La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tiene sobre la mesa un asunto que podría cambiar sensiblemente las reglas de juego de la televisión de pago en España. El organismo estudia la posibilidad de levantar las condiciones a la comercialización de contenidos que impuso a Telefónica en abril de 2015, cuando autorizó la operación de compra de Digital Plus a Prisa.

La autoridad de competencia tendrá que decidir próximamente si prorroga durante otros tres años estas restricciones de mercado, que fueron impuestas para evitar que los competidores de Telefónica sufrieran los perjuicios derivados de la creación de Movistar+, que tras la operación pasó a aglutinar el 60% del mercado.

Una de las condiciones que tuvo que asumir Telefónica es la de compartir con sus competidores el 50% de su oferta de canales prémium. Es decir, los que se considera que generan el mayor valor añadido a su plataforma de televisión dado el atractivo de sus contenidos.

En este grupo, la CNMC situó entonces a aquellos que cuentan con contenido de estreno en exclusiva de las llamadas majors (Sony, FOX, Warner, Paramount Picture, etc)  o eventos deportivos en directo de la Liga de Primera División de fútbol o la Liga de Campeones.

En el caso de que Competencia decida levantar esta restricción, se abriría la puerta a que Telefónica pueda decidir si quiere dar el fútbol en exclusiva o compartirlo con sus competidores, en caso de que decida volver a pujar por los derechos deportivos en el futuro.

Ahora bien, fuentes del mercado inciden en que lo más lógico sería que mantuviera la política negociar con otras telcos su reventa, dado que ayuda a recuperar la enorme inversión, de alrededor de 1.000 millones de euros, que requiere emitir las principales competiciones.

Más competencia

Fuentes del sector inciden en que el mercado ha cambiado de forma significativa desde entonces. Entre otras cosas, porque han aparecido en el mercado competidores como Netflix, HBO o DAZN, que han crecido ostensiblemente en los últimos tiempos y que compiten por los mismos productos audiovisuales y deportivos.

Este factor deberá ser tenido en cuenta por la CNMC a la hora de evaluar los riesgos sobre los competidores que podría causar la posición dominante de Telefónica en el sector del ‘pago’ por contenidos audiovisuales.

También han contribuido a modificar las condiciones del mercado hechos como que Mediapro haya modificado su estrategia y haya dado un paso atrás en la carrera por la emisión de las principales competiciones futbolísticas. O que Mediaset, operador tradicional de la TDT, haya decidido ofrecer el ‘deporte rey’ a través de la plataforma Mitele.

Varias pruebas

Para tomar la decisión definitiva sobre este asunto, Competencia analizará los resultados de tres ‘test de replicabilidad’ que miden diferentes variables sobre los productos de Telefónica, así como su oferta y las condiciones de mercado. En estas semanas, se ha trabajado en la puesta a punto de estas pruebas de impacto.

No hay que olvidar que la operación de compra del 56% de Digital Plus por parte de Telefónica –el otro 44% ya lo tenía- se realizó con César Alierta como presidente de la telco. Los 750 millones de euros a los que ascendió fueron importantes dentro de la operación de salvamento financiero de la dueña de El País y la Cadena SER.

Entre las empresas que se interesaron por la plataforma de televisión de pago estuvo Al Jazeera; sin embargo, finalmente fue la compañía española de telecomunicaciones la que adquirió la participación mayoritaria.

La última gran condición que la CNMC impuso a Telefónica exigía que la telco garantizara al menos 3 rutas de acceso a su red de internet a su competencia

La CNMC aprobó la operación con el voto particular del consejero Eduardo García Matilla. Su resolución incluía varios compromisos, con los que Telefónica estaba también obligada a “no entorpecer” el cambio de compañía de sus clientes actuales y futuros de televisión de pago con el establecimiento de limitaciones a las políticas de permanencia y retención de clientes.

Por otra parte, las ofertas que a partir de la autorización de la compra estableciera Telefónica deberían ser aprobadas por el regulador para garantizar que podían ser replicados por sus competidores. Asimismo, la explotación en exclusiva de los contenidos quedaba limitada a dos años.

Telefónica también se comprometió a emitir en su plataforma de televisión de pago, bajo determinadas condiciones, los canales editados por terceros operadores, sobre los que, por cierto, no ha podido adquirir los derechos en exclusiva.

La última gran condición que la CNMC impuso a Telefónica exigía que la telco garantizara al menos 3 rutas de acceso a su red de internet a su competencia, cuya congestión no podía superar el 80% del ‘ancho de banda’.

La CNMC podrá mantener todas o alguna de las exigencias que fijó en su resolución, pero nunca imponer nuevas limitaciones. En este sentido, hay que incidir en que competidores como Vodafone han reclamado en algunas ocasiones que se garanticen las condiciones de mercado necesarias para que no se entorpezca la competencia.