Athing Mu. Apunten el nombre. Diecinueve años recién cumplidos, 178 centímetros y dos piernas que parecen las de una gacela. Es una de las perlas del atletismo del futuro y también del presente. Su prueba, los 800 metros, en la que ostenta el récord mundial sub-20 en pista cubierta y la mejor marca de 2021. Y tiene una ambición sin límites. Hoy ganó el oro olímpico con un nuevo récord estadounidense, unos estratosféricos 1:55,21 minutos.

"Me encantaría ganar una medalla olímpica de oro y me gustaría que fuera en los 800 metros. Sería alucinante si también logro un récord del mundo". Las palabras las pronunció en 2019 en una entrevista con la BBC. Tenía 17 años y ya se veía codo con codo con las mejores del mundo.

El tiempo le está dando la razón: a finales de junio, en los Olympic Trials de Estados Unidos, logró el segundo mejor tiempo de la historia de su país, 1:56:07 minutos, y se sacó el billete para Tokio 2020 con una superioridad insultante. Ganó sin inmutarse, sin un solo gesto facial de esfuerzo mientras sus rivales apretaban los dientes varios metros por detrás. Hoy en la final batió el récord de su país superando a la británica Keely Hodgkinson (1:55,88) y a la estadounidense Raevyn Rogers (1:56,81).

El contrato millonario con Nike

Unos días antes de su exhibición en Oregon, Mu se había convertido oficialmente en atleta profesional al firmar su primer contrato. Fue nada menos que con Nike, un acuerdo plurianual y según medios estadounidenses cobrará entre 500.000 y 750.000 dólares cada año, contando ya los bonus por medallas y posibles récords.

Mu nació el 8 de junio de 2002 en Nueva Jersey, apenas dos años después de que sus padres huyeran de Sudán del Sur en plena guerra civil. Es la sexta de siete hermanos y la primera de la familia que nació en suelo estadounidense. Poco después, en 2003, sus padres se divorciaron. Nunca sobró el dinero en casa. Su madre trabaja en un almacén y su padre procesa productos del mar en el Pacífico.

"Puede ocurrir cualquier cosa. Estoy aquí para competir, dar todo lo que tengo y luego ver si las cosas salen"

"Cuando naces en una familia de inmigrantes que está entre la espada y la pared, sabes cuál tu suelo en la vida", señaló Deng, hermano de Athing, a The New York Times. "Te da una enfoque sobre cómo buscar las cosas que te pueden ayudar a mejorar la vida".

Mu se ha convertido en la primera estadounidense en ganar el oro olímpico en 800 metros desde Madeline Mims, que subió a lo más alto del podio en México 1968. Mims fue la primera mujer negra en ganar la prueba y la única estadounidense en lograrlo. "Yo solo espero poder emular algún día a Madeline", dijo Mu a la BBC antes de aterrizar en Tokio.

Un nombre difícil de pronunciar

Ya en Japón, Mu ganó sobrada su serie con un tiempo de 2:01,10 minutos y en semifinales volvió a demostrar que tiene el tanque lleno de gasolina. Paró el reloj en 1:58,07 dando la sensación de que no fue a tope en ningún momento. "Puede ocurrir cualquier cosa. Estoy aquí para competir, dar todo lo que tengo y luego ver si las cosas salen", señaló en el Estadio Olímpico de Tokio. "Si Dios me lo prohíbe y algo pasa, seguiremos mirando hacia adelante".

Lo único que tiene claro esta atleta es que incluso después de ganar el oro casi todo el mundo seguirá pronunciado mal su nombre. "Se pronuncia aouh-thing-moe", repite una y otra vez. Pero por los altavoces del Estadio se escucha mut. "Ya he aprendido que da igual cuántas veces lo digas, que siempre habrá alguien que lo pronuncie mal". Athing Mu, apunten el nombre aunque no sepan pronunciarlo.