El Gobierno vasco ha asegurado que la existencia del euskera en La Rioja es algo "innegable" desde el punto de vista histórico. Ha recordado que muestras de ello son aspectos como la aparición de las "Glosas Emilianenses" -datadas en el siglo X- en el Monasterio de San Millán de la Cogolla-donde se encontraron los primeros escritos en euskera y castellano-, la rica toponimia "claramente vasca" que existe en determinadas zonas de la Rioja o "el 'fuero Jacastro'". El portavoz del Ejecutivo vasco no ha querido ahondar en la polémica suscitada por la enmienda presentada por el Partido Socialista de La Rioja a la actualización de su Estatuto de autonomía y que apela a incorporar el acervo idiomático.

Erkoreka ha subrayado que corresponde únicamente a los y las riojanas determinar cómo debe recogerse en sus documentos su identidad y su pasado. Ha señalado que la historia ha demostrado que en determinadas zonas de La Rioja se habló euskera "hace muchos siglos". Ha apuntado que los indicios históricos existentes acreditan que eso "es algo que está ahí, es historia".

El portavoz del Ejecutivo de Urkullu ha querido destacar que ésta es una cuestión con la que se debe ser extremadamente respetuoso ya que forma parte de la construcción del "acervo histórico, el legado histórico" que la sociedad riojana quiera plasmar en sus normas fundamentales como el Estatuto. "Es algo que les corresponde sólo a ellos".

Determinadas informaciones periodísticas en las que se insinuaba la posibilidad de convertir el euskera en lengua cooficial de La Rioja suscitaron ayer un profundo malestar en las filas del PSOE en esta comunidad autónoma. Fuentes de la formación negaron tan extremo y subrayaron que la enmienda presentada hace referencia a la riqueza cultural e histórica de La Rioja y en ningún caso se hacen referencias de carácter lingüístico. El PSOE riojano recuerda que el Patrimonio de la Humanidad de los Monasterios de San Millán, donde se descubrieron los primeros escritos sobre el castellano y el euskera, debe reconocer como un patrimonio de unidad y no cómo un símbolo para patrimonializar las lenguas.