La decisión de Junts, en general, y de Carles Puigdemont, en particular, de elevar el tono contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, bien retándole a la presentación de una cuestión de confianza, como pactando enmiendas de calado con el PP que descuadran las cuentas gubernamentales, está agitando las aguas en el bloque de la investidura. El "mueva el culo" que una eterna enfadada Miriam Nogueras le soltó al jefe del Ejecutivo en la sesión de control de ayer, aún sigue resonando en los pasillos del Palacio de la carrera de San Jerónimo.

En el primer partido de la oposición se muestran cautos sobre el alcance real de este movimiento del prófugo de la Justicia. Porque si bien hay "una realidad parlamentaria" que les lleva a coincidir en materia de política económica, eso no significa necesariamente que los socios de la derecha independentista estén dispuestos a llegar hasta la ruptura con el inquilino de la Moncloa, sobre todo en ausencia de un horizonte electoral en Cataluña.

Pero aún así, en el PP mantienen su oferta de presentar una moción de censura con aquellos socios gubernamentales que no quieran seguir aliados "con un gobierno acosado por los casos de corrupción", dicen fuentes populares. Por ello, tras la oferta que en este sentido lanzó Alberto Núñez Feijóo, explican que "nosotros no nos hemos movido. Estamos en el mismo sitio. Si Junts quiere algo de nosotros ya sabe dónde encontrarnos". Y aunque no se verbaliza, "porque no hemos entrado en el detalle" de una hipótesis difícil, pero numéricamente factible, en el primer partido de la oposición entienden que se trataría de una moción "para volver a convocar a los españoles ante las urnas".

Moción de censura "encubierta"

Los representantes el PP en la Mesa del Congreso aún no han debatido su posición el próximo martes, cuando llegue a la mesa del órgano rector de la Cámara Baja la PNL de Junts instando a Sánchez a que se someta a una cuestión de confianza. La mayoría de PSOE y Sumar planean no admitirla ni a trámite, con el apoyo de los letrados del Congreso, y bajo el argumento de que se trata en realidad de una "moción de censura encubierta" que tiene otros procedimientos.

"Estamos de espectadores", dicen en el equipo de Feijóo respecto a cómo puede evolucionar este asunto y la reacción de "Miriam Nogueras y de Carles Puigdemont" cuando les tiren la propuesta abajo. Pero Feijóo no se mostró ayer como un mero espectador al interpelar directamente a la portavoz de Junts en el Congreso: "Señora Nogueras, por supuesto que Sánchez no es de fiar y les seguirá engañando; se lo he dicho muchas veces y lo reitero hoy". Y ya dirigiéndose al escaño presidencial agregó que "ni el independentismo le perdonará las mentiras ni los jueces perdonarán sus delitos".

Respaldo a Marga Prohens

La estrategia de Génova pasa porque el foco esté puesto en el PSOE y las dificultades con sus socios, aunque los populares también tengan lo suyo en las comunidades donde gobiernan en minoría y dependen de Vox. Baleares parece abocada a una repetición electoral tras retirar la presidenta, Marga Prohens, los presupuestos autonómicos. Los mismos medios aseguran que ésta cuenta "con la confianza de Génova", lo que se traduce en "todo el respaldo para que haga lo que considere oportuno".

Además del "mueva el culo", Junts acumuló ayer un nuevo desplante con su negativa a acudir a una reunión en el Congreso para debatir sobre el impuesto a las eléctricas pactado entre el Gobierno y Podemos. Negativa que se unió a la anunciada por el PNV, que también optó por el plantón. Ambos partidos son contrarios a este impuesto, de modo que Moncloa acudirá a su instrumento principal de gestión, esto es, el decreto-ley, que también necesita ser convalidado en un plazo de treinta días.

Los últimos sondeos con intención de voto sitúan al PP en horquillas por encima de los 150 escaños, lejos de la mayoría absoluta, pero con posibilidades de aspirar a un gobierno monocolor aunque necesitado de apoyos externos, principalmente el del Vox. Para los de Santiago Abascal las encuestas vuelven a dar una tendencia creciente. En el PP dicen, sin embargo, no tener prisa. El calendario judicial para el Gobierno lleva tiempo siendo infernal. Hoy, declara voluntariamente ante el Tribunal Supremo el que fuera mano derecha de Sánchez, ex ministro de Transportes y número dos de Ferraz, José Luis Ábalos, "y la próxima semana lo hará Begoña Gómez" ante el juez Peinado por apropiación indebida e intrusismo profesional.

"Habrá que ver cuánto quiere contar Ábalos", dicen en el PP, tras sus intentos de retrasar la declaración para que desfilara antes por el Supremo el supuesto "nexo corruptor" de todas las tramas, Víctor de Aldama, maniobra no aceptada por el alto Tribunal. Además, el magistrado Leopoldo Puente ha decidido que sean los abogados del PP los que dirijan el interrogatorio en representación de todas las acusaciones populares.

Feijóo ha convocado el próximo lunes al último comité ejecutivo nacional del año para hacer balance y adelantar las líneas maestras de 2025. El punto de inflexión lo marcan los Presupuestos Generales del Estado, pero aún en ausencia de los mismos, no se hacen ilusiones sobre un calendario electoral próximo.