Es un desastre humanitario, económico y ecológico, con efectos en la inminente contraofensiva ucraniana que será imposible en el sur. La destrucción de la presa de Nova Kajovka, sobre el río Dniéper, ha puesto en riesgo a miles de personas, unas 40.000 entre la zona ucraniana y la rusa, y va a provocar un ecocidio. Al menos 80 localidades situadas entre Nova Kajovka y Jersón van a verse afectadas por las inundaciones. Hay al menos siete desaparecidos. En Jersón muchas calles ya están anegadas. Cada media hora el nivel del agua subía este martes entre seis y ocho centímetros. Además, unas 450 toneladas de aceite de motor se han vertido al Dniéper. El daño es "irreparable", según el director de la empresa que gestionaba la presa, Ihor Syrota.

Esta catástrofe se produce justo cuando las Fuerzas Armadas ucranianas empezaban a realizar avances en los primeros pasos de su contraofensiva. Las inundaciones, que amenazan decenas de pueblos en la región de Jersón, harán imposible que el Ejército ucraniano gane posiciones hacia el sur. Ucrania tendrá que concentrar sus esfuerzos hacia el este. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski ha acusado a "los terroristas rusos" de la voladura de la presa, la séptima en el río Dniéper y la más cercana al Mar Negro.

Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, asegura que se traga de "un acto deliberado de sabotaje con el objetivo de privar a Crimea de agua". También se especuló con que Rusia habría dejado que la presa estuviera al límite de su capacidad, a pesar de que había dudas sobre su estructura. Curiosamente, la semana pasada el gobierno ruso decretó que no habrá que investigar los daños sufridos en industrias peligrosas e infraestructuras hidráulicas en la guerra hasta 2028.

Zelenski insiste en que es "físicamente imposible destruir la presa desde fuera, con un bombardeo. Rusia ha provocado el mayor desastre medioambiental en Europa en décadas". Andrei Yermak, jefe de gabinete de Zelenski, ha enviado un comunicado a The Guardian: "A las 2.50 de la mañana, hora local, las tropas rusas volaron la central eléctrica de Nova Kajovka y su presa. No entiendo cómo puede haber dudas sobre esto. Están situadas en zona bajo ocupación rusa. No ha sido un bombardeo desde fuera, ha sido desde dentro".

En octubre de 2022 Zelenski acusó de tener en su objetivo la presa de Nova Kajovka, que contenía 18 kilómetros cúbicos de agua. El Institute for the Study of War confirmó entonces que Rusia podía estar preparándose para llevar a cabo este ataque y luego culpar a Ucrania. Esta destrucción de la presa es una violación de la Convención de Ginebra, que protege este tipo de infraestructuras.

En invierno nos dejaron sin calefacción. Ahora el agua es su objetivo en un verano que se prevé caluroso. No habrá agua para regar o para el consumo humano"

yuliya kazdobina, ukrainian foudation for security studies

El objetivo, según Kiev, sería utilizar el agua como arma de destrucción masiva y bloquear su avance hacia el sur. "Es una continuación de la táctica rusa de atacar infraestructuras civiles para romper con la resistencia ucraniana. En invierno lo hicieron para que nos quedáramos sin calefacción o electricidad. Ahora el agua es su objetivo en un verano que se prevé muy caluroso. No habrá agua para regar o para el consumo humano. Es un ecocidio también", señala Yuliya Kazdobina, directora de la Ukrainian Fundation for Security Studies. El director general de Ukhydronenergo, Ihor Syrota, coincide, según cita The Washington Post, en que es "una catástrofe ecológica". El aceite vertido en el Dniéper va hacia Jersón y el Mar Negro.

Miles de personas han sido evacuadas en el tramo que avanza desde la localidad de Nova Kajovka, que ha quedado anegada, y Jersón, donde también está llegando el agua. Unas 16.000 personas vivían en la "zona crítica" en la parte bajo control ucraniano. Los pueblos de Nikolaevka, Olgovka, Levo, Tyaginka, Ponyatovka, Ivanovka, Pridneprov y la isla de Korabel, son algunos de los afectados. Otras 22.000 están en la zona rusa, que también está en riesgo. En total, serían unas 40.000 personas en riesgo. El primer millar ya fue desplazado en las primeras horas.

Los servicios de emergencia han desplazado autobuses hasta la zona para trasladar a los vecinos de la zona bajo control ucraniano hacia Mykolaiv. Más de un millar de casas están bajo el agua y el momento más crítico se vivirá el miércoles. También en la zona rusa hay zonas inundadas, entre ellas la localidad de Nova Kajovka, junto a la presa. Habrá que esperar unos días para evaluar los daños, pero serán inmensos.

Obstáculos infranqueables en el sur

El asesor de Zelenski, Mijailo Podolyak, apunta que se trata de "crear obstáculos infranqueables para frustrar el avance de las Fuerzas Armadas ucranianas". Por el sur Ucrania buscaría romper la conexión entre el territorio ruso con las provincias anexionadas de Jersón y Zaporiya, así como la península de Crimea, bajo control ruso desde 2014. La ciudad de Melitopol sería crucial para Kiev.

Ucrania tendrá que reacondicionar sus planes, si quería actuar en el sur, porque la zona es difícilmente transitable"

francisco gan pampols, teniente general en la reserva

"Si Ucrania quería actuar en el sur, tendrá que reacondicionar sus planes, porque no hay medios de paso y es difícil atravesar el río con el cauce mayor y orillas embarradas. La zona se convierte en difícilmente transitable", señala Francisco Gan Pampols, teniente general en la reserva. Este ataque supone la destrucción de una infraestructura crítica, emplazada en un lugar estratégico, sobre el caudaloso río Dniéper.

Gan Pampols enumera los efectos de la destrucción de la presa, más allá de las consecuencias militares: "Afecta a la producción de energía eléctrica de la central; también a las posibilidades de irrigación de las llamadas tierras negras, donde se produce trigo, maíz, soja y derivados; además, la central de Zaporiya toma agua del Dniéper para enfriar los reactores, aunque de momento la situación parece bajo control; y hay que recordar que el canal abastece de agua dulce a Crimea, aunque ya se quedó sin agua más veces desde la anexión en 2014".

El jefe de la Oficina Presidencial ucraniana, Andriy Yermak, dijo que "los rusos son responsables de la posible privación de agua potable de las personas en el sur de Jersón y en Crimea, de la posible destrucción de gran parte de las localidades y de la biosfera... Es un golpe a la seguridad alimentaria mundial. Este desastre afectará al sistema de riego del sur de Ucrania".

Tetiana Shevchuk, analista en International Center for Ukrainian Victory, señala que lo sucedido muestra cómo "los rusos están desesperados y así han decidido inundar la zona a pesar de las consecuencias. Desde el punto de vista humanitario es catastrófico. Las consecuencias a largo plazo para la industria, la agricultura y el medio ambiente aún no podemos evaluarlas pero serán enormes".

Condenas internacionales

Los aliados occidentales de Ucrania han condenado la destrucción de Nova Kajovka. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha llamado la atención sobre los miles de civiles en riesgo y la destrucción del medio ambiente. "Es un acto escandaloso que demuestra la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania".

También ha sido tajante el Alto Representante para Política Exterior y de Seguridad de la UE, Josep Borrell. "La Unión Europea condena este ataque en los términos más enérgicos posibles. Representa una nueva dimensión de las atrocidades rusas y puede constituir una violación del Derecho Internacional".

Y Borrell subraya cómo Rusia "continúa su temerario juego nuclear poniendo en riesgo el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad de la central nuclear de Zaporiya". La Agencia Internacional de la Energía Atómica vigila la situación. El depósito de agua para la refrigeración de los reactores está lleno y los seis reactores están desconectados. Aún así, la destrucción de la presa hace más difícil mantener la seguridad de la central, la mayor de Europa.