"Bienvenidos al nuevo centro catalanista". Con esta propuesta convoca Lliures, el partido creado por ex dirigentes de CDC y Unió, a su tercera conferencia. Tras renunciar a concurrir en los comicios del 21D, Lliures vuelve a la carga con el objetivo de recuperar el centro catalanista y la promesa de nuevas caras, entre las que destacará el jueves la presencia esperada del ex conseller Santi Vila.

El objetivo: prepararse para concurrir a las próximas elecciones municipales de 2019, con la convicción de que es muy probable que ese año se convoquen también elecciones autonómicas, dada la fragilidad del gobierno que intentan formar JxCat y ERC. Y acudir a esos comicios como un nuevo partido "liberal, progresista y catalanista" con la expectativa de formar un nuevo grupo parlamentario que sirva para deshacer el empate entre independentistas y constitucionalistas que bloquea la política catalana.

El ex conseller de CDC y dirigente del partido Antoni Fernández Teixidó está convencido de que Lliures ha hecho los deberes en cuanto a estructura territorial y sectorial que permita, ahora sí, concurrir a las elecciones. Y advierte de que su objetivo "no es ganar las elecciones", pero sí sumar votos catalanistas que ahora siguen en el PDCat o se han ido a Cs para desbloquear la situación.

Lliures aspira a convertirse en la "cuña" que permita romper el bloque independentista para tejer nuevas alianzas políticas en el Parlament. Pero pretende evitar además que esas nuevas alianzas no tengan que pasar necesariamente por la reedición del tripartito, como sueñan los Comunes y buena parte de Esquerra y el PSC. "Ahora no existe una aritmética parlamentaria que permita cambiar mayorías, necesitamos una nueva fuerza política para salir del estancamiento", advierte Teixidó en este sentido.

En la conferencia del jueves presentarán esa nueva estructura, que garantiza la presencia del partido en toda Cataluña y en los principales ámbitos sociales y económicos. Un salto adelante con el que el nuevo partido se considera preparado para que el segundo congreso, previsto para otoño, pueda presentar candidaturas locales con expectativas razonables.

Santi Vila y otras novedades

Conscientes de que la marca Lliures es absolutamente desconocida, sus promotores buscan caras conocidas y complicidades en los ámbitos del catalanismo tradicional dispuestos a dar la batalla frente al independentismo. El jueves contarán con esas "nuevas caras" entre las que se espera al ex conseller de Cultura y Empresa que abandonó el gobierno de Carles Puigdemont la noche antes de la declaración de independencia.

"Hay elementos de confluencia muy importantes", señala Teixidó, en referencia sobre todo a la rectificación de Vila sobre el discurso independentista. Pero asegura que la incorporación del ex conseller a su proyecto precisa antes pulir "matices" porque "el balance del procés es claramente diferente".

Santi Vila "es un ciudadano que tiene que ir al juzgado cada 15 días y está a la espera de un juicio que difícilmente tendrá un buen final; si alguien con este currículum es considerado un traidor, el país está peor de lo que pensábamos", advirtió el jueves el director de La Vanguardia, Màrius Carol, en la presentación del libro de Vila. Pero ésa es exactamente la consideración del ex conseller en los círculos soberanistas.

Operación de imagen

El libro De héroes y traidores es una operación de desagravio y limpieza de imagen de Vila que ha experimentado desde el primer momento las dificultades de defender su postura tras acompañar a Carles Puigdemont hasta las mismas puertas de la DUI, para descabalgarse la noche antes. Una trayectoria que encuentra poca comprensión a ambos lados del muro que separa ahora a los antiguos catalanistas.

Pero su presencia masiva en medios de comunicación en su primera semana demuestra también que Santi Vila sigue siendo una voz propia con mucha fuerza en el panorama político catalán, precisamente por su papel en los hechos vividos entre julio y noviembre de 2017, tiempo que abarca el procés desde la crisis de gobierno que purgó a todos los moderados de la antigua Convergencia del Govern hasta la DUI.

Vila, uno de los pocos dirigentes de la extinta Convergencia que formó parte del gobierno de Artur Mas y formó parte de las listas de JxSí en 2015, ha sido uno de los líderes del independentismo de más difícil clasificación. Siendo de los primeros convergentes en declararse independentista, como Carles Puigdemont, se convirtió como conseller de Territorio en uno de los referentes del Gobierno de Mariano Rajoy en la Generalitat gracias a su buena relación con Ana Pastor, entonces ministra de Fomento.

En la última legislatura pasaba por integrar el núcleo de los consellers moderados del gobierno de Puigdemont, con el que tenía una estrecha relación personal tejida en los tiempos en los que Vila era alcalde de Figueras y el ex president alcalde de Girona. Sin embargo, cuando se produjo la crisis de gobierno del pasado julio, en la que salieron Neus Munté, Jordi Jané, Meritxell Ruiz y Jordi Baiget, por sus dudas sobre un referéndum unilateral en contra del Gobierno, Vila no solo siguió sino que asumió la cartera de Baiget. Entonces, algunos le señalaron como la mano negra que habría traicionado al sector moderado, dispuesto a hacerse con las riendas del Govern para frenar la deriva unilateral de Puigdemont.

Pese a su continuidad, Vila siempre ha estado bajo sospecha a ojos de los independentistas más radicales. Su buena sintonía con Pastor, sus críticas al giro a la izquierda de los últimos gobiernos de la Generalitat mientras él defendía posiciones más centristas, o su afición a los toros no despertaban simpatías entre la CUP y amplios sectores de ERC. La rectificación que supone el libro De héroes y traidores ha vuelto a colocarle en esa diana, a la que ahora apuntan con especial saña los nuevos diputados de JxCat.