Medio Ambiente

Madrid dice adiós a las calderas de carbón

En 2021 ha habido 125 comunidades de vecinos que han solicitado las ayudas del ayuntamiento para cambiar de las calderas de carbón | Las sanciones a partir de hoy ascienden hasta los 20.000 euros

Las calderas de carbón han pasado a mejor vida en Madrid. Desde este sábado 1 de enero, las instalaciones que utilizan este combustible fósil para calentar los hogares están prohibidas en la capital española. Las comunidades de vecinos que hayan decidido continuar al calor del carbón pueden exponerse a una sanción de hasta 22.000 euros.

Hace un año quedaban más de 200 calderas en Madrid, muchas de ellas en la almendra central de la ciudad. Según datos de la Asociación de Empresas del Sector de las Instalaciones y la Energía (Agremia), ha habido 125 comunidades de propietarios que han solicitado las ayudas del Ayuntamiento para el cambio de calderas en los últimos doce meses.

"Como medida para la mejora de la calidad del aire de la ciudad y por razones de eficiencia energética, no se podrán utilizar combustibles sólidos de origen fósil en las instalaciones térmicas de los edificios de la ciudad a partir del año que viene", señaló el consistorio madrileño en una nota de prensa reciente.

El Ayuntamiento puso en marcha el plan Cambia 360 en 2020 con un presupuesto de 12,5 millones de euros. En aquel año se beneficiaron 3.100 familias, aunque el consistorio no ofrece el número exacto de comunidades que se adhirieron al plan. En este 2021 las ayudas subieron hasta los 13,3 millones de euros y, de acuerdo al ayuntamiento, hay más de las 125 comunidades que contabiliza Agremia. "Ese número no está actualizado y hay más en trámite", aseguran desde el área de Medio Ambiente del equipo de José Luis Martínez-Almeida.

A mediados de 2019, el Ayuntamiento contabilizada 260 calderas de carbón activas, pero un estudio elaborado por la Universidad Politécnica elevó la cifra hasta las 350 instalaciones. La normativa sobre instalaciones térmicas de edificación (RITE), que rige a nivel nacional, prohíbe desde 2012 el uso de combustibles sólidos de origen fósil, como el carbón. No obstante, en la Comunidad de Madrid se ha permitido su uso hasta este 1 de enero con dos condiciones: no se pueden instalar nuevas y solo se pueden arreglar las que están en funcionamiento cuando no sea necesario un cambio de instalación. No obstante, su mecanismo es tan rudimentario que las averías son excepcionales.

Multas de hasta 20.000 euros

En el Ayuntamiento son conscientes de que todavía hay comunidades de propietarios que no han cambiado su caldera de carbón. Por ello, prevé un paquete de ayudas de 4,5 millones para intentar convencer a los reticentes.

No obstante, también se prevén multas de hasta 20.000 euros, aunque desde el consistorio aseguran que no van a entrar de oficio. "Solo actuaremos si un tercero pone una denuncia".

"De acuerdo con el artículo 62 de la Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad, el incumplimiento de la prohibición del uso de determinados combustibles en las instalaciones se califica como infracción leve del artículo 30.4 a de la Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera y se sanciona conforme a esta Ley, con sanción de multa de hasta 20.000 euros, lo que no implica que se vaya a imponer esa cuantía", explican. "Se dará inicio a los procedimientos sancionadores cuando se reciban boletines de denuncia de la Policía Municipal o actas de inspección del Servicio de Inspección en las que se ponga de manifiesto que se está empleando carbón en una caldera a partir del 1 de enero de 2022".

Imagen de una caldera de gas que ha sustituido a una de carbón en Madrid | Multitec

Ecologistas en Acción lo celebra

El responsable de clima y energía de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz, celebra esta fecha, aunque lamenta que todavía hay mucho trabajo por hacer para reducir la contaminación en Madrid y en España. "Sigue habiendo muchas resistencias a abandonar el carbón. El hecho de que se apaguen las calderas de carbón revertirá en una mejora en la calidad del aire en esos barrios. Sin embargo, se ha intentado poner el foco en las calderas y no en el tráfico rodado, que es la mayor fuente de contaminación en Madrid".

"Saludamos y vemos bien acabar con las calderas de carbón. Es un paso que quizás llega un poco tarde, pero que es absolutamente necesario. Las calderas de carbón son algo anacrónico porque el carbón es una de las energías más contaminantes", añade Javier Andaluz.

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