El Partido Popular continúa con su proceso de absorción de Ciudadanos, incluso en los territorios donde ambas formaciones tienen menor peso. Esta vez ha sucedido en el País Vasco, donde el portavoz de la formación de Arrimadas y uno de los dos parlamentarios de Cs, Luis Gordillo, ha anunciado su baja del partido para pasar a formar parte del PP vasco. Con esta decisión la coalición electoral con la que ambas formaciones concurrieron a las elecciones de hace poco más de un año, y que los líderes nacionales avalaron en un acto en Gernika, sufre la mayor crisis vivida hasta el momento.

Gordillo ha justificado su decisión en el convencimiento de que Pablo Casado y el PP son la única alternativa viable para sacar a Pedro Sánchez de la Moncloa. Gordillo ha señalado que por ello dará su apoyo a Casado como candidato. Por el momento no ha comunicado ningún cambio en su condición de parlamentario en la Cámara vasca, con lo que el PP pasaría a controlar cinco de los seis asientos que tiene la coalición PP+Cs en Euskadi. El presidente del PP, Carlos Iturgaiz ya ha dado la bienvenida a Gordillo a la formación popular y ha invitado a otros cargos de Ciudadanos a seguir los mismos pasos, "para el PP es muy importante ensanchar el espacio del centroderecha".

La decisión ha provocado un profundo malestar en Ciudadanos, que a partir de ahora contará con un único representante en el Parlamento de Vitoria, José Manuel Gil. En una nota, la formación naranja ha lamentado la "operación del PP para atacar a Ciudadanos" que suma en el País Vasco "otro oscuro episodio". Gil ha señalado que a pesar de que la coalición "funcionaba bien" y la unión de los constitucionalistas es necesaria "ahora no descarto nada" y abre la posibilidad a estudiar una ruptura de la coalición PP+Cs.

Ataque a "los constitucionalistas"

Consideran que este tipo de maniobras son incomprensibles para "los constitucionalistas" y en especial en Euskadi, donde la defensa de la libertad y la democracia "ha costado vidas, extorsiones y muchas desgracias". Consideran que el movimiento del PP es "un ataque sin pies ni cabeza que perjudica fundamentalmente a los "constitucionalistas vascos".

Ciudadanos ya sufrió una crisis profunda en víspera de las elecciones autonómicas, cuando parte de la dirección en Álava negoció con el PP una posible coalición. Aquella operación derivó en la expulsión de varios de los dirigentes de Ciudadanos en Álava por decisión del entonces presidente, Albert Rivera. Los dirigentes expulsados pasaron a integrarse en las filas del PP alavés.