Internacional

GUERRA EN UCRANIA

El fantasma nuclear desata la fiebre del búnker y las pastillas de yodo

La amenaza nuclear de la guerra en Ucrania ha disparado el interés por los refugios subterráneos en las últimas semanas

Construcción de un búnker en Estados Unidos por la empresa Rising S Company

Construcción de un búnker en Estados Unidos por la empresa Rising S Company

El buscador de Google suele ser un termómetro muy valioso para entender las inquietudes de la gente. Y desde que la Rusia de Vladimir Putin empezó la invasión de Ucrania, hay algo que preocupa a muchos europeos y estadounidenses. La búsqueda de búnkeres y pastillas de yodo contra la radioactividad se ha disparado en las últimas semanas.

En España, por ejemplo, ha aumentado en un 2.000% la búsqueda de "yodo para ataque nuclear", mientras que en Estados Unidos y Reino Unido una de las frases más googleadas en relación con la guerra es "dónde está el búnker más cercano".

Búsqueda del término búnker en España en el último año

Fue el 27 de febrero cuando Putin puso en "alerta máxima de combate" a sus fuerzas nucleares. Desde entonces, la posibilidad de que se iniciase una guerra nuclear ha estado siempre sobrevolando. Muchos expertos creen que se trata de una bravuconería del presidente ruso, pero la simple amenaza del país con más armas nucleares del mundo ha servido para que muchos ciudadanos empiecen a buscar cómo protegerse de un ataque químico o nuclear.

Los fabricantes de búnkeres, desbordados

Rising S Company, de Estados Unidos, es una de las empresas punteras en las construcción de refugios nucleares. Y Gary Lynch, su director general, ha explicado estos días en varios medios americanos que está recibiendo consultas de todo el mundo. "Hay una superpotencia mundial amenazando con usar armas nucleares, es para estar asustado", señalaba. Antes de la guerra, solía recibir entre dos y seis llamadas a la semana. Ahora son más de 1.000. "Y de Italia, Rumania, Suecia, Reino Unido..."

Los búnkeres en Europa son un vestigio del pasado. Muchos abandonados a su suerte, otros se han convertido en museos como recuerdo de las Guerras Mundiales y la Guerra Fría. La excepción quizás está en el norte de Europa, donde países como Finlandia, Suecia o Noruega sí tienen una red de búnkeres subterráneos modernos. También reparten pastillas de yodo entre su población y hacen habitualmente simulacros de guerra.

Por eso quizás han sido otros países europeos los que más han empezado a interesarse ahora por refugios nucleares de nueva construcción. La empresa francesa Artemis Protection se creó para atender las demandas de millonarios en habitáculos de última generación, pero ahora está recibiendo llamadas de gente con sueldos normales en busca de protección. "Nos hemos tenido que adaptar a esta emergencia para construir refugios más pequeños y básicos que podamos entregar rápidamente", decía su fundador, Mathieu Séranne, a la CBS.

Minus Energie, una empresa italiana, lleva fabricando búnkeres más de 20 años. Desde su creación, han levantado unos 50 refugios. Y en las últimas semanas han recibido 500 solicitudes. Algo similar ocurre en España, aunque la principal empresa del sector, ABQ, cree que el interés creciente no se traducirá en un aumento significativo de las ventas.

Y, además, alerta de los posibles timos que puede haber ahora. "Están proliferando empresas que ofrecen bunkers y refugios atómicos sin experiencia ni conocimiento alguno", señala el dueño de ABQ, Antonio Alcahud, ingeniero nuclear y que lleva construyendo búnkeres desde 1980. "Pero se les desmonta rápidamente haciéndoles cualquier pregunta compleja".

¿Sirven las pastillas de yodo contra la radiación?

Tras el ataque de Rusia a la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, miles de ciudadanos de algunos países como República Checa, Bulgaria o Polonia fueron corriendo a las farmacias a por pastillas de yodo.

Estas pastillas se utilizan en algunos países para combatir la radiación porque bloquean la glándula tiroides y no permiten que entren partículas radioactivas. Sin embargo, las pastillas de yodo que se venden en las farmacias de España no sirven en caso de una emergencia radioactiva, según explican desde el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos. Las que se venden en España tienen una dosis de entre 0,1 y 0,3 miligramos, mientras que las que protegen alcanzan dosis de 130 miligramos.

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