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¿Qué dice mi analítica de sangre? Estas son las claves para interpretarla

Las variables que se miden en apenas un tubo de sangre son muy numerosas, y los resultados no suelen ser descifrables para el profano. La doctora Mena, jefa de Laboratorio del Hospital Quirónsalud Madrid, nos ayuda a interpretar una analítica

Cuando observamos una analítica siempre solemos mirar primero los campos en los que hay un asterisco; aquellos en los que el indicador está por encima o por debajo de los límites recomendados. Un valor fuera de rango puede no tener importancia para una persona, pero para otra puede tener implicaciones importantes.

Es habitual que nuestro médico de atención primaria o el propio especialista soliciten una analítica de sangre para comprobar nuestro estado de salud tras una determinada sospecha clínica. Las variables que se miden con apenas un tubo de sangre son muy numerosas, y los resultados no suelen ser descifrables para nosotros. Con la ayuda de la doctora Ester Mena Pérez, jefa de Laboratorio del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, vamos a intentar dilucidar los puntos básicos a entender de una analítica.

El hemograma

El hemograma es uno de los elementos básicos en el diagnóstico médico de enfermedades. Como explica la doctora Mena, ofrece información de varios parámetros sanguíneos:

  • Hematíes: son las células encargadas de transportar la hemoglobina a través de la sangre desde los pulmones al resto del cuerpo. Tienen dentro hemoglobina, que es la que trasporta el oxígeno, y si sus valores se sitúan por debajo de los recomendados puede indicar la presencia de una anemia. Junto con los valores de hematocrito y volumen corpuscular medio, el médico puede orientarse sobre cuál es el origen de esta anemia, que puede ser variado; la más frecuente es la ferropénica, que se produce por falta de hierro y que se asocia a un volumen corpuscular bajo. 
  • Leucocitos: células que componen el sistema inmune del cuerpo. Son de varias clases según su estructura (segmentados, linfocitos, monocitos, eosinófilos y basófilos) y están especializadas en diferentes clases de agresiones. Se elevan o disminuyen en función de la agresión que esté recibiendo nuestro cuerpo, y cuando los niveles de leucocitos están altos muestran que el cuerpo está sufriendo una agresión. Por el contrario, si el número es bajo puede indicar que tenemos el sistema inmune comprometido. 
  • Las plaquetas tienen la función de evitar las hemorragias;. En los análisis, plaquetas bajas indica que está disminuida la capacidad para detener una hemorragia. El consumo de antiagregantes (en pacientes con riesgo de trombosis, por ejemplo) influye en la actividad de las plaquetas. 
  • Coagulación: hay dos indicadores principales que nos muestran el estado de la coagulación: el tiempo de trombina y el tiempo de tromboplastina, que se mide en segundos. Un tiempo de coagulación alto indica que, ante una lesión, va a aumentar el tiempo en el que se coagule la sangre. Existen índices normalizados del tiempo de coagulación, que es el INR (ratio internacional normalizado, por sus siglas en inglés), útil conocerlo entre quienes toman anticoagulantes, tipo Simtron. El TTP es el ratio normalizado del tiempo de coagulación de la tromboplastina, que puede verse afectado con los tratamientos con heparina. 

La bioquímica

Por otro lado, la jefa de Laboratorio del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid subraya que dentro de la sangre viajan enzimas, nutrientes, o proteínas, que por ejemplo van desde donde se sintetizan al resto del cuerpo para alimentarlo, y que igualmente pueden observarse en una analítica.

Ester Mena Pérez, jefa de Laboratorio del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

En el caso de la glucosa, la doctora Mena recuerda que es la principal fuente de energía rápida del cuerpo humano, y que una glucosa baja (hipoglucemia) provoca que el cuerpo no tenga energía suficiente para realizar sus funciones básicas, mientras que índices altos (hiperglucemia) pueden indicar una diabetes. “Una glucosa en ayunas mayor de 126 mg./dl. nos está indicando una alerta importante de que hay una alteración importante del metabolismo de la glucosa”, afirma.

Otro punto a tener en cuenta en las analíticas es la creatinina, una sustancia que se elimina por el riñón, y un indicador del funcionamiento del mismo. “Si este órgano deja de funcionar y no elimina la creatinina, esta se empieza a acumular. El filtrado glomerular es un cálculo entre creatinina, sexo y edad, y muestra cómo funcionan los riñones. Por encima de 60 es que está bien y por debajo puede indicar una insuficiencia renal del tipo que sea”, añade.

Por otro lado, la bilirrubina muestra el metabolismo de la hemoglobina, y normalmente se eleva cuando el hígado no puede eliminar la hemoglobina como debe, pudiendo dar lugar a obstrucciones hepáticas, así como de la albúmina, la proteína mayoritaria, y que indica el estado nutricional del paciente, de forma que una albúmina baja muestra que no estamos alimentándonos bien o tenemos problemas de absorción.

Sobre las proteínas totales, la especialista de Quirónsalud Madrid reseña que también muestran el estado nutricional de la persona, aunque algunas enfermedades puedan elevarlo anormalmente; y en cuanto al calcio menciona que no solo se relaciona con la formación de los huesos, sino también con otras funciones como la contracción muscular. 

La importancia del hierro y el colesterol

El metabolismo del hierro, incluido por ingesta en nuestra dieta, está unido siempre en sangre a la transferrina, la proteína que transporta el hierro, y la ferritina, que es la proteína que permite su almacenamiento. “Estos nos indican los niveles férricos en sangre. Si hay hierro alto podemos tener hemocromatosis, que mostrará hierro alto y ferritina alta (tengo mucho hierro y lo que tengo, está almacenado). Hierro bajo se relaciona principalmente con anemia ferropénica, donde encontraremos ferritinas bajas (no hay almacenamiento) y transferrinas altas (lo poco que tengo lo distribuyo) y hierros bajos”, agrega la doctora Mena.

Finalmente, la facultativa hace referencia al metabolismo lipídico y al colesterol, que “no es malo per se, solo a niveles altos, pero muy importante porque sintetiza proteínas. “Tiene que haber colesterol. Cuando está alto se acumula como placa en los vasos, aumenta el riesgo aterogénico, y si se sueltan estas placas pueden causar taponamientos (si es en el corazón es factor de riesgo de infarto). A mayor nivel de HDL o colesterol bueno hay menor riesgo aterogénico; mientras que el LDL, o colesterol malo, son las proteínas que llevan el colesterol a los tejidos periféricos. 

En último lugar, entre los indicadores habituales de una analítica de sangre la jefa de Laboratorio del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid menciona la TSH, que es la hormona que generamos en la hipófisis y que nos regula el tiroides: “Si está bien, tu función tiroidea es correcta. Pero si está alterada el tiroides no está funcionando de forma correcta”.

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