La Ley de Segunda Oportunidad puede ser una opción para que un emprendedor vea condonada deudas surgidas por la gestión de su negocio. Sin embargo, puede protegerse con anterioridad, utilizando otras formas jurídicas. La Sociedad Limitada, por ejemplo, y como su propio nombre indica, permitirá limitar la responsabilidad frente a las deudas. De ellas, se responderá en ese caso únicamente con los bienes de la Sociedad.

Sin embargo, existen otras opciones que requieren de un número menor de gestiones, y que son útiles si ese es el objetivo. No requerirá, en ningún caso, constituir una SL. Se trata de la figura jurídica del Autónomo o Emprendedor de Responsabilidad Limitada.

¿Qué es ser autónomo de responsabilidad limitada?

Esta forma jurídica permitirá a los emprendedores que se acojan a ella beneficiarse de la limitación de responsabilidad de la vivienda habitual. Para ello será necesario que sean personas físicas, sin importar su actividad profesional, y que el valor de dicha vivienda no supere los 300.000 euros. Este valor podrá ascender aplicando el coeficiente del 1,5 en poblaciones de más de un millón de habitantes.

La Administración señala que no permite beneficiarse de esta responsabilidad limitada “al deudor que hubiera actuado con fraude o negligencia grave en el cumplimiento de sus obligaciones con terceros, siempre que así constare acreditado por sentencia firme o en concurso declarado culpable”.

En la inscripción del Registro Mercantil deberá constar el bien inmueble que vaya a protegerse de las posibles deudas. Asimismo, el autónomo deberá hacer constar en toda su documentación relacionada con los datos registrales que es Emprendedor de Responsabilidad Limitada; podrá hacerlo a través de las siglas “ERL” tras su nombre y apellidos.

Pero eso no es todo, este tipo de emprendedor tiene una serie de obligaciones fiscales que deberá cumplir. La primera de ellas será la de formular y, cuando corresponda, someter a auditoría las cuenta anuales de su negocio o actividad.

El “ERL” deberá presentar sus cuenta anuales en el registro mercantil. En caso de que hayan pasado siete meses desde la finalización del plazo para dicha presentación, perderá su beneficio de responsabilidad limitada con respecto a las deudas que contraiga en ese periodo. Para recuperar su condición tan solo deberá entregar las cuentas pertinentes.

La normativa también tiene en cuenta a aquellos que opten por esta forma jurídica y tributen por el régimen de estimación objetiva. En este caso bastará con el cumplimiento de los deberes formales que supone este tipo de régimen fiscal, además de “un depósito de un modelo estandarizado de doble propósito, fiscal y mercantil, que se desarrollen reglamentariamente”.