Esta vez no se trata de un muro, ni de un cuadro. La ocasión es el festival Music Dealers que se celebra en Madrid durante las fiestas de San Isidro. La artista es Nuria Mora. El camión, como siempre, es del empresario transportista Jaime Colsa, proprietario de Palibex. Música electrónica y arte urbano. Dos mundos contiguos, curtidos en la calle y reclamados por los grandes museos, parecen ahora a punto de escaparse, otra vez, de los corsés del oficialismo cultural.

Arte urbano en formato camión

El camión que pintará Nuria Mora es el número 26 de Truck Art Project, el movimiento que en los últimos años ha transformado en lienzos itinerante las paredes de los camiones de transporte de la compañía Palibex. “Nuestro objetivo es llegar a cien”, dice Zigor Cavero, de Ink and Art Movement y comisario del proyecto junto a Óscar Sanz. Este proyecto innovador tiene sus raíces en las pintadas de los vagones de trenes y metro. “Participan los artistas más representativos de este tipo de arte”, explica Cavero, “se enfrentan al reto de conservar la esencia del arte mural y adaptarla a una flota de furgonetas que mueven por las autovías”.

Nuria Mora se enfrenta por primera vez al reto de pintar un camión

Si hay algo del que Nuria Mora es incapaz de separarse es el estuche donde tiene los pinceles, muy parecido a un pequeño mantel de cocina. “Mi arte es abstracción geométrica” dice antes de sacar los sprays. Para ella, pintar un edificio de 20 plantas o una chapa es poco menos que lo mismo: “Trabajo teniendo en cuenta el entorno. En este caso el entorno va cambiando. He elegido formas y colores dando la prioridad a la visibilidad, porque se verá como un flashazo por la carretera”. La idea de entregar su arte a las ruedas de los camiones le gusta, le parece transgresora.

Una colección temporal y sin dueño

Entre el nutrido grupo de empresarios que aman al arte, Jaime Colsa es una figura contracorriente. Hubiera podido seguir comprando arte, como hace desde que tenía 16 años, sin más. Pero ha querido el arte le acompañara en su trabajo cotidiano y compartirlo con los miles de conductores de las carreteras españolas que cruzaran sus camiones. “Me gusta el arte contemporáneo, los artistas de mi generación, las propuestas relacionadas con la época que vivimos”, dice a El Independiente.

Los empresarios tienen que generar también riqueza cultural

No quiere que le llamen mecenas, pero reconoce su compromiso para apoyar el talento. En su opinión los empresarios no tienen sólo la obligación de crear empleo, sino también la responsabilidad de generar riqueza cultural. Convertir la flota de Palibex en una galería de arte itinerante es un proyecto ambicioso y efímero al mismo tiempo. Es consciente que la intemperie borrará las obras de artistas como Suso33, Okuda o Pantone. “Lo único que quedará es el trabajo de documentación”, admite Colsa. Pero lo efímero no se acaba aquí. Por exigencia del trabajo, los camiones pintados nunca se podrán ver todos juntos en el polígono de Villaverde (Madrid). Solo falta, en esta época hiperconectada, un sensor que nos indique en un mapa interactivo por dónde van.