Los grandes incendios de Turquía y Grecia, que también se están produciendo por otras partes del Mediterráneo como Italia y Albania, siguen una pauta que no es nueva. Temperaturas extremas y territorio seco, la acción del hombre y -también- su inacción, la falta de prevención del territorio. Condiciones con las que convive nuestro país con demasiada frecuencia como lugar idóneo para incendios ingobernables como los de Turquía.

Una situación que denuncia la organización ecologista WWF Lourdes Hernández, experta en incendios forestales de la organización, que considera que en estos momentos ya reunimos todos los requisitos para vivir un gran incendio como los que estamos viendo estos días: “Junto a estas condiciones meteorológicas especialmente adversas (altas temperaturas, sequía extrema, fuertes viento), la alta siniestralidad e intencionalidad, el despoblamiento rural, el abandono de usos tradicionales, la escasa gestión forestal y la ausencia de políticas que gestionen de forma coherente el territorio son el cóctel perfecto para incendios de alta intensidad, simultáneos e imposibles de apagar”, asegura la ecologista.

Las temperaturas en el Mediterráneo Oriental han superado los 40ºC en muchas regiones. Una ola de calor, que ha dejado en Grecia registros de 47,1ºC en Langadas (la cuarta temperatura más alta jamás registrada en Europa) y 45ºC en Atenas. Si bien el verano en nuestra parte del Mediterráneo está siendo menos caluroso, en España estamos esperando al incendio que no supere. Ese que da igual que se dupliquen o tripliquen los efectivos de incendios que no lo vas controlar. Son los incendios ingobernables, también conocidos como de sexta generación o incendios fuera de capacidad de extinción.

Un policía controla la zona ante el avance del fuego al norte de Atenas.

Estos incendios empezaron en california en los 90 y es tal su potencia que cuando le echas agua desde un hidroavión no le llega ni una gota porque la temperatura es tan alta que se evapora antes de alcanzarlo. En 2017 el incendio de Portugal fue el primero de esa clase que se producía en la península y dejó 64 muertos. Las condiciones para que se repita un episodio similar se han agudizado.

“En España seguimos apostando más por la extinción de incendios que por la prevención. Se va tomando conciencia, poco a poco, pero el problema crece más rápido de las soluciones que le ponen. En España la superficie forestal sigue creciendo y el abandono rural sigue creciendo. Cada hectárea de ganadería extensiva que se pierde, cada hectárea de cultivos que se abandona son hectáreas que están preparadas para arder en unos años”, explica Ferrán Dalmau, consultor de gestión ambiental de Medi XXI.

Con un 10% de los fondos europeos a la gestión forestal sostenible se podrían gestionar los 27 millones de hectáreas de suelo forestal de España

Ferrán Dalmau, gestor ambiental

A esta situación hay que añadir el contexto de cambio climático que aumenta la frecuencia de olas de calor. “Si bien nuestros servicios de emergencia están más y mejor dotados que los turcos, el escenario, desgraciadamente, es susceptible de hacernos sufrir algo parecido si se dan condiciones meteorológicas extremas similares”, afirma Dalmau.

Pedro Sánchez, atribuía ayer al cambio climático los incendios de los países del Mediterráneo con los que se solidarizaba. Pero Miguel Ángel Soto de Greenpeace matiza esta observación del Presidente. “Estos incendios tienen un componente climático, pero el cambio climático no es la causa de los incendios, el clima los está haciendo más virulentos, son los de nueva generación. Pero estas escenas de Grecia y Turquía las hemos visto en la Gomera en 2012 que hubo que sacar a los alemanes en chanclas de la playa”, afirma. 

Para el responsable de Bosques de Greenpeace estos incendios con temperaturas extremas y zonas altamente pobladas y sin una buena organización del territorio generan situaciones de este tipo, cuestiones que más en la mano de Pedro Sánchez. “Los incendios no los provoca el cambio climático, los grandes incendios tienen un componente territorial muy fuerte. Hay que recordar a Pedro Sánchez que el cambio climático hace que los incendios sean virulentos, pero es la falta de gestión forestal, la falta de aprovechamientos forestales y la presencia de urbanizaciones en entornos forestales es lo que hace que estemos generando situaciones de riesgo para la población”, afirma Soto. 

incedio en grecia
Efectivos militares se suman al la lucha contra el fuego al norte de Atenas.

La prevención sigue siendo la asignatura pendiente. Desde WWF recuerdan la importancia de que el Gobierno central y las comunidades autónomas aprueben una Estrategia Estatal de Gestión Integral de Incendios Forestales. “Es necesario que se invierta en prevención social y que se ponga la gestión del territorio en primer plano con el objetivo de promover paisajes cortafuegos, más adaptados para prevenir los incendios forestales”, demandan. 

España tiene una superficie total de 505.960 km2 (50.596.061 ha), de la que el 40% es superficie forestal arbolada, arbustiva o matorral, el 33,33% son tierras de cultivo y el 17,74% son superficies de pastos. En perspectiva, España, con 27,9 millones de hectáreas de suelo forestal, que ocupan el 55,2% del territorio nacional, es el segundo país con mayor superficie forestal (detrás de Suecia) y supone el 15,4% de la superficie forestal de la Unión Europea. 

“Una inversión en el mundo rural, favorecería la creación de empleo en el mundo rural.  La extinción de incendios es la respuesta que damos como sociedad, seguimos tratando los síntomas sin tratar la raíz de la enfermedad”, asegura Dalmau. Según sus cálculos con que se dedicara “un 10% de los fondos europeos a la gestión forestal sostenible se podrían gestionar los 27 millones de hectáreas de suelo forestal de España. No se da la importancia que tiene al sector forestal y se nos va la vida en ello”, concluye.