Si bien es cierto que la época tradicional de vacaciones de la mayoría sigue siendo julio y agosto, la realidad es que cada vez son más las personas que optan por el mes de septiembre para tomarse su descanso. Y es que, por estas fechas, en España se siguen encontrando pueblos como zonas ideales para alejarse de los lugares más turísticos en temporada alta.

Se trata de disfrutar del privilegio de pasar unos días de vacaciones más tranquilos, pero aún con buena temperatura en pueblos y ciudades de toda España. He aquí una selección de propuestas para los afortunados que puedan descansar cuando la mayoría está de vuelta al trabajo. O para aquellos que no renuncian a escaparse un fin de semana y así aprovechar los últimos días del verano o los primeros del otoño.

1. Sancti Petri, un paraíso en la costa de Cádiz

Destinos como el pueblo de Sancti Petri son lugares ideales para ir en septiembre. Esto es porque ofrecen tranquilas playas de aguas cristalinas que te permitirán practicar deportes acuáticos, como el esnórquel o el surf, con más espacio y sin aglomeraciones de gente.

Entre los paisajes más espectaculares de Sancti Petri se encuentra la Playa de la Barrosa, incluida a menudo en las listas de mejores playas de España. Si lo que buscas es un lugar donde relajarte, el hotel Royal Hideaway Sancti Petri está equipado con piscina interior y exterior, gimnasio y spa que te permitirán descansar como te mereces durante tu escapada.

2. Hondarribia, en el País Vasco

En el País Vasco se encuentra Hondarribia, uno de los pequeños y hermosos pueblos de Guipúzcoa y que son perfectos para ir en septiembre.

Es un lugar situado junto a la desembocadura del Bidasoa, y que justo hace frontera con Francia. Septiembre es uno de los mejores momentos para visitar este municipio, no solo porque el tiempo acompaña, sino también porque el turismo desciende y podremos verlo con tranquilidad.

3. San Juan de Luz, en el País Vasco francés

Al otro lado de la frontera, el País Vasco francés, conocido como Iparralde, también ofrece un buen número de pueblos ideales para visitar en esta época del año. Localidades como la fronteriza Hendaya, Guéthary o Biarritz lucen mejor que nunca en una época en la que el sol comienza a declinar y el verde paisaje anticipa los colores del otoño.

Pero si hay un pueblo que condensa el sabor y el encanto de esta zona ubicada en el suroeste de Francia, concretamente en el departamento de Pirineos Atlánticos, ese es San Juan de Luz. Un bello pueblo de pescadores a pocos minutos de la frontera con Francia.

Esta región ofrece una combinación única de cultura vasca, hermosos paisajes y una exquisita gastronomía. Es uno de los espacios con más encanto de Euskal Herria. Una pequeña región en la que la cultura vasca está muy presente. Su costa, además, nos regala espacios realmente impresionantes, como playas y acantilados que enamoran a todas las personas que deciden visitar este impresionante destino turístico.

4. Grazalema, en Cádiz

El pueblo de Grazalema se encuentra situado en lo más alto del Parque Natural de la Sierra de Grazalema y ofrece lo mejor de los pueblos blancos: calles estrechas rodeadas de casas encaladas, con balcones floridos y un entorno natural que sobrecoge.

Este pueblo, además, es referente para los amantes del senderismo, ya que de él parten numerosas rutas atractivas, como el sendero El Pinsapar, un trayecto de 10 kilómetros cuyo emplazamiento estrella, claro, es un esplendoroso bosque de pinsapos.

5. Frigiliana, Málaga

Uno de los pueblos blancos más bonitos de toda Andalucía, Frigiliana se encuentra en la provincia de Málaga, situado en plena Axarquía.

Sus calles llenas de cuestas, sus casas blancas y floridas y los pasadizos que sorprenden a casa paso encantan a quien se aventura a visitarlo desde localidades del litoral malagueño como la cercana Nerja. Frigiliana cuenta además con monumentos dignos de interés como la Iglesia de San Antonio, la Fuente Vieja de Frigiliana o el Jardín Botánico de Santa Flora.

6. Santillana del Mar, Cantabria

Como decimos, cada vez son más las personas que optan por huir de los destinos más populares y masificados y prefieren la tranquilidad de los pueblos para irse en septiembre, especialmente los situados en el norte peninsular, en comunidades como Galicia, Asturias o Cantabria.

En esta última es donde se encuentra Santillana del Mar, conocida como "la villa de las tres mentiras", ya que ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Sin embargo, está rodeado de naturaleza y ofrece una experiencia inigualable por su esencia medieval que, sin duda, hace de este sitio un lugar ideal para desconectar durante unos días.

Bañada por la historia y el arte, esta villa, declarada conjunto histórico-artístico desde finales del siglo XIX, en 1889, es un tesoro de Cantabria. Además, su proximidad con la mítica cueva de Altamira, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la convierte en un destino imperdible para los amantes de la cultura y la naturaleza. Hace décadas que Santillana no es ningún secreto y recibe a miles de visitantes, especialmente en julio y agosto. Por ello, septiembre es un mes ideal para descubrir los secretos y encantos de la localidad cántabra.