El periodista Xavier Graset, escogió un mal día para entrevistar a Juana Dolores. La poetisa, actriz, directora escénica y cantante no estaba en su mejor momento para ser entrevistada en el espacio final que el programa Mes 3/24 de TV3 dedica a la literatura. O sí. Dolores acudía a promocionar su nuevo poemario: "Réquiem catalán. Y si una nación desfilando por una alfombra roja". Y convirtió la entrevista en trending topic por la vía de arremeter contra Xavier Trias, TV3 la burguesía, los periodistas o la CUP a partes iguales.

Ganadora del Premio Amadeu Oller de poesía con su primera obra, Bijuteria, es la creadora del espectáculo Demasiado diva para un movimiento asambleario y consiguió su primer asalto a la fama con una entrevista en el digital cultural Núvol en la que se definía como independentista al tiempo que reivindicaba su extracción social de clase trabajadora como hija de El Prat del Llobregat.

"Pol Guasch dijo que escribir en catalán es una posición política" afirmaba entonces. "Una posición política es ser castellanoparlante y escribir en catalán. Y hacerlo de puta madre". Ahora, sin embargo, reniega de una entrevista con la que "intentaron instrumentalizarme políticamente como charnega integrada".

El papel de TV3

Pero la noche del lunes Juana Dolores no llegó al plató de informativos de TV3 con ganas de defender su literatura. Lo hizo profundamente enfurruñada por la victoria de Trias en Barcelona. Y convencida de que TV3 era en buena parte culpable de esa victoria.

"¿Cómo quieres que esté?, extraña de estar en la televisión pública que valida a Junts y a Trias" respondió a la primera pregunta de Graset, un inocente "¿Cómo estás". A partir de aquí, todo podía ir a peor, por mucho que el conductor intentara repetidamente volver al cuestionario preparado en base al libro de Dolores.

"Tu crees que me importa mi libro después de las elecciones de ayer, del análisis que hacéis los medios, de acusar a las clases trabajadoras de votar a Vox, que es responsabilizarlos de lo que realmente está orquestado por las clases dominantes no solo de Cataluña sino de todo el Estado" le recriminó. "No voy a venir a hacer el payaso, os ha tocado porque me cambiasteis la fecha de la entrevista" concluía al final del cruce de reproches en el que se convirtió la entrevista.

Los viejos

Antes le había recriminado que no "espabile" a "tus tertulianos" para que "tomen partido". "No puede ser que estéis en la televisión pública de mi país cobrando una pasta, es vergonzoso lo que hacéis y que no pase nada" le reprochó, confiando en que "dimita ya el director o la cúpula de viejos que están al frente de TV3" convencida de que "harán algo mejor si entran jóvenes". Los viejos, como concepto, son otro de los enemigos recurrentes de la escritora.

"A ver cuándo me invitáis a mi o a mis amigos que estan en paro pero son brillantes y hablan de política tomando partido" le recriminó tras descalificar a los colaboradores del programa. "A ver cuando invitáis a un marxista que pueda hacer un análisis real para toda Cataluña y no solo para los que votan a Junts". Visto el resultado del lunes, no parece probable. O sí.

La victoria de Trias

Si Francisco Umbral tuvo que plantarse para dejarle claro a Mercedes Milá que había ido a su programa a "hablar de mi libro", Juana Dolores hizo exactamente lo contrario. Escandalizada por el resultado del 28M, lamentaba que "nos echamos las manos a la cabeza porque ha ganado Vox pero en cambio que Trias gane en Barcelona" no es problema esgrimió indignada por los ataques del ex convergente "a la pobre Ada Colau" .

Cuando el conductor intentó reconducirla hacia el libro, llegó la siguiente andanada. "Yo la alfombra roja -que da título a la obra- la extiendo a la clase trabajadora y no a los empresarios como decía el puto viejo de Trias, que a ver si le cae un meteorito encima".

Intentando tranquilizarla, Graset le preguntaba por el resultado en su municipio, donde se ha impuesto de nuevo el alcalde Lluís Mijoler, de los Comunes. "En El Prat siempre va bien, tenemos una dictadura casi comunista, con lo bueno y con lo malo".

Junts, o Convergencia, es la víctima favorita de las críticas en el plano político, pero no la única. Dolores, que se define como "marxista no ortodoxa" y devota seguidora de Antoni Gramsci, también tiene artillería para la CUP, partido al que reconoció el acierto de haber organizado unas jornadas sobre el teórico marxista italiano. "A algo bueno que hace la CUP, a parte de ir de hippies".