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La compensación al gas ya ha costado 4.500 millones de euros a los consumidores en tres meses

El tope del precio a la materia prima comenzó en junio de 2022 y finalizará en 2023

Una persona enciende un fuego de cocina de gas.

Una persona enciende un fuego de cocina de gas. A. Pérez Meca / Europa Press

4.500 millones de euros. Esa es la cantidad que, de momento, ha costado hasta el 19 de septiembre la compensación a las centrales de ciclo combinado por el tope al gas que se instauró el pasado 15 de junio, según datos a los que ha tenido acceso este periódico.

La medida, aprobada en consejo de ministros en mayo, tiene por objetivo no trasladar el alto precio del gas al mercado mayorista eléctrico en el mercado mayorista. El sistema de precios del mercado mayorista de electricidad hace que el precio del último kWh necesario para casar oferta y demanda decida el precio del 100% de la energía. De esta forma, cuando hay que recurrir a una tecnología de alto coste, como el gas, el impacto se traslada a toda la energía negociada para esa hora.

Para ello, se estableció poner un tope de 40 euros el megavatio al precio del gas que se utiliza para generar electricidad durante las primeras semanas en vigor, si bien esa cifra se subirá hasta los 70 euros al mes para que, durante los siguientes meses represente una media de 48 euros el megavatio a la hora.

Dicha medida, a juicio del Ministerio de Transición Energética, es una de las grandes novedades que ha introducido el Ejecutivo y Teresa Ribera considera que es “la mejor respuesta para rebajar el precio de la electricidad”.

Con todo, y como se ha mencionado anteriormente, el tope del gas ha de ser pagado de igual forma a las empresas que generan electricidad con gas. Las compañías han de salir al mercado mayorista a adquirir la materia prima al precio de mercado. El desfase que se crea entre el coste real y el precio que se pone en el pool eléctrico es la llamada compensación al gas que los consumidores han de pagar todos los días, una vez que se realiza la subasta en el mix energético.

“Poner un tope al gas tiene el objetivo de reducir el precio de la electricidad en el mercado mayorista. Pero topar el gas tiene un coste para todos, ya que hay que compensar a las centrales, que seguirán comprando gas en los mercados internacionales. Esta medida será financiada por todos los consumidores según las condiciones reglamentariamente establecidas”, narran desde el sector tecnológico.

Durante el mes de agosto se ha podido comprobar que a pesar de que el precio de la electricidad se quedaba en los 159 euros, el coste total por megavatio se disparaba hasta los 309 euros a consecuencia de dicha compensación. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el recibo eléctrico tuvo un coste medio de 130,99 euros, convirtiéndose en la segunda más cara de la historia. En agosto la factura de la luz aumentó 16,36 euros respecto a la factura del mes anterior, un incremento del 14% que se eleva hasta el 68,45% si se compara con el mes de julio del año 2021.

Un contexto que no ayuda

Fuentes del sector energético, en este sentido, alegan que el momento en el que se implantó el mecanismo no ha sido del todo acertado ya que, durante el verano, ha habido una baja producción hidráulica como efecto de la sequía (mínimo histórico de reservas en el Sistema). A su vez, se ha producido una alta exportación de electricidad a Francia “con saturación de la interconexión prácticamente todas las horas, por los problemas de las centrales nucleares” del país vecino.

Las fuentes consultadas también hacen referencia a la caída en la producción de las plantas de cogeneración, consecuencia de los elevados precios del gas natural. Durante este verano, muchas empresas han tenido que cerrar las instalaciones ya que no se beneficiaban del tope al gas.

Las fuentes consultadas explican, en conversación con este periódico, que el mecanismo del cap “ha permitido atenuar el crecimiento de los precios, y a resueltas del mismo, el importe pagado por los consumidores que, incluyendo la compensación del gas, ha sido menor que el que habría resultado en el mercado, beneficiando principalmente al PVPC y las renovaciones de los contratos a precio fijo”.

José Bogas, durante el foro de energía de El Economista aseguró que la excepción ibérica ha logrado bajar el precio en los mercados mayoristas y ha sido una medida adecuada, pero lamentó la manera en la que se ha distribuido el peso a la hora de pagar la propia compensación puesto que “la definición de cliente beneficiado no es correcta”.

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