Una carta abierta de parlamentarios marroquíes miembros de la Comisión Parlamentaria Mixta Marruecos - Unión Europeo denuncia "violaciones sistemáticas de los derechos humanos en los campamentos de Tinduf", en Argelia.

La carta, firmada por Lahcen Haddad, comienza apelando a "los derechos humanos universales reconocidos a todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, nacionalidad, etnia, idioma, religión o cualquier otra condición".

Defienden que los derechos humanos "incluyen el derecho a la vida y la libertad, el derecho a estar libre de esclavitud y tortura, la libertad de opinión y expresión, el derecho al trabajo y la educación, el derecho de los refugiados a ser registrados, a circular libremente y a tener un empleo remunerado, y los derechos de los niños, incluido el derecho a ser protegido contra la explotación, las peores formas de trabajo y contra el reclutamiento para la acción militar".

Explican que consideran "los derechos humanos de una manera global e indivisa y no podemos aceptar que algunos quieran hablar de dichos derechos en una región mientras cierran los ojos, cuando se trata de otros contextos, por razones puramente políticas e ideológicas. Sabemos con certeza que, como diputado, usted aprecia y cree en los mismos valores que nosotros en materia de derechos humanos y que los contempla de manera integrada, sin selectividad políticamente motivada".

"Nos gustaría hablarle de los derechos humanos en Marruecos, en particular sobre los avances realizados hasta ahora en esta área, así como los desafíos que deben superarse. Nos gustaría, al mismo tiempo, en el espíritu de la naturaleza 'no selectiva' de los derechos humanos, señalar a su atención la grave situación de los derechos humanos en los campamentos de Tinduf, en el suroeste de Argelia, donde los llamados 'refugiados' están almacenados desde hace décadas. Esta situación nos preocupa como diputados marroquíes, ya que buena parte de las poblaciones secuestradas en los campamentos de Tinduf son saharauis marroquíes", argumentan.

Explican que Argelia "considera a los saharauis marroquíes (así como a otros procedentes de la región del Sahel) 'refugiados' en su territorio. Marruecos, sin embargo, los considera 'poblaciones secuestradas' detenidas contra su voluntad en los campamentos".

"A pesar de considerarlos 'refugiados', Argelia no les aplica la Convención de Ginebra de 1951 ni el Protocolo de 1967. Además de estar 'almacenados', se controla su libre circulación y no se les permite ir a terceros países ni tener un empleo remunerado. El 'almacenamiento' es contrario al espíritu y la carta del derecho internacional de los refugiados", dicen estos parlamentarios.

"Un misterio"

Denuncian que, a pesar de las llamadas regulares del Consejo de Seguridad de la ONU y de Acnur para que Argelia cuente y registre a los "refugiados" saharauis según lo estipulado por el derecho internacional, "la identidad y el número de estos presuntos refugiados sigue siendo un misterio".

Recuerdan que, en su nota del 28 de septiembre de 2018, Acnur confirmó que la cifra oficial de planificación de los refugiados saharauis en los campamentos de Tinduf en Argelia era 90.000 y que desde 2006 esta cifra se ha complementado con 35.000 raciones adicionales. "Sin embargo, el Acnur seguirá dependiendo de esas cifras hasta que se lleve a cabo un registro completo".

"Las 35.000 raciones adicionales se añadieron para hacer frente a los efectos de las inundaciones sobre los más vulnerables y se han mantenido para hacer frente a desastres naturales como inundaciones o sequías graves. Argelia y el Polisario afirman que un mayor número de refugiados vive en los campamentos y recibe ayuda humanitaria a la luz de esas estimaciones exageradas. Pero se niegan continuamente a contar y registrar a los 'refugiados' a pesar de las constantes llamadas de Acnur y el Consejo de Seguridad de la ONU. Hay pruebas anecdóticas que confirman la venta de parte de la ayuda humanitaria por oficiales del Polisario en el mercado negro del sur de Argelia y la región del Sahel".

Añaden que la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude descubrió en 2015 que la ayuda humanitaria de la UE, que ha ascendido a 105 millones de euros, a lo largo de los años, "ha sido desviada regularmente por el Polisario para actividades como la compra de armas. La misma cuestión fue objeto de una Propuesta de Resolución presentada por los parlamentarios europeos el 24 de julio de 2020".

"Por otro lado, el Comité de Derechos Humanos de la ONU expresó, con motivo del cuarto informe periódico de Argelia el 20 de julio de 2018, su profunda preocupación porque la devolución de facto de la autoridad sobre los campamentos de Tinduf por parte de Argelia al Frente Polisario, en particular la autoridad jurisdiccional, 'es incompatible con la obligación de Argelia de respetar y garantizar todos los derechos del Pacto a todas las personas que se encuentren en su territorio. También le preocupan que según los informes, como consecuencia de lo anterior, las víctimas de violaciones de las disposiciones del Pacto en los campamentos de Tinduf no tienen acceso a un recurso efectivo ante los tribunales del Estado parte".

Por todo ello, instan a los eurodiputados "a tomar las medidas necesarias para animar a Argelia a poner fin a esta situación ilegal y hacer que asuma toda su responsabilidad en la gestión de los campamentos, la libre circulación de la población y el libre acceso a la justicia argelina".

Utilización de niños

"El Polisario se jacta de haber utilizado niños en las luchas armadas. Sus medios de propaganda publican regularmente videos de niños en entrenamiento de combate y adoctrinamiento en uniforme militar. Cabe señalar que Staffan de Mistura, el Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, fue recibido por un niño soldado cuando visitó los campamentos de Tinduf el 15 de enero de 2022. Una foto que conmocionó a la comunidad internacional", prosigue la carta.

Explican que el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de los niños en conflictos armados (OPAC), también conocido como el Tratado de Niños Soldados, es un tratado multilateral por el cual los Estados acuerdan prohibir el reclutamiento en el ejército de niños menores de 18 años, garantizar que los reclutas no sean menores de 16 años, e impedir que los reclutas de 16 o 17 años participen directamente en las hostilidades. El tratado también prohíbe a los grupos armados no estatales reclutar a cualquier persona menor de 18 años para cualquier propósito.

"La legislación de derechos humanos declara que la edad mínima legal para reclutar y utilizar a niños en las hostilidades es de 18 años. El reclutamiento y la utilización de niños menores de 15 años como soldados están prohibidos por el derecho internacional humanitario - los tratados y las costumbres - y la Corte Penal Internacional los define como crímenes de guerra", recuerdan.

Consideran que "la comunidad internacional, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Unicef, el Parlamento Europeo y ONG como Child Soldiers, World Vision y otras deberían responsabilizar a Argelia por la flagrante violación del protocolo antes mencionado que el gobierno argelino ratificó en 2016".

Instan por ello a la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo a que lleve a cabo una investigación completa sobre el uso ilegal de niños soldados por parte del Polisario, "una entidad que administra la ayuda humanitaria de la UE recibida por el Gobierno argelino".

"Es nuestra responsabilidad moral y política como parlamentarios denunciar la desastrosa situación de los derechos humanos en los campamentos de Tinduf. Lo mismo se aplica a los diputados del Parlamento Europeo, una institución destinada a ser protectora y promotora de los derechos, para ser la voz de esos saharauis que languidecen en los campamentos de Tinduf sin voz y sin derechos. Es un llamamiento de conciencia a toda Europa, el faro de derecho y libertad, para actuar y aliviar el sufrimiento de las poblaciones secuestradas en los campamentos de Tinduf, en el oeste de Argelia", concluyen.