Liz Truss dimitió este jueves como primera ministra de Reino Unido. Cuarenta y cuatro días después de que entrara en el 10 de Downing Street, Truss ha marcado un récord del Gobierno más corto del país. Su plan fiscal, con el que quería eliminar el tipo marginal del 45% que gravaba los ingresos por encima de 150.000 libras (171.596 euros) anuales, no fue bien recibido y causó revuelo en la economía británica. La libra esterlina se desplomó hasta mínimos en su cambio tanto con el dólar como con el euro.

De hecho, tuvo que intervenir el Banco de Inglaterra para evitar un riesgo sistémico, que obligó a la ya ex primera ministra a rectificar. En un mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter, el ministro de Finanzas británico, Kwasi Kwarteng, indicó que «la abolición del tipo del 45% se ha vuelto una distracción para nuestra misión primordial de atajar los desafíos» del país .«Lo entendemos y hemos escuchado», apostilló y se comprometió a seguir adelante con la mayor parte del plan de rebajas de impuestos.

“Llegué al poder con la idea de bajar impuestos, impulsar la economía y aprovechar las libertades del Brexit…No he podido llevar a cabo el mandato. Dimito como líder del Partido Conservador». La dimisión de Liz Truss sentó bien a los mercados. La libra subió tras el anuncio hasta los 1,12 dólares (tocó los 1,08 con el plan fiscal) y la bolsa cerró con una subida. Además, el rendimiento de los bonos a 10 años se situó en torno al 3,9%, por debajo de su máximo de principios de octubre, que rondaba el 4,5%.

Scott Service, gestor de cartera y codirector de renta fija global, Loomis Sayles (Natixis IM), explica que “tras el desastroso presupuesto presentado hace unas tres semanas, que conmocionó a los mercados británicos, no es de extrañar que Liz Truss se viera obligada a dimitir”. Eiko Sievert, director de calificaciones del sector público y soberano de Scope Rating, explica que el sucesor de Truss será el encargado de restablecer la credibilidad fiscal del país tras los errores del Gobierno. No obstante, matiza Sievert, “la política partidista, la crisis energética y la subida de los tipos de interés hacen que las circunstancias sean complejas”. De hecho, explica que restablecer la reputación de las finanzas públicas británicas dependerá en gran parte del aumento de los impuestos y de los recortes del gasto, que serán medidas muy poco populares entre las alas influyentes del Partido Conservador en el poder.

Restablecer la reputación de las finanzas públicas británicas dependerá en gran parte del aumento de los impuestos y de los recortes del gasto

Hay que recordar que las previsiones de crecimiento del anterior Gobierno parecían poco realistas, ya que se situaban en el 2,5% anual. Por ello, Sievert considera que el nuevo paquete presupuestario debería contribuir a calmar aún más los mercados financieros, que se habían estabilizado antes de la dimisión de Truss y se han mantenido estables.

Más allá del mercado, Gordon Shannon, gestor de TwentyFour Asset Management, asegura que la inflación “sigue siendo un problema a medio y largo plazo para el Reino Unido". A pesar de la buena reacción de los mercados, Axel Botte, estratega de mercados de Ostrum AM (Natixis IM), avisa que todas las miradas estarán puestas en la próxima subida de tipos del Banco de Inglaterra, que “tendría que ser de no menos de 100 puntos básicos o la libra retrocederá".

El mercado prevé actualmente un aumento significativo de los tipos de interés durante el próximo año, ya que los costes de la energía siguen siendo elevados y los mercados de trabajo siguen siendo bastante ajustados. Sin embargo, el vicegobernador del Banco de Inglaterra ha declarado que no cree que los tipos deban subir tanto como esperan los inversores, ya que la ralentización de la demanda debería ayudar en el frente de la inflación. “Ya veremos; esperemos que el Banco de Inglaterra no se encuentre entre la espada y la pared", puntualiza Service.

Y es que el Banco de Inglaterra cree firmemente que la próxima recesión resolverá su problema de inflación. James Athey, investment director de abrdn, considera que “es muy posible” que tenga razón, “pero yo sigo creyendo que es una estrategia demasiado dependiente de la esperanza y que juega a la ligera con su credibilidad, una divisa que se ha ganado a pulso y que se pierde fácilmente”.

Orla Garvey, gestora senior de carteras de renta fija de Federated Hermes Limited, apunta a que el nuevo nombramiento de primer ministro no moverá mucho el mercado “a menos que algunos de los candidatos sean considerados más radicales en términos de su perspectiva fiscal, lo que parece poco probable”.

Ahora Reino Unido se prepara para los presupuestos del país que los presentará el 31 de octubre, el inicio del endurecimiento cuantitativo el 1 de noviembre (el Banco de Inglaterra comienza a retirar estímulos) y la larga lista de decisiones de los bancos centrales de los mercados desarrollados que se producirán en las próximas dos semanas.