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"Las fiestas de San Fermín permitirán a mucha hostelería y comercio pagar sus deudas"

El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, confía en que la recuperación de las fiestas tras dos años de suspensión supongan un revulsivo social y económico para la ciudad. El miércoles, el chupinazo dará inicio a las fiestas de San Fermín.

El último chupinazo se remonta a hace tres años, al 6 de julio de 2019. La pandemia obligó a suspender los dos siguientes. Ahora, Pamplona se prepara para volver a vivir las fiestas de San Fermín. Nueve días que tendrán una función sanadora, social y económicamente. Cuando el exjugador de fútbol, Juan Carlos Unzue lance el chupinazo desde el al balcón consistorial todo volverá a ser como antes, o al menos se le acercará. El virus no ha desaparecido y la dificultad económica, tampoco, pero al menos en los próximos nueve días la capital navarra volverá a revivir los días más intensos de su calendario, los que marcan los encierros, los toros, la fiesta y el 'pobre de mi'.

El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, asegura que no está claro si serán los más masivos o no. Sí los más esperados. Todo apunta a que los de casa, los 'pamploneses', no se marcharán: "Nos llega que muchos vecinos de Pamplona esta vez no se irán fuera". Por ahora los hoteles del centro están llenos, los de la periferia, no tanto.

También serán las fiestas que permitirán revertir la pérdida millonaria de ingresos que sufrió la ciudad en 2020 y 2021: "Cada año que no se ha celebrado han dejado de entrar cerca de 100 millones de euros menos a la ciudad". Por eso subraya que para muchos negocios que lo están pasando mal será un oxigeno financiero vital, "otros no han llegado, han tenido que cerrar".

Maya no cree que este año se repitan los momentos de tensión de las últimas fiestas de San Fermín. Los intentos de la izquierda abertzale por colocar la ikurriña durante el chupinazo terminaron en los tribunales. También confía en que incidentes como los ocurridos con 'La Manada' en 2016 sean cosa del pasado: "Fue una mancha muy importante para Pamplona. A todo ese mundo le diría que recuerde que en horas estaban detenidos y a disposición judicial. Quien quiera venir a hacer cosas indebidas que sepa que aquí se actúa".

Pregunta.- Han pasado tres años desde el último chupinazo. La pandemia obligó a suspender los sanfermines de 2020 y 2021. ¿Ha habido que desempolvar muchas cosas?, ¿Recuperar rutinas, actualizar protocolos…?

Respuesta.- La verdad es que sí. Todo tiene unos ritmos y cuando estás en la rutina habitual es más fácil que tras un parón tan largo. Ha habido que renovar todo, recordar todo. Cosas como organizar la Casa Consistorial para el chupinazo, las invitaciones, etc. Todo lo que parece que sale solo. Ahora, después de tres años desde los últimos, parece que hay un gran movimiento en la ciudad, todo el mundo quiere participar. Bienvenido sea. Estábamos deseando que ocurriera tras los palos del 2020 y 2021,… en el 2022 estamos felices.

P.- Celebrarlos en un escenario económico tan delicado, ¿se va a notar de algún modo? ¿Ha habido que hacer contenciones, ajustes?

R.- Para el Ayuntamiento la suspensión de las fiestas de San Fermín no supuso un quebranto económico especial. Lo que hace es generar muchos ingresos a las actividades y negocios de hostelería y comercio de Pamplona. Nuestro presupuesto no depende, aunque indirectamente sí, de los ‘Sanfermines’. Hemos tenido que arbitrar medidas especiales de apoyo al sector comercial y hotelero y eso ha supuso mucho dinero. El efecto real de los ‘Sanfermines’ es sobre la iniciativa privada, que son los que dejan de tener reservas en sus hoteles y restaurantes. Luego está la Casa de la Misericordia, cuyos ingresos dependen de los beneficios de las corridas de toros. La residencia de mayores sí se ha llevado un palo económico fuerte en estos dos años. Ahí ha habido que restructurar muchas cosas para seguir adelante.

P.- ¿Qué impacto económico tienen las fiestas de San Fermín?

R.- Se habla de unos 100 millones de euros que entran en Pamplona esos días. La cifra exacta no la tenemos, pero puede rondar esa cantidad. Han sido dos años, por tanto en torno a 200 millones. Eso para una ciudad como Pamplona, con 200.000 habitantes, es un dineral, casi  1.000 euros por habitantes que han dejado de entrar. Eso asusta.

P.- Tras dos años de pandemia y meses de crisis económica, ¿la hostería y los servicios que van a encontrar los visitantes serán los mismos? En este camino se ha perdido mucho empleo, mucha hostelería…

Esta es una fiesta de origen religioso, eso no lo podemos olvidar nunca"

R.- Sí, la verdad es que sí. Ha habido mucha pérdida de empleo y actividades que han cerrado. Otras muchas están preparándose para abrir en San Fermín. Por eso puede suponer una nueva generación de empleo que esperemos que no sea coyuntural. Ha habido mucho negocio que no ha podido aguantar y otros lo han hecho a base de endeudarse. Hay mucha gente que cree que ahora la hostelería se va a forrar. No es así. Mucho comercio y hostelería están intentando pagar deudas con los ingresos esperados de San Fermín. Han tenido que ir endeudándose y ahora llega una inyección económica pero para eso, para reducir deudas. Me lo ha dicho más de uno. Los efectos de la pandemia están ahí y ahora el susto de la guerra y la subida de precios... Son muchas incógnitas. San Fermín será fundamental para la recuperación económica de muchos negocios.

P.- Que en las dos ediciones anteriores tuvieran que suspenderse, ¿hará más masivos que nunca estas fiestas?

R.- En cuanto a la afluencia, hay inseguridad en los datos. Por un lado, las agencias de viaje nos dicen que va a haber menos salida de gente de Pamplona hacia fuera, parece que hay ganas de quedarse o la crisis hace que no se vayan. Eso es una buena noticia, que los ciudadanos de Pamplona se queden. Donde hay más dudas es que los hoteles más céntricos nos dicen que tienen ya mucha reserva pero los hoteles más periféricos están por debajo de lo habitual. Hasta que no empieza la fiesta es difícil de saber qué sucederá. Estoy convencido de que no van a ser unas fiestas tremendamente masivas, donde no se pueda estar. En otras ciudades también vemos que no siempre ha habido mucha más gente. El sentido común dice que lo lógico es que venga más gente, sí, pero veremos. La organización es similar a la de otros años. 2.700 efectivos de cuerpos y fuerzas de seguridad. Policía municipal, 400 agentes, además de Policía Nacional, Policía Foral y Guardia Civil.

P.- Los ‘Sanfermines’ han estado manchados por casos como el de ‘La Manada’, en 2016, o el asesinato de Nagore Lafagge, en 2008. La denuncia y seguimiento de cualquier agresión contra las mujeres va a volver a ser una prioridad…

"Quien quiera venir a hacer cosas indebidas que sepa que a nivel policial aquí se actúa rápido"

R.- Tenemos un plan, un protocolo de actuación. Se trata de priorizar el apoyo a la víctima, la persona agredida. Se les atiende con equipos de psicólogos. Siempre se hace un seguimiento personalizado. Todas las policías trabajan coordinadamente. Lo de ‘La Manada’ fue terrible, fue una mancha muy importante para Pamplona. A todo ese mundo le diría que recuerde que en horas estaban detenidos y pasaron a disposición judicial. Ese es un mensaje importante. Siempre pueden pasar cosas indeseadas, pero estamos en una ciudad en la que a nivel policial y judicial se actúa rápido. Quien quiera venir a hacer cosas indebidas que sepa que aquí se actúa. Que vengan a divertirse, a disfrutar, pero aquellos que vengan con otras intenciones que tengan la certeza de que se va a actuar y pasarán a disposición judicial.

P.- Y la tensión política, ¿volverá a escenificarse en el balcón consistorial el miércoles, con el chupinazo? En los últimos años ha habido chupinazos paralelos, tensiones por la ikurriña… ¿Los prevé este año?

R.- No tenemos ningún dato que nos permita pensar que pueda ocurrir. Tampoco lo teníamos en 2019. En aquel momento EH Bildu decidió que iba a liarla, quiso imponer una bandera, la ikurriña que no es la de Navarra y no pudo hacerlo. De hecho, ha habido penas para aquellos que quisieron imponerla. En aquella ocasión alguna persona llegó a morder a otra, hubo patadas, fue muy violento. Se celebró un juicio y aceptaron la pena. Espero que nos dejen en paz y podamos disfrutar de la fiesta sin esas tensiones ni intentos de imposición que la inmensa mayoría de la ciudad no quiere. Espero que impere la cordura.

P.- ¿La ikurriña estará en el balcón del ayuntamiento de Pamplona?

R.- Ellos tuvieron cuatro años de alcaldía e hicieron todo tipo de tretas para poner la ikurriña. Cosas como ponerla sólo un ratito para que no me denuncien. No puede ser. Hay que respetar la realidad institucional. Nosotros tenemos nuestra bandera, que es la de Navarra, la de España, la de Pamplona y la de Europa. Son las que tienen que estar en el ayuntamiento en el momento del chupinazo.

P.- Durante la pandemia miles de pamploneses, de navarros, fallecieron. ¿En los ‘Sanfermines’ habrá algún acto para recordarlos?

Hay que respetar la realidad institucional, nosotros tenemos nuestra bandera, que es la de Navarra"

R.- No hay un acto en particular. Sí hay uno para los niños pequeños que nacieron durante la pandemia, son unos 2.000 los que han nacido en estos tres años. Tuvimos un acto de homenaje de recuerdo muy emotivo para todas las víctimas y las personas y sanitarios que trabajaron el día del aniversario de la fundación de Pamplona, el 8 de septiembre del año pasado.     

P.- A Enrique Maya qué es lo que más le gusta hacer más allá de los compromisos institucionales como alcalde…

R.- Además del chupinazo, el día grande es el día 7, el día de San Fermín. Estas son unas fiestas religiosas y ese día tenemos la procesión del santo, que es una preciosidad. Recorremos el Casco Viejo, disfrutando con la gente. Es un momento irrepetible, vestidos de gala, con la Pamplonesa, etc. Es un momento que recuerda que es una fiesta de origen religioso, eso no lo podemos olvidar nunca. Luego están las corridas de toros. Presidir la del día 7, de gala, y con 20.000 personas es un momento especial que impone mucho, es muy bonito. Merece la pena ser vivido. También me  dedico mucho a visitar a colectivos, instituciones y organizaciones; Cruz Roja, la DYA, residencias de mayores, etc. Luego está la entrega de premios etc. es una  agenda intensa. En la agenda más estrictamente familiar hay comida familiar el día 7. Las cenas con amigos y familia. Lo familiar me gusta mucho. Además, ahora tengo un nieto que nació en junio de 2019, apenas tenía dos semanas en los últimos ‘Sanfermines’ y está muy ilusionado. Perderme con mi nieto, con la familia y vivirlo como un pamplonés más, es lo que más me atrae.  

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