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Las reclamaciones por tarjetas 'revolving' crecen un 800% en dos años

En 2020 el Banco de España recibió 1.869 reclamaciones por este tipo de tarjetas; en 2018, fueron 204.

Una cartera con tarjetas de crédito y billetes.

Pixabay / Stevepb

En el primer año de la pandemia, las reclamaciones de los ciudadanos al Banco de España crecieron un 45%. Si bien las hipotecas fueron el producto que acumuló más quejas, es llamativo el incremento de reclamaciones que acumulan las tarjetas. En concreto, el supervisor bancario recibió 5.622 reclamaciones, un 114,7% más que un año atrás.

La Memoria de Reclamaciones publicada este martes por el Banco de España señala que el incremento se debe a dos factores. En primer lugar, por las quejas por operaciones “presuntamente fraudulentas con tarjeta”, que han crecido un 138,6% hasta las 1.942. En segundo lugar, por el incremento de las reclamaciones por tarjetas revolving, que alcanzaron las 1.869 el año pasado, lo que supone un incremento del 212% en un año y del 800% en los dos últimos años.

Las reclamaciones por este tipo de tarjeta fueron 204 en 2018 y se han multiplicado por más de siete en solo dos años. Se trata de una tendencia que ya observó el supervisor bancario a finales de 2019: “la pérdida de peso relativo a las reclamaciones relacionadas con la contratación hipotecaria y la creciente relevancia de las reclamaciones relativas a la comercialización y al uso de tarjetas”.

En el caso de las reclamaciones sobre tarjetas revolving, el documento señala que “destacan las reclamaciones presentadas con motivo de la falta de entrega de documentación relativa a ellas (copia del contrato suscrito e histórico de liquidaciones practicadas”.

Características de las tarjetas revolving

Estas tarjetas se caracterizan por permitir el cobro aplazado mediante cuotas, aplicando intereses muy altos. “Las cuantías de las cuotas que el titular de la tarjeta abona de forma periódica vuelven a formar parte del crédito disponible del cliente (de ahí su nombre, revolving), por lo que constituye un crédito que se renueva de manera automática a su vencimiento mensual, de tal forma que en realidad es un crédito rotativo equiparable a una línea de crédito permanente, y sobre el capital dispuesto se aplica el tipo de interés pactado”, recoge el Banco de España.

Las revolving suelen tener un tipo de interés más elevado que los préstamos y la deuda se va renovando porque aumenta cuando se utiliza la tarjeta. En este sentido, el Tribunal Supremo fijó que aquellos contratos que aplicasen intereses superiores al precio normal del dinero y manifiestamente desproporcionados se considerarán usurarios y deberían ser anulados.

Durante 2020, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital publicó una orden ministerial que obligaba a las entidades a informar con carácter trimestral sobre el importe del crédito dispuesto, el tipo de interés, la modalidad de pago establecida, así como la cuota fijada en ese momento para la amortización del crédito, la fecha en que se terminaría de pagar el crédito y la cuantía total que pagaría el cliente si no se realizasen más usos ni se modificase la cuota.

Sin embargo, pese a la sentencia del Alto Tribunal que consideraba usura un interés por encima del 20% y la orden de Economía para garantizar mayor información y transparencia de cara al cliente, las reclamaciones sobre este tipo de tarjetas se han multiplicado en los últimos años.

Entidades

Sobre las entidades que acumularon más reclamaciones relativas a tarjetas de crédito y débito -ya sea por uso fraudulento o por revolving-, la Memoria sitúa a Bankinter Consumer Finance en primer lugar y explica que “con 17 informes favorables al reclamante sobre tarjetas tiene 14 veces más de lo que le correspondería según su cuota de negocio en este producto”. Wizink e Ibercaja completan el podio.

Por otra parte, el documento apunta que Santander, “con 225 informes favorables al reclamante, tiene 2,4 veces más de lo que le correspondería según su cuota de negocio en este producto. Es significativo que, de estos 225 informes favorables al reclamante, 172 lo son por operaciones en las que el reclamante alegaba haber sufrido algún tipo de fraude en su operativa de pagos con tarjeta”.

Durante todo 2020, el Banco de España atendió 21.320 reclamaciones de clientes y 46.884 consultas. Las entidades devolvieron más de 3 millones de euros a los clientes, fruto de estas reclamaciones, se trata del importe más alto de la última década.

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