España

El juez envía a prisión a Pompeyo, el jubilado que envió las cartas bomba

La Policía Nacional detuvo el pasado miércoles a este hombre de 72 años y ex funcionario del Ayuntamiento de Vitoria

Detención de Pompeyo G. P., acusado del envío de sobres bomba en noviembre de 2022.

Detención de Pompeyo G. P., acusado del envío de sobres bomba en noviembre de 2022.

El juez de instrucción de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, ha enviado a prisión a Pompeyo G. P., el presunto autor del envío de paquetes bomba a autoridades como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la embajada de Ucrania en Madrid, entre otros.

La Fiscalía le imputa seis delitos de terrorismo, uno por cada paquete enviado. Además, en dos de ellos considera agravantes que los destinatarios fuesen miembros del Gobierno. Además de a Sánchez también envió una carta con contenido "deflagrante" a la ministra de Defensa, Margarita Robles.

El magistrado le atribuye cuatro delitos de terrorismo, dos delitos de terrorismo agravado (por los envíos a Sánchez y Robles) en concurso de normas con otro delito de empleo de artefactos explosivos inflamables o incendiarios con finalidad terrorista.

La Policía Nacional detuvo el pasado miércoles a este hombre de 72 años y ex funcionario del Ayuntamiento de Vitoria. Fue arrestado en su casa ante el temor de que tuviese más material en su domicilio. El registro de su casa confirmó este extremo.

El primer análisis del material requisado señala que Pompeyo consumía propaganda prosoviética en internet. El apoyo a Ucrania por parte de España es lo que le habría llevado a enviar los seis paquetes bomba.

"Alterar la paz pública"

En su auto, el juez considera que no hay indicios de que el investigado pertenezca ni colabore con banda o grupo organizado terrorista, pero el contexto en el que fueron enviados los sobres (con la guerra en Ucrania de fondo) y los destinatarios de los paquetes evidencian que en su ánimo está presente “tanto el objetivo de alterar gravemente la paz pública, transmitiendo el mensaje de que nos encontramos ante una acciones efectuadas por personas vinculadas a Rusia como represión hacia los intereses de España y Estados Unidos como consecuencia de su apoyo a Ucrania ante la ocupación rusa".

El instructor apunta que Pompeyo G. P. se podría enfrentar a una pena de 20 años de prisión, lo que podría incitar a su huida a Rusia en busca de "ayuda de ciudadanos de dicho país".

Pompeyo utilizaba "aplicaciones rusas de mensajería instantánea" y "correos electrónicos cifrados de extremo a extremo" para proteger sus conversaciones. Por último, el juez también argumenta que existe un alto riesgo de reiteración delictiva, por lo que ha procedido a acordar la prisión provisional.

Investigación

La caligrafía de los sobres, que era la misma, y los sellos utilizados acotaron la zona de búsqueda a los agentes de información de la Policía Nacional. La primera carta se recibió el 24 de noviembre, por lo que se han necesitado dos meses de investigación para dar con él.

A las 9:30 de este miércoles, los agentes ponían fin a la operación Konvert, que significa «sobre» en ucraniano. Lo detuvieron y lo subieron a su vivienda, donde encontraron más material «deflagrante» con el que fabricar más explosivos, además de otras pruebas. También se registró su coche.

Durante la investigación se ha comprobado como Pompeyo consumía información sobre la guerra de Ucrania. También se han detectado posicionamientos políticos prosoviéticos, un «nostálgico de la URSS». La Policía trabaja en la hipótesis, mientras se le toma declaración, que el envío de seis cartas bombas a representantes políticos era su manera de protestar contra el apoyo de España a Ucrania en la invasión de Rusia.

Actuaba solo

El unabomber español actuaba solo. Todas las cartas, según la investigación, fueron enviadas por la misma persona, es decir por Pompeyo y en principio fueron fabricadas en su casa. El modus operandi era el mismo: un sobre con material pirotécnico, parecido a la pólvora, que se accionase al abrir. La caligrafía de las cartas era la misma, y se había hecho a mano. Todos se enviaron desde Burgos, aunque en un primer momento se dijo que era desde Valladolid.

El New York Times publicó esta semana que la CIA y Washington creían que el envío de cartas era obra de grupos de extrema derecha rusos. Apuntaban al Movimiento Imperial Ruso, una organización supremacista con lazos en España. La Policía, aunque no descarta ninguna vía, no ha encontrado nexos con este grupo. De hecho la operación estaba apuntalada desde antes de que se publicase la mencionada información. La posibilidad de que se destruyesen pruebas en la vivienda aceleró la detención.

Pompeyo es un hombre solitario. Aunque se cree que él fabricó y envió los explosivos sin la intervención de terceros, la Policía Nacional no descarta la implicación de terceras personas, sobre todo a la hora de persuadirlo o convencerlo. 

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