Quince años después de que se estrenarse Malviviendo aún hay gente que habla de ella. Y no es para menos. Una serie que contó con 40 euros de presupuesto para grabar su episodio piloto y que se grababa con actores no profesionales, pero que acabó acumulando tantas visitas en Youtube como para convertirse en la webserie española más vista de internet de la historia. Lo nunca visto. Algo único.

Precisamente coincidiendo con ese aniversario su creador y protagonista, David Sainz, acaba de publicar Chusma (Editorial Temas de Hoy). Un relato autobiográfico en el que viajamos por su vida (y ha vivido mucho) y que concluye con el inicio de la historia que ya conocemos todos: el comienzo del fenómeno de Malviviendo. "Me gustó mucho el primer libro de Ignatius, en especial la parte que más desconocía de él, que era su infancia y adolescencia que convirtieron a Nacho en Ignatius. Y quisimos hacer algo parecido", comenta Sainz.

El relato comienza en un tranquilo vecindario de Las Palmas, rodeado de algunos de los más conflictivos de la ciudad. Allí, entre drogas, se crio David, al que acompañamos a lo largo de los capítulos en su transición de niño "invisible" que se ahogaba en miedos e inseguridades y sufría bullying a adolescente rebelde que exprimió su vida al máximo y, por último, al actor, director, guionista y escritor de 39 años que es hoy. Un camino que sólo pudo recorrer con la ayuda del humor. "Cada uno tiene una habilidad concreta, y mi fuerte ha sido la comedia siempre. Primero como armadura y luego como espada. Me ha salvado", asegura.

Ese camino, que indudablemente acabó bien, estuvo muy cerca de torcerse en varios momentos. Tuvo problemas que le pusieron al borde del abismo en varias ocasiones, pero siempre conseguía encauzarse en el último momento, justo cuando era más difícil: "Cuando llegaba al fondo de un pozo pasaban cosas que me volvían a sacar. Y luego uno pone de su parte también para salir. Pero en mi caso es verdad que, como si se tratase de una peli, hubo unos cuantos deus ex machina para hacerme ver que estaba andando por el camino equivocado".

Chusma es, en definitiva y en palabras de su autor, "la historia de un chaval acostumbrado a perder y que acaba ganando". Uno de los trabajos más complicados de la carrera de Sainz, pero también de los más gratificantes. Un viaje intenso y "terapéutico", que le ha llevado, asegura, a recordar momentos muy buenos que se le habían olvidado y otros muy malos, "que había intentado olvidar y que eran importantes". En su elaboración ha contado con la ayuda de familia y amigos, que le han ayudado a rellenar los huecos en blanco.

"Malviviendo forma parte del imaginario de un par de generaciones concretas. Mucha gente lo recuerda con muchísimo cariño, es algo muy importante que marca una etapa de su vida muy concreta. Y se creó una especia de rutina en torno a la serie que hacía que la gente prefiriera verla en grupo. Siempre que me lo cuentan me hace sentir bastante orgulloso", asegura Sainz. Y añade: "Para mí también fue clave, porque fue la puerta que me dejó pasar al sitio con el que el niño de este libro soñaba y pensaba que era imposible llegar".

Proyectos "underground" y de gran presupuesto

Ahora, dice Sainz, está viviendo un momento muy dulce. Por primera vez en su vida está embarcado en un gran proyecto y cuenta con muchos recursos para poder desarrollarlo. Se trata de la serie En Fin, una producción de Amazon Prime en la que ejerce como director y guionista. Pero explica que, como es un "motivado" y un adicto al trabajo, está permanentemente en busca de nuevas plataformas para crear sus historias. Así que incluso ahora, que se ha ganado participar en proyectos grandes, seguirá compaginándolos con algunos más "underground".

En el libro queda patente como Sainz desarrolló su extraordinaria imaginación para refugiarse de un mundo exterior en el que no se sentía cómodo en absoluto. Con el tiempo, el cine le marcó el camino a seguir, y en concreto algunas películas y algunos directores. Es el caso de Pulp Fiction, de Quentin Tarantino. O de Robert Rodriguez, director de El Mariachi, con el que concuerda en una idea básica: "Hay cabezas más creativas y otras más técnicas, pero la creatividad no puede entrenarse y la técnica sí. Sin embargo, por suerte para todos, nos necesitamos los unos a los otros"

Rememorar toda su vida para escribir Chusma ha hecho también, inevitablemente, que tenga que volver a recordar sus errores. Y de todos ellos explica que le duele especialmente la manera en la que trató a sus padres en algunos momentos. "A mi padre llevo años intentando compensárselo de forma sutil", explica. Y eso es porque nunca lo ha hablado con ellos directamente: "Siempre he sido muy hermético, y hay cosas que cuestan decir en voz alta. Por eso parte de lo que me interesa de este libro es la lectura por parte de mis padres, que se van a encontrar con un porcentaje de hijo que desconocían".

"El David adolescente, después de todo lo que había pasado al David niño, se convirtió en un imbécil. Y lo entiendo, porque es una etapa a la que todos tenemos derecho. Pero dejé unos cuantos heridos por el camino y me arrepiento bastante", comenta, antes de pararse a recordar que tiene una hija de tres años. "Cuando tenga 12 años más ella me lo devolverá todo. La venganza llegará por su parte", concluye con una media sonrisa.