El presunto yihadista de Algeciras (Cádiz) que el pasado 25 de enero terminó con la vida de un sacristán ha pedido a la Audiencia Nacional que su caso sea remitido a un juzgado ordinario. El juez de instrucción Joaquín Gadea ya rechazó esta opción hace unas semanas, pero fuentes jurídicas confirman que la defensa de Yassin Kanjaa ha presentado un nuevo recurso ante la Sala de lo Penal por considerar que el estado mental del marroquí es, en realidad, la motivación del asesinato por encima de cualquier radicalización religiosa.

Como ha venido desvelando El Independiente, el sumario de la causa relaciona lo sucedido en dos Iglesias de la localidad andaluza con el terrorismo yihadista. La Comisaría General de Información de la Policía Nacional explica que aunque la dominación territorial del DAESH se ha extinguido prácticamente, esto ha provocado un cambio en la forma de combatir. "La mayor amenaza se ha desplazado a la comisión de acciones en los países de occidente emprendidas por actores individuales", señala uno de los informes.

Para los agentes, "no tiene por qué existir un vínculo directo entre el actor y un miembro de la organización" y esto es lo que ha ocurrido con Kanjaa después de que éste haya adquirido el compromiso de entrar en la guerra santa. Las declaraciones del acusado van en esa línea, pues dijo sentirse "un elegido", que el asesinato del religioso le abrió "las puertas del paraíso" o que era "un soldado de Dios por la causa del Islam".

Sin embargo, sus abogados defienden que detrás de todas estas declaraciones se esconde un trastorno psiquiátrico que lo envuelve todo. El marroquí fue ingresado en el Centro Penitenciario psiquiátrico de Sevilla (solo hay dos con estas características en toda España) después de someterse a un primer examen mental. Su defensa ha requerido un nuevo informe más profundo para complementar que. efectivamente, sufre un trastorno delirante como señaló el médico.

Con estos mimbres, los abogados del autor de la muerte del sacristán consideran que no se trata de terrorismo y que, por tanto, la Audiencia Nacional no es competente para enjuiciarlo. El juez Gadea rechazó la opción de que el asunto se llevara en un juzgado ordinario de Algeciras al señalar que todavía era prematuro porque las conclusiones médicas eran provisionales. Ahora, sus abogados han presentado un recurso de apelación para que sean los magistrados de la Sala de lo Penal los que tengan la última palabra.