Economía

La amenaza del conejo de 'Jurassic Park' se extiende por España: "Ya ha afectado a la salud humana y animal"

Imagen de archivo de un conejo

Imagen de archivo de un conejo EP

El extraño conejo que tal y como publicó este diario arrasaba las cosechas de Castilla-La Mancha y el sur de Madrid ya es un problema de índole nacional. Según datos de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), hay más de 1.400 municipios afectados en 10 comunidades autónomas en lo que la organización profesional ha calificado como el 'Jurassic Park cunícola en el campo español', ya que el conejo al que se atañen los daños se caracteriza por sus grandes dimensiones más propias de un híbrido que del ejemplar de monte tradicional.

Javier Fatás, responsable de Medio Ambiente y Fauna Salvaje de COAG y productor de cereales en Zaragoza, explica en conversación con El Independiente el drama con el que viven agricultores de más de la mitad de comunidades de España: "Los cultivos están arrasados por varias zonas. La presión poblacional es tremenda. Además, es cuestión de tiempo que se extienda a aquellas regiones donde todavía no se ha instalado". COAG apunta a que el destrozo causado por la plaga de conejos híbridos afecta a un millón de hectáreas y las pérdidas se elevan por encima de los 800 millones de euros.

El descontrol que denuncian los agrarios es tal que, según advierte Fatás, el perjuicio supera el plano medioambiental: "Cada vez nos preocupa más porque ha habido casos de afecciones por garrapatas tanto a mascotas como a gente que trabaja en el campo. En Murcia se han dado varios casos de contagios de enfermedades". El responsable de Medio Ambiente y Fauna Salvaje de COAG señala de que la trasmisión al ámbito doméstico también se ha producido así en jardines cercanos a las poblaciones donde las garrapatas se han ido a las mascotas. "En los humanos es más difícil porque uno lo detecta, pero por ejemplo en los niños es muy peligroso", indica Fatás.

El riesgo de la propagación de enfermedades crece en el mundo animal con la sequía y el calor del verano. COAG apostilla que las altas temperaturas serán caldo de cultivo para que proliferen otro tipo de plagas y enfermedades ligadas a la sobre población de conejos, "derivando en una problemática de sanidad animal y humana". "Es el caso de las garrapatas. Las aves migratorias provenientes de África las traen y los conejos se infectan de las mismas en los humedales. A partir de ahí, alojadas en sus orejas, las distribuyen a lo largo y ancho del campo español. Ya ha habido casos de agricultores y senderistas hospitalizaciones por picaduras de las mismas", afirma Pedro Gomáriz, responsable del Área de Fauna Salvaje de COAG y agricultor afectado por los daños de conejos.

Osvald Esteve, responsable de Fruta Dulce de COAG y productor en Lleida, ha alertado de que en el caso de los cultivos leñosos no sólo producen daños en la  producción: "Obligan a tener que sacar los árboles y replantar, con los gastos y pérdidas que eso conlleva. Hasta los 5 o 6 años no se empieza a tener una cosecha normal".

Control de la plaga de conejos

La batalla entre los agricultores y los depredadores de sus cosechas es una cuestión histórica; sin embargo, una de las diferencias entre este conejo híbrido y el autóctono de montes es que "tradicionalmente el conejo iba hacia lugares de secano y de monte donde tenía más recursos, pero este conejo no tiene problema y hace madrigueras en medio de los campos y cuanto más comida tienen en regadíos y zonas de frutales más arrasan y más fuertes son".

La estrategia del conejo pasa por hacer madrigueras y colarse por debajo de los vallados. Una vez localizado el punto del bufé, los cultivos, "hacen su madriguera dentro del propio vallado, por lo que el obstáculo les sirve para no salir de esa zona y así protegerse de los depredadores", comenta Fatás, que asevera la ineficia de llenar el campo de vallas para proteger los frutos de su trabajo: "Es inviable. No solo económicamente -vallar una hectárea ronda un precio mínimo de 2.000 euros-, sino ambientalmente, porque corta la depredación y la biodiversidad de esos ecosistemas".

La solución a la que se agarran los productores por el momento es la presión cinegética, aunque no por gusto, sino porque es la única alternativa posible. Fatás lamenta que en infraestructuras ferroviarias, carreteras, campos de golf o aeropuertos se puedan utilizar nuevos métodos como la gasificación en los focos de reproducción para controlar la sobrepoblación de conejos, "pero nunca para el terreno agrícola porque no se permite. No es lógico que se pueda usar en esas localizaciones y no en nuestro terrenos cuando la presión poblacional es intolerable. Se están matando millones de conejos con la caza y hay que controlar el exceso antes de llegar a ese punto", considera Fatás.

El golpe a los agricultores es mayor por la falta de asistencia de los seguros agrarios para este caso. "El seguro está para los males puntuales, pero no para los crónicos. Si aseguras una plantación el primer año te cubrirá una parte, el segundo te reducirá los daños que se puedan reclamar y subirán la prima, y el tercero ya no te dejará asegurar. Los seguros están para casuísticas y no para problemas crónicos, es lógico", explica Fatás, que reclama a la Administración que asuma las pérdidas que está teniendo el sector mientras no habilite la utilización de todos los medios al alcance de los agricultores para combatir la descontrolada existencia de conejos.

"La gravedad de la situación" ha empujado a COAG a solicitar una reunión con el Ministerio de Agricultura, así como a reclamar a Gobierno y comunidades autónomas para "que pongan sobre la mesa de manera urgente medidas contundentes y eficaces", como una campaña de esterilización y eliminación de madrigueras e indemnizaciones para los profesionales agrarios cuyas explotaciones se vean afectadas por la presencia de conejos.

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