1863- Madrid 1923) conoció a Antonio García Peris siendo muy joven. El prestigioso fotógrafo no tardó en inculcarle su arte como pasión y generó en la cabeza del pintor valenciano la necesidad de inmortalizar instantes, de hacer de los recuerdos algo palpable. Así, Sorolla empezó a guardar imágenes y se prestó a ser el protagonista de otras muchas. Su colección llegó a tal magnitud que hoy se cifra en más de seis millares de ejemplares.

En ellas se encuentran desde instantáneas que muestran a Sorolla trabajando o imágenes sacadas por grandes fotógrafos como Christian Franzen y Nis, que enseñan aspectos inéditos del pintor, sobre todo de su vida familiar. "Sorolla fue un personaje muy célebre de joven y fue objetivo para muchos fotógrafos. Además poseía las mejores fotografías de su tiempo", asegura Blanca Pons, comisaria de la muestra Sorolla en su paraíso. Álbum fotográfico del pintor, que se expone en el Museo Sorolla de Madrid y que muestra al valenciano desde puntos de vista muy personales y a través de las fotografías que el pintor iba guardando.

Al morir, su viuda, Clotilde García del Castillo, donó la colección fotográfica de Sorolla al museo que lleva su nombre y en junio más de 6.000 imágenes aparecerán en la página web de la institución para "que todo el mundo pueda acceder a ellas". El trabajo de digitalización empezó en 1983 aunque no fue hasta 2001 "cuando se emprendió el proyecto financiado por la Fundación Museo Sorolla para realizar la catalogación razonada de los fondos a través del programa informático Domus, implantado en todos los Museos dependientes de la Subdirección General de Museos Estatales", asegura la comisaria, Blanca Pons.

La colección se divide en varios grupos, la parte reunida por el propio pintor Joaquín Sorolla, "el núcleo más importante", además de los fondos aportados por su hijo entre los que se encuentran los retratos que les realizaron sus amigos. Además, también incluye fotografías de las actividades del museo que nació bajo la dirección de su hijo, en 1932. Dentro de este fondo aparecen panorámicas posteriores a la inauguración del museo, su rehabilitación y la obra de la Casa Sorolla.

Toda la colección se ha digitalizado pero para la exposición, que se podrá visitar hasta el 1 de octubre, se ha seleccionado un grupo reducido de fotografías. "Incluye dos excepcionales autorretratos del artista y una cuidada selección de publicaciones gráficas de la época, en las que se publicaron los retratos y reportajes del pintor", aseguran. En total 70 fotografías que pretenden acercar al público general a la faceta más inédita y personal del pintor.