A Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía y especie de madero flotante de la política y de Cs, le han sacado ahora un escándalo, una filtración, unos audios de junio como el que saca un encurtido. Estas trampas son siempre mercancía de alacena, se guardan con paciencia para la urgencia, a veces años o siglos, allí entre una profilaxis de ajos y la armada todavía cervantina de los cepos de ratón. La filtración puede llevar al adelanto de las elecciones en Andalucía y lo primero que piensa uno no es si Juanma Moreno ha sido hipócrita o si Juan Marín tiene topos en los bolsillos de sus grandes chaquetas de encogerse de hombros, sino que el personal quiere que se adelanten las elecciones en Andalucía. Parece que hace falta que se mueva algo, quizá porque en la tele sólo sale Ayuso, o Cayetana, o Yolanda Díaz, o un señor en su casa mirando el radiador como un acordeón que no sabe tocar.

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

Opciones de suscripción

¿Todavía no estás seguro? Consulta aquí todas las ventajas de suscribirte a El Independiente.

¿Ya eres usuario Premium?

Identifícate