Salvador Illa se convirtió este lunes en el centro del debate, y de los ataques, en su calidad de líder en la encuestas. Ataques del independentismo por su dependencia del PSOE, y de PP, Cs y Vox por sus apoyos al independentismo o su papel con el catalán. Un debate electoral en La Sexta en el que los pactos poselectorales y la gestión de los servicios públicos o la fiscalidad tuvieron más protagonismo que la amnistía o el referéndum de independencia, en el que Junts y ERC volvieron a ratificarse.

Con la política de pactos sobrevolando el debate, Illa insistió en no cerrar las puertas a Junts ni a ERC y buscó la confrontación con el candidato de Vox, Ignacio Garriga, en materia de seguridad e inmigración. Antes tuvo un duro enfrentamiento con el popular Alejandro Fernández, quien recriminó al socialista que "no le dice la verdad ni al médico" en materia de alianzas. Es la consecuencia "de mentirle a todo el mundo a todas horas" reprochó Fernández a Illa. "Le receto humildad" añadió, "luego vienen las sorpresas, usted ya ganó unas elecciones y no sirvió nada".

Illa hará "lo que le ordene Pedro Sánchez" aseguró el popular, que recriminó a los socialistas que "cuando peor estaban" ERC y Junts, tras las generales, les dieron aire con los pactos de investidura. "Tendrá el coraje de enfrentarse a Pedro Sánchez por Cataluña", requirió el popular. "Usted solo habla de mi, no propone nada, y ya sabemos cual es su receta, gobernar con Vox" le respondió Illa tras afearle la acusación de mentiroso.

En manos de Sánchez

La acritud entre los candidatos de PP y PSC contrastó con el cuidado puesto por el representante de Junts, Josep Rull, en no cerrarse puertas con Esquerra. Y no fue porque Pere Aragonès no le buscara. El president recriminó a Rull la ruptura del gobierno de coalición, advirtiendo que "la unidad se practica, no se predica", frase que se ha convertido en uno de sus lemas de campaña. Pero el de Junts se limitó a responder que "los reproches están en las antípodas de lo que proponemos". Por lo menos con Esquerra.

El número tres de Carles Puigdemont sí buscó la confrontación con Illa, al que afeó el pacto en el Ayuntamiento de Barcelona. "Existen otros tripartitos, el alcalde de Barcelona se decidió en Madrid de la mano de PP y PSOE" denunció. Paradójicamente, Rull aseguró que "no podemos permitir que el president de Generalitat se decida en Madrid", aunque su jefe de filas ha verbalizado ya que exigirá a Sánchez que Illa le ceda la presidencia aunque Junts sea segunda fuerza.

Rull también chocó con Alejandro Fernández, al que reprochó que el Gobierno de Mariano Rajoy utilizó "todos los mecanismos del Estado para abatir a Xavier Trias y Puigdemont" tras recordarle las actuaciones de la "policía patriótica" comandada por el ex comisario Villarejo. Lo hizo después de que Fernández se "escandalizara" porque Rull admitiera que su propuesta es "volver a la Cataluña de 2017, ¿No hemos tenido suficiente?", se lamentó.

Herencia del procés

Por su parte Aragonès, también Rull, fueron los blancos del resto de los candidatos por la herencia de diez años de procés en materia de servicios públicos, fiscalidad o sequía. Esquerra "está al frente de la educación desde hace 6 años, alguna responsabilidad tendrán" en los desastrosos resultados del Informe Pisa, le recriminó la candidata de los Comunes, Jéssica Albiach a Aragonès.

Los reproches se centraron en Rull en el bloque de vivienda, cuando lamentó que "la hiper regulación baja la oferta y sube los precios de la compra de vivienda y los alquileres, dificulta el acceso a la vivienda en condiciones". Fernández tuvo que recordarle que fue un conseller de Junts quien aprobó la Ley de vivienda vigente en Cataluña.

Otro tanto sucedió cuando el portavoz de Puigdemont anunció rebajas de impuestos y la supresión de Sucesiones. "Todos estos impuestos los han puesto ustedes que se han comportado como cupaires como el proceso. La subida en pandemia del 700% del Impuesto de Sucesiones tiene la firma de Rull y Aragonés, se les debería caer la cara de vergüenza" le respondía Fernández.