Sílvia Orriols (Vic, Barcelona, 1984) aspira a entrar el próximo 12 de mayo en el Parlament con un partido, Aliança Catalana, que se declara abiertamente islamófobo y reclama la independencia para, entre otras cosas, cerrar las fronteras a la inmigración. Orriols defiende que existe una "raza catalana en sentido étnico, cultural y lingüístico" y teme que esa raza sea sustituida por oleadas de inmigrantes que no comparten los valores catalanes.

Pregunta.- ¿Tiene usted ocho apellidos catalanes?

Respuesta.- Si fuera retrocediendo en el árbol genealógico tengo más de ocho. Pero esto no cambia nada, mañana podría descubrir que soy adoptada y que mis ancestros son castellanos, ingleses o americanos y no cambiaría nada mi nacionalidad. Seguiría siendo 100% catalana como ahora, porque lo que nos define no son los apellidos sino la identidad.

P.- Sin embargo usted defiende el linaje catalán.

R.- Soy partidaria de preservar el linaje como parte del patrimonio cultural catalán. Si me llamara Pérez Orriols evidentemente me cambiaría el orden de mis apellidos por los catalanes, que están claramente en extinción. En Ripoll hay muchas familias ancestrales que se están perdiendo, haría lo posible por preservarlas pero no como una cuestión sanguínea sino para preservar apellidos que son de esta tierra.

P.- ¿España ha fallado con las políticas de natalidad?

R.- Totalmente, mientras los países nórdicos han intentado incentivar las familias numerosas autóctonas con todo tipo de privilegios, aquí se ha optado por dedicar estos recursos a subvencionar a las familias numerosas de los inmigrantes, hemos fallado estrepitosamente.

Un apoyo a Puigdemont estaría condicionado a la proclamación unilateral de independencia que nos permitiera aplicar medidas restrictivas en inmigración

P.- Las elecciones del 12M irán de pactos, nadie obtendrá una mayoría absoluta ¿apoyaría una investidura de Carles Puigdemont?

R.- Estamos abiertos a hablar, pero no sería un voto gratis. Estaría condicionado a la aceptación de la proclamación unilateral de independencia que nos permitiera aplicar medidas restrictivas en inmigración. Si no se aceptan estas condiciones previamente es muy difícil que podamos dar nuestro apoyo a una investidura.

P.- ¿Cómo implementaría la independencia unilateral?

R.- Una vez obtenida una mayoría parlamentaria independentista es perfectamente legitimo hacer esta declaración unilateral desde el Parlament, establecer una nueva legalidad catalana que invalide la legalidad española vigente y asumir todas las competencias que tiene el Estado español sobre nuestra tierra.

P.- ¿No considera necesario hacer un referéndum sobre la independencia?

R.- No, el referéndum son las propias elecciones, si existe una mayoría democrática en este sentido ya estamos plenamente legitimados.

P.- ¿Cómo espera conseguir el control sobre Cataluña?

R.- Además de las movilizaciones populares, que evidentemente serían necesarias, con establecimiento de esta nueva legalidad catalana todo el funcionariado debería servir al nuevo estado catalán, y tomaríamos el control de todo el territorio. Ante todo necesitamos determinación política para mantener esta situación hasta que algún país a nivel internacional nos reconociera y podamos estabilizarnos.

P.- ¿Cómo se obliga al funcionariado a aceptar que existe una nueva legalidad?

R.- Todo el que no acepte el estado catalán y quiera seguir sirviendo al estado español puede opositar a cualquier lugar de España, pero perdería su puesto de trabajo en Cataluña.

P.- Habrá gente que no reconozca su autoridad.

R.- Evidentemente, y serían automáticamente desplazados de sus funciones.

P.- ¿Cree que tendrán fuerza suficiente para hacerlo?

R.- Si existe una mayoría civil que lo quiere tendremos la fuerza suficiente.

Puedo imaginar una confrontación violenta, habrá que preguntar al Estado hasta dónde está dispuesto a llegar para mantener su última colonia

P.- ¿Se plantea una confrontación violenta?

R.- Es un planteamiento que podemos imaginarnos, pero es un escenario incierto. En todo caso se tendría que preguntar al Estado hasta dónde está dispuesto a llegar para mantener su última colonia. Ellos deberían responder si realmente están dispuestos a una agresión militar contra el nuevo estado catalán, nosotros no tenemos ninguna voluntad de iniciar ninguna guerra, simplemente estableceremos una nueva legalidad y nos restituiremos como estado.

P.- ¿Pero asumen ese riesgo?

R.- Si no asumimos riesgos nunca seremos independientes, no hay ninguna independencia que se haya conseguido sin asumir riesgos. Hay que valorar qué riesgos comporta la independencia unilateral y cuales no hacerlo. Ser parte de un Estado que vulnera sistemáticamente su propia Ley de extranjería y nos aboca a toda esta inseguridad en las calles es un riesgo también, y lo estamos asumiendo mientras sigamos en España. Haciendo balance, nos es más propicio asumir el riesgo de la declaración unilateral de independencia.

P.- ¿Una España que cerrara sus fronteras valdría la pena?

R.- España tiene frontera con África y países musulmanes, no es el caso de Cataluña. Parten de una situación bastante peor que la nuestra, nosotros lo tenemos mejor porque no tenemos este tipo de fronteras y no tendremos que asumir el coste de que lleguen pateras a nuestras costas. En cambio ellos permanentemente tienen este riesgo y tienen problemas para intentar controlar la entrada de inmigración ilegal.

España tiene frontera con África y países musulmanes, parten de una situación bastante peor que la nuestra

P.- ¿Asumirían el riesgo de quedarse fuera de la Unión Europea?

R.- Perfectamente, hay vida fuera de la UE. Si sucede, tiraríamos adelante.

P.- ¿El eje central de su propuesta es frenar la inmigración?

R.- No el eje central es restituir el estado catalán, precisamente para poder aplicar entre otras medidas el control migratorio. Es fundamental, circulando por nuestras calles creo que nos hemos pasado con la acogida de inmigración, nos están minorizando en nuestra casa. Existe una masa demográfica con valores claramente anti-occidentales que avanza hacia nosotros y amenaza nuestros valores, nuestras leyes civiles y nuestra manera de ver el mundo. Creo que hay que frenar todo esto de raíz y recuperar el dominio cultural, ético y demográfico de nuestra casa.

P.- Parece imposible frenar una dinámica que es mundial de movimiento de poblaciones.

R.- Hay estados como Andorra que tienen sus fronteras y protegen a su ciudadanía. Evidentemente tiene un volumen de inmigración muy inferior al de Cataluña. Tener nuestras propias fronteras y gestionar quién entra y en qué condiciones nos permitiría escoger qué porcentaje de inmigrantes queremos. La independencia nos liberaría de estas cuotas de inmigrantes que nos impone el Estado.

P.- El Congreso acaba de aprobar una ILP para regularizar a 500.000 trabajadores irregulares apoyada por sindicatos y patronales, que defienden que España necesita esa mano de obra. También el último informe del Banco de España.

R.- No se puede negar que falta mano de obra en algunos ámbitos. Pero también existe la contratación en origen que garantiza que personas sin trabajo que viven en otros países puedan acceder a puestos de trabajo aquí, cumplir su tarea, cobrar su sueldo, y cuando se acaba esa tarea volver a su país. Lo que no puede ser es este sistema permanente de entrada de inmigrantes irregulares y de reagrupaciones familiares, con la carga que esto supone y el déficit para nuestros servicios sociales. Esto es inasumible. Hay métodos que permiten cubrir esos puestos de trabajo sin tener en contrapartida esta carga social.

P.- ¿Por qué cree que los inmigrantes se benefician de los servicios públicos más que los autóctonos?

R.- Porque tienen un acceso prioritario a todas las subvenciones y ayudas que se dan desde servicios sociales. Simplemente porque trabajan en negro, o porque parte de la unidad familiar que no trabaja. En el colectivo musulmán es muy habitual que la mujer no trabaje.

P.- ¿Por qué ese rechazo a los inmigrantes de origen magrebí?

R.- Considero que sus valores político-religiosos son incompatibles con los valores europeos. De hecho ellos cuestionan las leyes civiles, no conciben esta separación entre Iglesia y Estado. Esto es una amenaza, si algun día son superiores demográficamente a nosotros podrían imponernos su ley religiosa, y hacerlo de forma democrática. Esto es un riesgo y una amenaza para nuestra sociedad y el grado de civilización que hemos conseguido.

Soy islamófoba, no podemos permitir que Cataluña dentro de 30 años sea un nuevo Irán

P.- ¿Es usted islamófoba?

R.- Sí, totalmente. Es normal tener miedo de una ideología político-religiosa que allí donde gobierna va contra los derechos individuales y colectivos, amenaza los derechos de las mujeres y de otros colectivos como el homosexual. Se tiene que combatir ese riesgo, no podemos permitir que Cataluña dentro de 30 años sea un nuevo Irán en le que se mate a las mujeres por no llevar el velo islámico.

P.- ¿Tan poco confía en los valores occidentales que no cree que se puedan imponer sin necesidad de expulsar a las personas de origen magrebí?

R.- La contra-comunidad musulmana es muy hermética, muy tradicional y no admite ningun tipo de actualización ni occidentalización. Lo hemos comprobado en las calles de Ripoll, tienen sus grupitos y no interactúan con el resto de los ciudadanos, incluso intentan privar a los niños de que se relacionen con los críos de aquí.

P.- Usted tiene cinco hijos ¿tienen amigos de origen magrebí?

R.- Sí, todos.

P.- ¿Y tienen algún problema de relación?

R.- El problema no son los niños, es el entorno familiar y la comunidad musulmana que privan a estos críos de poder asimilarse a la sociedad occidental.

P.- ¿No confía en las políticas de integración puedan romper ese hermetismo?

R.- La administración no apuesta por políticas de integración sino de inclusión. El propio Pere Aragonès lo decía en una conferencia ante la comunidad islámica: no hace falta que os integréis. La voluntad de la administración no es asimilar o integrar a estas comunidades sino, al contrario, aceptarlas tal como son y dotarlas de ciertos privilegios.

P.- A usted la ha multado por declararse islamófoba.

R.- Si, 10.001 euros por denunciar la islamización que estamos sufriendo y alertar de los peligros que comporta a medio y largo plazo. Me parece una censura inadmisible en un régimen que se pretende democrático. No se tendría que castigar el libre pensamiento, todos debemos poder expresarnos, yo tengo esta opinión fundamentada en datos y nadie me tiene que castigar por expresarla libremente, esto es propio de regímenes totalitarios que no aceptan que se pueda traspasar esta corrección política que nos han ido imponiendo.

P.- ¿Existe una raza catalana?

R.- En sentido étnico de cultural y lingüístico es evidente, cada grupo humano definido por unos trazos singulares culturales y lingüísticos es una etnia. Somos una etnia los catalanes, son una etnia los castellanos, los franceses… Tenemos unas particularidades culturales y lingüísticas.

P.- ¿Esta etnia está en peligro? ¿Lo estuvo con las migraciones llegadas del resto de España a partir de los años 60?

R.- Cuando hay oleadas migratorias masivas hay peligro para los autóctonos de ser sustituidos por esta nueva inmigración, pero en ese caso no hubo choque de civilizaciones. Sí hubo choque cultural y lingüístico, pero sus hijos y nietos son indistinguibles de los que ya estaban aquí. No existía esta diferencia en términos de valores y fue mas fácil integrar esa masa. Sí es cierto que en algunas zonas de Cataluña donde el porcentaje de inmigrantes fue muy alto la integración no se ha producido y existe una cierta beligerancia contra el país de acogida. Esto da lugar a la creación de partidos como Ciudadanos.

Ha habido una programación desde Madrid para diluir la nacionalidad catalana, les ha interesado enviar a todo tipo de inmigración a Cataluña, cuanto más conflictiva y anti-occidental mejor

P.- ¿No cree que la Cataluña que defiende, la de sus abuelos, ya no existe?

R.- Es evidente que no existe. Pero no es una realidad que haya desaparecido de forma natural, ha desaparecido con una clara intencionalidad del Estado español de des-catalanizar y diluir la nacionalidad catalana. Ha habido una programación de los despachos de Madrid con el beneplácito de las administraciones catalanas.

P.- Todo el mundo está pasando por un proceso de mestizaje ¿Cree que en el caso de Cataluña no es un proceso natural?

R.- La globalización es un proceso natural, pero si analiza el porcentaje de inmigración de otros países europeos Cataluña gana de largo, aquí es donde se ve claramente que al Estado español le ha interesado enviar a todo tipo de inmigración a Cataluña, cuanto más conflictiva y anti-occidental mejor. De este modo disminuía la catalanidad de Cataluña y las posibilidades de que tuviéramos acceso a la independencia. 

P.- Sus posturas sobre inmigración han llevado a ERC, CUP y Comunes ha firmar un cordón sanitario contra su partido ¿le preocupa?

R.- No es nuevo, es el segundo que me hacen. Lo hicieron en las municipales de Ripoll y no tuvo demasiado buen resultado para los que lo aplicaron. La gente no comprende que se prive de opinar libremente a un cargo electo, todo el mundo debe poder expresarse. Por nosotros ningún problema, creo que nos beneficia, pero ellos se tendrían que replantear si este es el método para combatir las ideas que no les gustan.

P.- ¿Aliança participaría en un cordón a las formaciones no independentistas?

R.- No creo en los cordones sanitarios, lo he demostrado en Ayuntamiento de Ripoll. Cuando el PSC, que es un partido totalmente contrario ideológica y nacionalmente al mío, hacía propuestas que beneficiaban al conjunto de los ciudadanos nosotros siempre las aprobábamos. Al fin y al cabo somos servidores públicos, nos votan para que defendamos sus derechos e intereses, no para que entremos en luchas fratricidas a nivel político.

P.- ¿Entiende que Puigdemont haya pactado con el PSOE?

R.- No, es evidente que no lo entiendo.

P.- Usted era admiradora de Puigdemont.

R.- Sí, lo seguí por toda Europa y le di apoyo, hasta que te das cuenta de que has sido engañada y se acaba la esperanza que depositamos en él.

P.- ¿Su victoria en Ripoll se puede desligar del trauma de los atentados de Barcelona y Cambrils y el hecho de que sus autores fueran vecinos de Ripoll?

R.- Hubo un periodista que me dijo que yo era la consecuencia política del 17--A, creo que en cierta manera tenía razón. No hubiera presentado candidatura si no hubiera habido los atentados. Y probablemente tampoco hubiera obtenido la confianza de la gente sin este impacto. Hasta entonces nadie se había atrevido a abordar esta problemática y a partir de entonces nosotros tuvimos el valor de ponerlo sobre la mesa.

El ayuntamiento se preocupó más de des-responsabilizar a la comunidad islámica de Ripoll por lo que había pasado que de las víctimas. Se hizo un homenaje en la plaza de Ripoll que fue más un homenaje a los familiares de los asesinos que a las víctimas, cuando muchos de esos familiares de los asesinos los consideraban mártires. Esto generó bastante inquietud en Ripoll.

P-.¿Qué quiere decir cuando promete una defensa radical de Cataluña?

R.- Una defensa sin ambages de lo que somos, buscar la pervivencia de lo que nos hace únicos.

P.- ¿Qué es lo que nos hace únicos?

R.- La cultura y la lengua, es el trazo singular de los catalanes, este haz de tradiciones e historia compartida.

P.- ¿En su Cataluña independiente el castellano sería lengua cooficial?

R.- No, evidentemente. No es una lengua propia ni natural de Cataluña, aunque la hablen muchas personas que viven aquí. Es una lengua que ha llegado a territorio catalán por inmigración o imposición del Estado, no es una lengua que haya nacido en nuestro territorio ni fuera hablada por nuestros ancestros.

P.- ¿Es de extrema derecha?

R.- No, no soy nada extremista y estas etiquetas no nos afectan.

P.- Sus planteamientos coinciden con los de los grandes partidos de extrema derecha europeos.

R.- Quizá se ha etiquetado mal a todo este movimiento europeo, acusan de ser extremista a una posición que simplemente recupera el sentido común y el orden que había regentado el continente europeo.

P.- ¿Su programa electoral es de derecha o de izquierda?

R.- No somos de derechas ni de izquierdas, aplicaría en cada momento la política que más convenga a los catalanes. Cualquier gobernante debería actuar así.

P.- ¿Rebajaría la fiscalidad catalana?

R.- Sí evidentemente, y resolveríamos gran parte de los problemas a nivel adquisitivo de las familias; también para que pudieran prosperar las empresas y pudiéramos reindustrializar el país.

P.- ¿Reduciría la administración?

R.- Totalmente. Hay duplicidades por todos lados, se está colocando a parientes y amigos y creando chiringuitos que no resuelven los problemas de los ciudadanos, pero en cambio suponen un coste adicional muy importante. Se tiene que adelgazar la administración.

P.- ¿Comparte la Agenda 20/30 para luchar contra el cambio climático?

R.- Soy partidaria de preservar el medio ambiente para las generaciones futuras pero la Agenda 20/30 es inviable, se han marcado unos objetivos demasiado agresivos. Soy partidaria de la sostenibilidad, queremos garantizar la continuidad histórica de Cataluña y que las futuras generaciones la encuentren en las mejores condiciones posibles.

P.- ¿Podemos decir que el suyo es un partido carlista?

R.-No creo, los carlistas defendían un rey y los catalanes hace mucho tiempo que no tenemos un rey propio.

P.- Sí son un partido tradicionalista

R.- Somos un partido tradicional y conservador, abogamos por recuperar nuestras tradiciones y nuestra cultura. Nos sentimos orgullosos del legado recibido y lo reivindicamos.