La rentabilidad de las letras del Tesoro ha hecho que el interés de los particulares por este producto haya aumentado considerablemente. De hecho, los inversores minoristas han comprado 400 millones de euros en letras a través de la web del Tesoro solo en enero. Una cantidad que iguala a todo el dinero destinado por este colectivo en 2022. Los españoles también pueden comprar este producto a través del Banco de España o en las entidades bancarias.

La última subasta de letras de 3 y 9 meses se celebró el pasado 17 de enero. El Tesoro Público colocó 2.052 millones de euros en la que fue la tercera subasta del año, y lo hizo con una rentabilidad del 2,198% para las de tres meses, su nivel más elevado desde 2012, y del 2,839% para las de nueve, el nivel más alto conseguido desde que comenzó en 2013. Estos porcentajes tan altos de remuneración hicieron que la demanda conjunta de ambas referencias superase los 7.823,2 millones de euros, más del triple de lo finalmente adjudicado.

También la subasta de bonos y obligaciones levanta gran expectación. La última se celebró el pasado 19 de enero y el Tesoro colocó 5.337 millones de euros con una demanda de 9.189 millones de euros. Las obligaciones a 5 años se colocaron en el 2,633%. En las Obligaciones del Estado con una vida residual de 7 años y 3 meses, tuvieron una rentabilidad del 2,723%, por encima del 0,436% de la subasta anterior. Por último, en las Obligaciones del Estado con una vida residual de 17 años y 6 meses el Tesoro situó el interés en el 3,220%.

La próxima subasta se celebra este jueves 2 de febrero y el Tesoro espera colocar entre 5.250 millones y 6.750 millones de euros. La subasta será de bonos del Estado a 3 años; Obligaciones del Estado con una vida residual de 5 años y 3 meses; Obligaciones del Estado indexadas a la inflación y con una vida residual de 7 años y 10 meses; y Obligaciones del Estado a 20 años.

La primera subasta del año se celebró el 10 de enero con deuda a corto plazo con una emisión de letras a 6 y 12 meses con una rentabilidad que rozó el 3% en las segundas (2,998%), la más alta desde 2012. Los inversores mostraron su interés por los títulos de deuda españoles y la demanda conjunta de ambas referencias (9.793,39 millones de euros) ha llegado a duplicar lo finalmente adjudicado en los mercados, que fue de 4.893,84 millones de euros.

Este aumento del interés también se ha reflejado en el Banco de España. El organismo, que no cuenta con datos públicos sobre cuánta gente ha comprado letras y bonos del Estado, ha registrado un “notable” incremento de las operaciones de compra de deuda a través del servicio de Cuentas Directas, tanto en Madrid como en sucursales.

Un incremento, que sin datos concretos, también se nota en las largas filas en la puerta del Banco de España en Madrid. De hecho, el pasado 27 de enero, el Banco de España comunicó que a partir del 7 de febrero será necesario solicitar cita previa para asistir de forma presencial al servicio de Cuentas Directas del organismo tanto en Madrid como en las sucursales.

Fuentes del sector bancario aseguran que se ha detectado un incremento de clientes que quieren adquirir títulos de renta fija tanto en las emisiones directas (en las subastas del Tesoro) como indirectamente, es decir, adquiriendo estos títulos de renta fija en el mercado cotizado de renta fija.

El interés despertado por estos productos entre los inversores minoristas se debe, entre otras cosas, a la falta de remuneración de los depósitos. La gran banca española todavía no ha repercutido a estos productos la subida de tipos que sí que se está notando en los créditos y préstamos. Los bancos han aumentado sus márgenes debido al mayor aumento de ingresos por la subida de los intereses. Sin embargo, esta subida por parte del Banco Central Europeo no se ve en los depósitos. De hecho, los principales directivos de estas grandes entidades descartan, todavía, que se vaya a remunerar e incluso que vaya a haber una guerra por el pasivo. El exceso de liquidez con el que cuentan hace que no tengan urgencia en conseguir más.