2022 ha arrancado con un halo de guerra fría. La neutral Suiza ha sido escenario por segunda vez este mes de enero de una cumbre de estadounidenses y rusos sobre la tensión en la frontera de Ucrania. Rusia exige un compromiso por escrito la semana que viene de sus demandas como el veto a Ucrania en la OTAN para que la desescalada se consume. Ha añadido que no tiene intención de invadir Ucrania: "Es una preocupación imaginaria".

Lavrov ha descrito las conversaciones como "honestas". Lavrov ha añadido que sigue a la espera de una respuesta por escrito a sus demandas. "No puedo decir si estamos en el buen camino o no. Lo sabremos cuándo nos respondan a lo que hemos solicitado", ha dicho en la rueda de prensa.

Ahora también quieren garantías de que las fuerzas aliadas saldrán de Rumanía y Bulgaria, países que se unieron a la OTAN en 2004. Queda claro que Putin quiere restaurar la zona de influencia que tuvo la URSS, crear su Putinistán. Blinken y Lavrov han comparecido por separado después de una reunión de hora y media frente al lago Leman.

Blinken ha señalado que las discusiones han sido "francas y con sustancia". El secretario de Estado de EEUU ha insistido en que habrá serias consecuencias "si Rusia va por el camino de la agresión". Según Blinken, "está en manos de Rusia elegir si va por el camino de la pacificación o por el camino de la invasión y si decide esta opción habrá consecuencias". Ha anunciado que vuelve a Washington y después mantendrá consultas con los aliados.

El jefe de la diplomacia de EEUU ha asegurado que siempre EEUU se basa en hechos a la hora de actuar. "Rusia ha concentrado gran cantidad de fuerzas en la frontera con Ucrania y eso le da capacidad de invadir en un plazo breve. También está intentando desestalibizar el gobierno. No hablamos desde la emoción sino desde los hechos y desde la historia. Pero si Rusia quiere convencer al mundo que no es una fuerza agresora ha de desescalar y mover las tropas de la frontera".

Ha reflexionado cómo Rusia ahora está sentándose a negociar pero a la vez alienta la escalada militar en la frontera con Ucrania. Y EEUU y sus aliados también se están preparando para dar una respuesta "rápida y contundente" en caso de ataque. Ha reconocido que también a EEUU le urge que haya una resolución de forma rápida de esta tensión.

Vía del diálogo abierta de momento

En unas declaraciones justo al principio del encuentro, Lavrov bajó las expectativas. "No esperamos que haya un avance sustancial. Lo que esperamos son respuestas concretas a nuestras propuestas". Blinken ha dicho que efectivamente las diferencias no se iban a resolver este viernes. "Espero, sin embargo, que podamos comprobar que la vía de la diplomacia y el diálogo sigue abierta", ha dicho Blinken. "Esta reunión confío en que ayude a la desescalada. Estamos comprometidos en el diálogo pero también en evitar una invasión", ha añadido.

Al mismo tiempo EEUU ha autorizado a los vecinos bálticos de Ucrania a enviar misiles antiaéreos Stinger a las fuerzas ucranianas para reforzar su defensa en caso de que haya ataque de Rusia, según dos funcionarios cercanos al acuerdo, según cita The New York Times. Es, sobre todo, un gesto simbólico de Estados Unidos.

El Kremlin insiste en que no va a esperar eternamente una respuesta por escrito a sus demandas. La principal exigencia del líder ruso, Vladimir Putin, tiene que ver con su afán de controlar Ucrania y mantenerlo bajo su zona de influencia. Rusia exige el veto de la OTAN al ingreso de Ucrania. Pero son los países los que solicitan su adhesión y posteriormente los aliados estudian las candidaturas. Ni siquiera en la próxima reunión de la OTAN en Madrid está sobre la mesa el ingreso de Ucrania. Pero Rusia insiste en que el acercamiento de Kiev a Occidente es una amenaza a su seguridad.

"Ucrania no es miembro de la OTAN, así que no está protegido por el artículo 5 pero de todas formas nos comprometemos en su defensa", ha dicho Blinken en su rueda de prensa.

Mientras tanto, Estados Unidos insiste en que si un solo soldado ruso traspasa la frontera de Ucrania, habrá una respuesta "unida, rápida y contundente". Lo dijo el propio Joe Biden en la rueda de prensa en la que conmemoraba su primer aniversario en la Casa Blanca. Biden habló por teléfono con el líder ruso, Vladimir Putin, dos veces en diciembre.

En su última conversación, el último día de 2021, Biden y Putin marcaron sus líneas rojas. El presidente de EEUU insistió en que habría una respuesta a la eventual invasión y el líder ruso dijo que romperían todo tipo de relaciones si eran castigados con más sanciones. Pero desde entonces la escalada ha ido a más.

Rusia ha concentrado más de 100.000 tropas en la frontera con Ucrania y denuncia que Ucrania tiene similar número de efectivos cerca del Donbás, bajo su control. La Armada rusa ha anunciado juegos de guerra en varias latitudes, desde el Mediterráneo hasta el Pacífico.

En enero se iniciaron las conversaciones en Ginebra entre las delegaciones estadounidense y rusa. El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, viajó el martes a Ucrania, para mostrar la disposición de EEUU de ayudar en la defensa de la integridad territorial del país. Justo la víspera había visto al ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, que le expresó la disposición de España para defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. España ha enviado la fragata Blas de Lezo al Mar Negro a unas maniobras de la OTAN.

A continuación se vio en Berlín con el canciller alemán, Olaf Scholz, y la jefa de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock. El papel de Alemania es crucial ya que está a punto de entrar en funcionamiento el gasoducto Nord Stream 2 que comunica Rusia con Alemania directamente, sin pasar por Ucrania. En Berlín también estuvo con delegaciones británicas y francesas. Blinken logró mayor cohesión entre las potencias europeas a la hora de diseñar una respuesta a cualquier ataque de Rusia. El lunes mantendrán una reunión con los ministros de Exteriores de los Veintisiete.

Llama la atención cómo la Unión Europea está quedando de lado en este pulso. A Rusia le interesa que así sea. Y cualquier división entre los europeos obra en su beneficio.