Hay noches en las que una buena web de conspiraciones es la mejor píldora contra el insomnio. Después de la enorme ración de racionalidad que contienen los noticiarios, los transbordos en el metro y la sección de lácteos de Mercadona, a veces apetece invertir los últimos minutos del día en leer sobre los planes de las élites iluminati y reptilianas para hacernos la puñeta. Encontré hace unos días en un oscuro lugar de internet un texto que afirmaba que el coronavirus se habría liberado en un laboratorio con el objetivo de ralentizar la expansión mundial de China.

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