Economía

Así es la apuesta de los gigantes del motor para liderar el coche eléctrico

Un coche eléctrico, en plena carga.

Un coche eléctrico, en plena carga. Europa Press

El coche eléctrico es el futuro. Lo saben los Gobiernos, lo advierten las organizaciones ecologistas y los estudios de los expertos y, por supuesto, lo tienen bien claro los fabricantes de automóviles, que dedican cada vez más esfuerzos económicos y materiales para alcanzar esta meta.

Los avances, en cualquier caso, están llegando a una velocidad exasperantemente lenta. La falta de apoyo público, la ausencia de medios y los altos precios provocan que la demanda aún sea mínima, sin importar que las grandes ciudades ya estén legislando para solucionar los graves problemas de polución.

Los intereses de industrias muy relevantes, empezando por la petrolera, para que no termine de llegar la era del coche eléctrico no han impedido que las principales marcas de coches estén invirtiendo ya enormes sumas de dinero para posicionarse a la cabeza del sector.

Así, en un plazo de una década la industria automovilística invertirá hasta 90.000 millones de dólares, casi 75.000 millones de euros, para el desarrollo de modelos totalmente eléctricos que sumar a su catálogo.

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A eso hay que sumar el empuje de un gigante como Tesla, cuya presencia ha ayudado al resto de actores a darse cuenta de la importancia de ocupar un hueco en el futuro de los coches. La compañía presidida por Elon Musk se está encontrando con muchos problemas a la hora de fabricar el Model 3, su primer modelo de masas por su precio de 35.000 dólares, pero no se puede negar que ha sido clave para desbrozar el camino.

Ford

El gigante estadounidense ha vivido un año 2017 complicado, con cambios en la directiva. Mark Fields ocupó el sillón demando reemplazando a Jim Hackett tras un ejercicio en el que la compañía mantuvo la rentabilidad, pero en la que se estancaron los ingresos y los márgenes se hicieron más pequeños.

El primer gran paso de Ford en el mundo de los vehículos eléctricos fue en el año 2015, cuando anunciaron la inversión de 4.500 millones de dólares, más de 3.500 millones de euros al cambio actual, para poner sobre las carreteras 13 modelos antes del año 2020.

Un Ford eléctrico. FORD

La apuesta quedó redoblada en enero de este mismo año, cuando los directivos anunciaron que van a dedicar hasta 11.000 millones de dólares, casi 9.000 millones de euros, para cumplir con el objetivo de tener ese primer coche puramente eléctrico en los concesionarios antes de que comience la próxima década.

La idea es que la inversión continúe hasta, al menos, el año 2022 para poder tener en su catálogo 16 modelos de coches eléctricos diferentes. De momento parece que los accionistas no están apoyando esta estrategia, ya que las acciones de Ford han caído algo más de un 10% en lo que llevamos de año, dejando el valor del gigante de Dearborn en el entorno de los 45.000 millones de dólares, casi 37.000 millones de euros.

Volkswagen

El grupo alemán es, probablemente, el más ambicioso de toda la industria. Su apuesta por los coches eléctricos va a ser muy importante, por la cantidad de marcas que aglutina bajo su nombre. Desde la sede central de la compañía en Wolfsburgo se rigen los designios de Audi, Porsche, Bentley o, por supuesto, Volkswagen.

El controvertido conglomerado dirigido por Matthias Müller tiene la intención de crear una suerte de duplicado de cada uno de sus coches, pero en versión eléctrica, antes del año 2030. Es un objetivo difícil de conseguir, ya que en su catálogo total se encuentran a día de hoy más de 300 modelos diferentes.

Un Volkswagen eléctrico, en el salón de París.

Para conseguir esa meta el primer paso es tener un suministro de baterías que pueda satisfacer las necesidades que van a tener. Como pagar a un tercero por ellas es bastante caro, en Volkswagen han decidido dedicar 60.000 millones de dólares, casi 50.000 millones de euros, para construir cuatro plantas de fabricación de baterías, inspiradas en las Gigafactorías de Tesla, que sean capaces de cubrir esos números de stock.

De momento los planes del grupo germano pasan por mantener sus vehículos de combustión, que sirvan como un puente para enlazar el presente con los coches del futuro.

Daimler

El gigante de Stuttgart une las marcas Smart y Mercedes, uno de los históricos de la potente industria alemana. En el pasado mes de septiembre, durante el Frankfurt Motor Show, desvelaron parte de su estrategia que pretende tener en las calles 10 modelos eléctricos, uno de ellos el popular SUV, las siglas de Sport Utility Vehicle en inglés.

La Generación Eq tendrá esa decena de miembros antes de los próximos seis años. Uno de ellos, el F015, tiene un diseño muy futurista que lleva la firma de su diseñador jefe, Gordon Wagener, encargado de estos nuevos modelos en los últimos dos años.

Representación de un Mercedes alimentado con electricidad.

Mercedes no es la única firma que tiene Daimler, por mucho que sea la más importante. El peso de Smart ha ido creciendo de la mano del car sharing, sobre todo gracias a la asociación con Car2Go, cuyos coches son cada vez más habituales en ciudades de toda Europa y, por supuesto, en las españolas.

La idea es que toda la flota de coches que tiene la empresa de vehículos compartidos sea eléctrica en la próxima década, y para eso va a hacer falta hacer muchas, muchas unidades.

Volvo

El gigante de la automoción sueca ha prometido que dejará de fabricar coches que utilicen exclusivamente hidrocarburos a partir del año 2019. Dejan así los motores de combustión interna para centrarse en los híbridos y en los puramente eléctricos.

"Es todo por el cliente. La gente demanda coches eléctricos y nosotros vamos a responder", ha afirmado el presidente de la compañía, Hakan Samuelsson, en un comunicado hecho público el pasado mes de julio.

Volvo lleva la bandera sueca, si bien ahora mismo es propiedad de la china Geely Holding Group, que se la quedó después de que Ford decidiera venderla. Pese a ello, sus raíces se mantienen escandinavas y la sede continúa en Gotemburgo.

Imagen de un Volvo eléctrico.

Lo cierto es que Volvo lo tiene algo más fácil que sus competidores. Suecia es uno de los países con mayor porcentaje de matriculaciones de coches eléctricos, cuyas ventas aumentaron un 50% en el año 2016 hasta rozar los 14.000 coches nuevos. A cierre del año 2017 había en las carreteras suecas alrededor de 40.000 coches eléctricos.

Los planes de Samuelsson marcan que entre 2019 y 2021 se pongan a la venta cinco modelos impulsados con energía limpia. Tres de ellos llevarán el sello de Volvo, mientras que los otros dos estarán bajo el abrigo de Polestar, una de sus líneas más importantes.

Todas los fabricantes tienen el coche eléctrico en sus planes estratégicos, pero siempre a varios años vista. De momento, la falta de ayudas públicas, los altos precios y la escasa demanda son las únicas razones para que no se lancen de lleno a poner en las calles coches totalmente limpios.

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