El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se reunirá este miércoles con la dirección de JxCat, ERC y la CUP para explorar la recuperación de un frente común independentista para "plantar cara" al crecimiento de PP y Vox tras los resultados del 28M. Una idea que avanzaron el lunes Oriol Junqueras desde ERC y Jordi Turull desde Junts, pero que adopta significados diferentes en función del color político.

JxCat traduce este concepto en la formación de una candidatura única de independentistas el 23J, o por lo menos "unidad de acción" en el Congreso de los Diputados. ERC, recuperar la unidad en el Parlament para dar estabilidad al Govern de Aragonès. Una divergencia que ha quedado clara en la sesión de control parlamentaria al president, en la que Aragonès y Salvador Illa han escenificado la ruptura de la alianza tácita entre republicanos y socialistas. Todos los partidos necesitan soltar el lastre de sus pactos ante la cita con las urnas.

"Se me hace difícil pensar en consensos en Cataluña al margen del primer partido de Cataluña" le ha recriminado Illa a Aragonès, en una intervención varios tonos más dura de lo que acostumbraba el socialista en los últimos meses. Illa ha recriminado a Aragonès que "dé por perdido el partido" con su llamamiento al frente común independentista ante la llegada del PP y Vox al Gobierno, y le ha acusado de dirigir un gobierno "desorientado" tras el giro en busca del apoyo a JxCat, cuatro meses después de haber aprobado los presupuestos de la Generalitat con el PSC.

Recuperar el voto útil

Pero los 305.000 votos perdidos por Esquerra en las elecciones del pasado domingo han obligado a los republicanos a repensar su estrategia. También la constatación de que el avance electoral de Pedro Sánchez busca presentar al PSOE como el único voto útil frente a la derecha. Ese es el marco que quieren rebatir tanto ERC como JxCat con su apelación a la unidad.

Ambos partidos necesitan recuperar el debate sobre la independencia para movilizar a su electorado, que podría tener la tentación de apoyar al PSOE ante el temor a Vox. De ahí la predisposición de republicanos y junteros a revisar unas conversaciones que se han demostrado infructuosas durante meses. Aunque todos reconocen la dificultad de alcanzar una posición común que de momento está muy lejos de traducirse en una lista única para el 23J.

Reproches cruzados

De hecho, las llamadas a la unidad, que no comparten los Comunes ni la CUP, no han evitado los reproches entre republicanos y Junts. "Para JxCat no fue fácil salir del Govern, fue duro y doloroso" le ha reprochado el líder de Junts en el Parlament, Albert Batet, a Aragonès. "Nos habríamos ahorrado situaciones nada deseables como cese de Puigneró, o la negociación sin consenso de la reforma del Código Penal".

Batet ha recuperado "las condiciones" de Junts para seguir en el Govern el pasado septiembre, unidad en Madrid y la creación de una dirección estratégica del independentismo, para negociar ese frente común.

"Para hacer una propuesta sin reproches, no esta mal" ha ironizado Aragonès tras oír al portavoz de JxCat. "Todos podríamos hacer una lista" de agravios, ha advertido el president "pero ni la insinuaré" porque "tenemos delante un peligro muy grande".

Aragonès ha reconocido que la relación con el Gobierno de Sánchez "ha sido difícil" pero ha advertido a sus ex socios que "ahora puede ser mucho mas difícil y nos tiene que pillar cohesionados al máximo".