La subida del precio de los insumos del campo, las restricciones de fitosanitarios y el compromiso de cumplir con las exigencias que llegan desde Bruselas son algunos de los condicionantes que amenazan la actividad agraria en España, aunque la cuestión del agua es la que más inquieta al sector primario.
Uno de los puntos calientes de la geografía nacional es el sudeste peninsular, con exponentes como Murcia, Alicante o Almería, que concentran gran parte del regadío que ejerce como huerta de Europa. El agua se convierte en una doble amenaza en estos territorios, ya que, además de la escasez, la salinidad abre otra brecha por la que se desangran los cultivos.
"En situaciones de sequía y salinidad la planta se muere y, cuando vive, merma la producción. Con los años esto va a más y la producción cae en picado", explica en conversación con El Independiente José Miguel Mulet, investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y uno de los desarrolladores de CalBio, un producto que a partir de cuatro extractos naturales procedentes de diversas plantas y algas estimula las defensas de la lechuga y el brócoli en condiciones de salinidad y sequía.
El trabajo, publicado recientemente en la revista Journal of Integrative Plant Biology, señala que CalBio se puede utilizar tanto en la agricultura convencional como en la ecológica, ya que no contiene productos químicos de síntesis y, por tanto, se ajusta a lo que establece la normativa. "Al tratarse de productos de origen natural su proceso de autorización es más fácil ya que son considerados bioestimulantes, por lo que la transferencia de estos resultados a los agricultores será mucho más rápida y sencilla", apunta Mulet.
Así funciona CalBio
CalBio aumenta la defensa de la planta. "Funcionaría como una vitamina que dispara una ruta hormonal, la de las citoquininas, que hace que la planta sea capaz de afrontar mejor esas condiciones adversas, en este caso sequía y salinidad", afirma Mulet.
Con este producto, al menos hay dos factores en los que ayudar a la planta a ser más resistente. "La gracia de los bioestimulantes, y lo que dice su definición europea, es que tienen que ser un compuesto que no sea un fertilizante ni un pesticida y que anime a la planta a activar sus propio mecanismo de defensas. La eficacia del producto está contrastada y se conoce su mecanismo molecular, algo que en estos momentos no ocurre con muchos productos que se encuentran en el mercado", comenta uno de los desarrolladores del proyecto.
La investigación demuestra que la aplicación de CalBio en el sistema de riego aumenta la producción de lechugas en condiciones normales, pero especialmente en condiciones de salinidad en el suelo. La sustancia aplicada está compuesta por partículas sólidas y granulosas e induce la producción de unas hormonas vegetales llamadas citoquininas, que provocan que esta aumente sus defensas en suelos agrícolas con alta salinidad.
Comunidad Valenciana, Región de Murcia y el rincón este de Andalucía, tierra de cítricos, lechugas o tomates, ven que al problema de la sequía se ha unido el encarecimiento de la energía. Recurrir a agua desalada se ha convertido es más caro y menos eficiente con el paso de los días, por lo que cada gota de agua depurada supone un coste extra. "Si consigues mantener la producción con menos agua ya es un logro importante", subraya el científico.
Innovaciones en agricultura
La cercanía del triángulo con el mar Mediterráneo provoca que al cavar un pozo, el agua del mar se filtre y el suelo se salinice. "Son dos obstáculos muy serios y que suelen ir relacionados", comenta Mulet. El científico señala que, según los datos publicados en el artículo, CalBio puede hacer mejorar entre un 15% y un 20% la producción en condiciones de sequía. En condiciones normales, un 10%. "Se trata de un ensayo de campo cuyas cifras pueden bailar según los escenarios; sin embargo, lo importante es que estamos viendo que siempre va a mejor y que incluso lo hace en diferentes cultivos, por lo tanto es un mecanismo general", explica el investigador.
El equipo de científicos ha comprobado que el producto creado a partir de extractos naturales de plantas y algas también funciona en brócoli. En la actualidad, el grupo investiga en otros cultivos como el tomate, aguacate, cebolla, pimiento y berenjena.
Las pruebas de campo se desarrollan en la parcela experimental de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) en Polinyà del Xúquer (Valencia).
La investigación es el resultado de la convocatoria Retos colaborativos de 2022, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (Next Generation), con la empresa Caldic Ibérica, una compañía dedicada a la venta al por mayor de productos químicos para la industria, la alimentación y productos farmacéuticos.
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