Es la enésima crucial para el Brexit. Y para la primera ministra británica, Theresa May, cuya supervivencia política cotiza a la baja en las apuestas.

Tras una intensa sesión parlamentaria, al filo de la medianoche May sufría una nueva derrota al aprobarse, por 329 votos a favor y 202 en contra, una moción, presentada por diputados laboristas y conservadores, que permite a los diputados debatir y votar a partir del miércoles alternativas a su plan, ya rechazado dos veces.

Es el Gobierno el que establece la agenda de los Comunes generalmente y por ello May había dicho que esta moción suponía un choque institucional.

A juicio del Gobierno, la moción, que lleva el nombre de un ex ministro tory Oliver Letwin, "sienta un precedente peligroso para el futuro". Aún así, tres secretarios de Estado, los titulares de Exteriores, Sanidad y Comercio han apoyado la moción. Treinta diputados conservadores han hecho caso omiso de la demanda de May de votar en contra.

Preparada para la batalla, ha empezado la jornada con una reunión extraordinaria de su gabinete, en donde se ha vuelto a plantear la posibilidad de una tercera votación sobre el Acuerdo, pero tras consultar a unionistas norirlandeses y al líder laborista, Jeremy Corbyn, ha comprobado que aún estaba lejos de contar con el apoyo suficiente.

May ha señalado que el plazo del 29 de marzo ahora se retrasa hasta el 12 de abril o el 22 de mayo "para proteger la unión y evitar el daño de una salida sin acuerdo en Irlanda del Norte".

Sobre los llamados votos "indicativos" May ha expresados su "escepticismo" porque pueden aprobarse enmiendas contradictorias y no ayudarán a encontrar el consenso necesario. Sin embargo, el Parlamento va a debatirlos y votarlos a partir del miércoles.

"Nosotros podemos garantizar que habrá Brexit, ninguna otra opción lo garantiza", ha remarcado May, en su declaración ante los diputados en Westminster, pero ha reconocido que "no hay suficiente apoyo en la Cámara para plantear una tercera votación".

Pero ha aclarado: "Sigo creyendo que el camino adecuado es salir con acuerdo el 22 de mayo". Y ha remarcado que solo habrá una salida sin acuerdo, "si los diputados así lo quieren".

"Donde ha fallado el Gobierno, puede tener éxito el Parlamento", señala el líder laborista, Jeremy Corbyn

El líder laborista, Jeremy Corbyn, ha instado a May a que reconozca que su plan "está muerto". Ha acusado a May de anteponer el interés del Partido Conservador al del país. El Acuerdo fue rechazado en enero por 230 votos y el 12 de marzo por 143 votos.

Corbyn urge a May para que deje que los Comunes tomen el control. "Donde ha fallado el Gobierno puede tener éxito el Parlamento", ha concluido. Es lo que van a intentar los parlamentarios tras aprobarse la moción que les permite fijar la agenda.

Por la mañana la esperanza de May residía en los unionistas norirlandeses. Tras la reunión del Gobierno, May ha acudido a tantear a la líder del Prtido Unioniista Democrático (DU), Arlene Foster, que cuenta en el Parlamento con una decena de diputados cuyo apoyo resulta imprescindible para lograr luz verde.

Además, a ellos les afecta especialmente la cuestión de la salvaguarda (backstop) o garantía fijada en el Acuerdo para evitar una frontera entre las dos Irlandas. Pero Foster no ha cambiado su posición de rechazo al texto, que ya ha cosechado dos rotundos noes en Westminster.

Tras una reunión de una hora con Corbyn, May no ha logrado convencer al opositor sobre la posibilidad de contar con su apoyo. May ha intentado plantear el acuerdo de salida por separado de la declaración política, que es base de la relación futura, pero no ha convencido a Corbyn.

Aunque May lleva meses siendo un cadáver político, este fin de semana los medios británicos apuntaban que su fin estaba más cerca. “No seguirá al frente del Gobierno diez días más”, señalaba una fuente no identificada en The Sunday Times.

Presión de los 'brexiters'

El domingo, May se reunió en su residencia de Chequers con los brexiters, partidarios de una salida sin acuerdo. Entre ellos figuran Boris Johnson, Jacob Rees-Mogg o Ian Duncan-Smith. May habría dado a entender que dejará el cargo, a cabio de su respaldo al Acuerdo. Quedarían al mando de la siguiente fase de las negociaciones, en las que se fija cómo será la relación futura.

Algún brexiter, como John Wittingdale,  ya insinuó que la oferta resultaba tentadora. Sin embargo, Johnson en su columna en The Daily Telegraph, por la que cobra 275.000 libras anuales, señalaba: “Ha llegado la hora de que la primera ministra se guíe por el espíritu de Moisés en el Exodo y diga al faraón de Bruselas: Deja que mi pueblo se vaya’”

Johnson se refiere a la posibilidad de que se aplicque una transición sin backstop, lo que rechaza la UE, o que May asegure que la segunda fase no será como la primera, es decir, da a entender que si otros lideran esas negociaciones, aceptarían el acuerdo de salida.

La diplomacia europea

La Unión Europea, que está dando ejemplo de sabiduría diplomática, ha dado al Reino Unido dos opciones para ejecutar el Brexit. El jefe negociador, Michel Barnier, y su equipo ha conseguido que los Veintisiete se mantengan unidos ante uno de los mayores desafíos a los que se ha enfrentado la Unión.

Si aprueban el Acuerdo de May, pueden solicitar una prórroga hasta el 22 de mayo con el fin de ultimar las tareas pendientes y así evitarían las elecciones europeas (23 al 26 de mayo). En caso de rechazo al Acuerdo, pueden esperar hasta el 12 de abril para solicitar una prórroga más larga. Esta vía daría tiempo a celebrar elecciones o un segundo referéndum, por ejemplo. En ese caso los británicos participarían en las elecciones europeas.

Aún así, la Comisión Europea ha señalado en Twitter que una salida sin acuerdo sigue siendo un escenario muy probable y por ello todo está preparado si así sucediera.

En su informe, la Comisión recuerda que si hay una salida sin Acuerdo, los británicos tendrán que mostrar su pasaporte al viajar a cualquier destino en los Veintisiete.

Tendrán un permiso de estancia de 90 días si los originarios de los Veitisiete gozan del mismo derecho, pero habrán de sellarse sus pasaportes a la entrada y a la salida. Habrán de explicar el propósito de su viaje y probar que cuentan con medios para mantenerse durante su estancia. En el caso de la frontera interirlandesa, se plantea un grave problema pues los Acuerdos de Viernes Santo fueron posibles gracias en gran parte a la pertenencia a la UE de las dos Irlandas.

A su vez, el sábado cerca de un millón de personas han reclamado que el pueblo vuelva a votar sobre la salida del Reino Unido de la UE. People’s Vote está ganando cada vez más fuerza en las calles, pero en el Parlamento no hay mayoría de consensos y el laborismo no libra esa batalla. Y May ha descartado que vaya a aceptar un segundo referéndum aunque haya un voto no vinculante a favor en los Comunes. Sigue la intriga sobre el futuro de May, del Brexit y de los británicos.