El año "estrella" del Picasso de Málaga: huelga de trabajadores en fechas clave para el museo más visitado de Andalucía

El pasado viernes 2 de junio la exposición temporal del Museo Picasso de Málaga, que este año es más protagonista que nunca ya que celebra el 50 aniversario de la muerte del pintor, no pudo abrir sus puertas por la mañana. Los trabajadores que tenían que atender al público estaban en la calle, también parte del gabinete de prensa y de los puestos administrativos. De 10 a 13 horas el 80% de los empleados, según el comité de trabajadores, y algo más del 40%, según la institución, se pusieron en huelga. La causa es un conflicto entre ambas partes que se lleva dilatando casi ocho meses y que ayer vivió su último episodio tras el que se convocaron otros dos días más de huelga en pleno verano.

El primero será el próximo miércoles 14 de junio "y coincidirá con la llegada al puerto de Málaga de los cruceros Costa Fortuna y MSC Orchestra, que suman más de siete mil pasajeros a bordo". El segundo será la semana siguiente, el martes 20 de junio, cuando se celebra "la tercera edición en la ciudad de Culture & Museums International Tech Forum, un evento dirigido a profesionales de museos de todo el mundo", tal y como informan desde el comité. Esas semanas son fechas clave para el museo tanto por las ferias tecnológicas como por el turismo. Entre el 13 y el 15 de junio, la ciudad acoge el evento internacional Digital Enterprise Show (DES2023).

El problema viene por la negociación del convenio colectivo que, aunque se puso sobre la mesa en enero de 2022, empezaron a discutir en octubre porque según Pepa Babot, presidenta del comité, "después de la pandemia no nos parecía el momento de denunciar y esperamos a que se recuperara el número de visitantes". Pero cuando vieron "que las cosas iban mejor" y empezaron a buscar convenios en el BOE de instituciones parecidas a la suya se encontraron que estaban "a la cola siendo el museo más visitado de Andalucía y el noveno de España".

Y, con esa información empezaron a pedir a la institución que mejorase sus condiciones. No sólo salariales sino de "calidad de vida". Según Babot, trabajan "100 horas al año más que el siguiente museo donde más horas se trabaja" y cobran "unos 10.000 euros menos al año que en instituciones similares". "Además, no tenemos asuntos propios. Estamos muy lejos de la media de museos de nuestra categoría, del Museo Carmen Thyssen Málaga y Museo Thyssen Madrid, Fundación Miró, BBAA Bilbao y Museo Picasso Barcelona, entre otros; y pensamos que en el 20 aniversario del museo y siendo el Año Picasso ya era hora de cambiar las cosas y de recompensar el sacrificio de estos años", añade.

Desde la Fundación del Museo Picasso de Málaga aseguran que están teniendo en cuenta todo lo que piden los trabajadores y que no es todo tan negro como lo pintan desde el comité. "Ellos dicen que han tenido una pérdida de poder adquisitivo del 25% y es fácil calcular que no es verdad. En el peor de los casos ha sido del 11% y en el mejor del 4% y nosotros les estamos ofreciendo el 18% de recuperación acomodada a lo largo de la vigencia del convenio. No han sido años fáciles, el museo tuvo unas pérdidas de 3 millones de euros en dos años y no se echó a nadie, se mantuvo a toda la plantilla no como ocurrió en otros lugar", asegura Guillermo Peiró Posadas, gerente de la institución, durante una entrevista con este periódico.

"Quieren imponer un convenio no negociado, cuyo texto perjudica en aspectos absolutamente esenciales"

Un porcentaje, el 18%, que los trabajadores volvieron a rechazar este martes 6 de junio y que tras reunirse toda la mañana y no conseguir llegar a ningún acuerdo les ha llevado a convocar dos huelgas más este verano. "Son unas medidas de presión incómodas para todos, a las que nos vemos abocados ante el silencio de los responsables del museo, que hablan con la prensa para quitar hierro al problema, pero de facto quieren imponer un convenio no negociado, cuyo texto perjudica en aspectos absolutamente esenciales relativos a la conciliación, flexibilización de jornada laboral y disfrute de festivos, entre otros", aseguran desde el Comité y añaden que "ni con la huelga de tres horas del pasado viernes, la empresa avanza en modificar punto alguno, se muestra inflexible ante el comité de empresa a negociar mejoras laborales, salariales y sociales parejas a las de otras instituciones museísticas".

Algo que niegan rotundamente desde la fundación. Peiró asegura que han estado "abiertos a negociar desde el primer momento". "Hemos tenido ocho reuniones desde octubre de 2022 y son ellos los que se muestran inflexibles. O todo o nada. Se aprovecha que estamos en el Año Picasso y así tienen más repercusión pero es que las vías de arreglo no pasan por hacer cada vez más acciones para conseguir cosas que se escapan a nuestra capacidad y que si el museo las llevase a cabo sería una irresponsabilidad porque no tenemos ese presupuesto", añade.

Pero según Babot esto es lo que dicen de "cara a la opinión pública". "Es que encima hablan sólo del dinero cuando nuestra principal preocupación es la conciliación y la flexibilidad horaria. Hombre, también queremos recuperar el poder adquisitivo perdido durante la última década pero lo principal no es el dinero", explica. También que el ambiente es cada vez peor "por la falta de consideración y reconocimiento a la plantilla desde la dirección y los órganos directivos". 

"Cuando estábamos negociando si nos daban días de asuntos propios o no y si nos subían el sueldo al IPC, nos enteramos que el nuevo director tiene garantizada la subida anual más 80.000 euros anuales de sueldo, 35.000 euros para vivienda y 5.000 euros para viajes propios. Málaga está caro pero ¿tú sabes donde se vive por 35.ooo euros al año? ¡En una mansión!", añade Babot, y denuncia que durante la penúltima reunión que tuvieron, antes de la huelga del viernes pasado, se presentó solamente un abogado "de Madrid". "Nos puso encima de la mesa un convenio con unas condiciones de salario y flexibilidad que empeoraban el convenio actual y nos dijo que si no aceptábamos la propuesta, tendría que externalizar servicios, lo que entendimos como una amenaza".

Peiró asegura que no fue exactamente así y que lo que se les transmitió fue que el museo tenía que seguir funcionando pero que no se había empezado a desarrollar ningún proyecto sobre subcontratar personal. "Se les comunicó que si esto seguía así y siempre pensando en que el museo siga con su actividad se podía pensar en externalizar algún servicio", explica.