Los manifestantes que han provocado disturbios esta madrugada en el centro de Barcelona han destrozado y saqueado una sucursal bancaria de La Caixa y una tienda de ropa en el cruce de las calles Aragó y Claris.

En la oficina bancaria, los radicales han reventado los cristales y las puertas de acceso y se han introducido en la sucursal para reventar el mobiliario y los cajeros automáticos. Lo mismo ha sucedido en la tienda de ropa de la esquina contraria.

Los manifestantes también han lanzado pirotecnia contra furgonetas de Mossos d'Esquadra en el cruce de calle Valencia con el paseo de Gràcia.

Después de que centenares de manifestantes hayan intentado acercarse a la Delegación del Gobierno, los Mossos les han hecho volver hacia el paseo de Gràcia, y en un cruce con València han hecho una barricada y han quemado contenedores.

Desde detrás de los contenedores, manifestantes han lanzado cohetes en dirección horizontal hacia furgonetas de los Mossos, que estaban en el otro cruce de València con paseo de Gràcia, y les han lanzado objetos como botellas de cristal, tras lo que las furgonetas han hecho el carrusel en el paseo y las calles colindantes.

Agresiones salvajes

Los Mossos han actuado tras una noche en la que se han mostrado desbordados, tras ser incapaces de mantener separados a los ultras de extrema derecha y a los radicales independentistas que se buscaban por el centro de Barcelona.

Finalmente, los grupos se han encontrado y han protagonizado agresiones brutales. Un grupo de neonazis ha golpeado en grupo a un joven CDR que ha podido huir de la escena finalmente, con la cara hinchada por los golpes.

Posteriormente, un grupo de CDR's ha perseguido a un ultra que portaba un cuchillo y una bandera franquista. Le han rodeado y golpeado en el suelo hasta dejarlo prácticamente inconsciente y con una aparatosa herida en la nuca.

Explicaciones

Los Mossos d'Esquadra han afirmado que "la complejidad del dispositivo" desde el lunes en toda Cataluña ante las movilizaciones contra la sentencia del 1-O ha impedido este jueves por la noche encapsular a los ultras concentrados para evitar que bajaran al centro de Barcelona, donde había antifascistas y se corría peligro de que ambos grupos se enfrentaran.

Esa complejidad del dispositivo a lo largo de la semana "no permitía hacer el encapsulamiento habitual en este tipo de contraciones", han informado fuentes de Mossos.

Han defendido que el objetivo en todo momento ha sido evitar una batalla campal entre los dos grupos: "Negamos rotundamente ningún tipo de permisividad con ninguna de las personas que han mostrado actitudes violencias en las calles de Barcelona".