La actualidad económica y financiera española se ha visto interrumpida durante los últimos años por la irrupción del ecosistema Fintech y del tan deseado sandbox. Las empresas han sabido ver la necesidad de innovación en la industria financiera y, haciendo uso de tecnologías pioneras, están contribuyendo a dibujar un sector mucho más cercano al usuario, con servicios más personalizados, flexibles y adaptables. Si el presente es esperanzador, el futuro en España es aún más prometedor, ya que, con la aprobación del mencionado sandbox, resultaría difícil imaginar el límite de esta corriente innovadora.

Para poder hacerse una idea de la importancia del sandbox, hay que entender que, en la actualidad, la innovación en la industria financiera está limitada por una regulación que es incapaz de evolucionar a la misma velocidad que la tecnología. La única manera de salvar este escollo es con un espacio controlado de pruebas, un entorno seguro diseñado para que las Fintech puedan experimentar con sus nuevos modelos de negocio.

La innovación en la industria financiera está limitada por una regulación que es incapaz de evolucionar a la misma velocidad que la tecnología

El sandbox es precisamente eso, un “cajón de arena” en el que las Fintech podrán poner en marcha sus últimas innovaciones sin estar sujetas a la normativa actual, pero bajo la constante supervisión de las autoridades financieras.

Así, no solo las Fintech se verían beneficiadas enormemente, sino que las autoridades podrían entrar en contacto con las últimas innovaciones en materia financiera, desarrollando así una legislación adecuada y garantizando una mayor seguridad jurídica a todos los consumidores, que, como mayores beneficiarios de la transformación de la industria financiera, serían los principales destinatarios de los efectos positivos que traería el sandbox.

Aunque estas razones son ya más que suficientes para que la aprobación del sandbox sea una prioridad en materia de regulación financiera, para España la oportunidad es todavía mayor. Reino Unido fue el primer país europeo en contar con un sandbox, y, hasta ahora, lideraba la innovación en el sector financiero en Europa, un hecho que demuestra la efectividad de esta medida. Sin embargo, con la llegada del Brexit, las tornas han cambiado, y, si hay un país que puede aspirar a heredar esta posición, ese no es otro que España.

En nuestro país, la crisis que vivimos hace unos años abrió una brecha de confianza en el sistema financiero por parte de una sociedad que, al demandar unos servicios financieros más cercanos, éticos y flexibles, ha propiciado el crecimiento del ecosistema Fintech, situando a España como uno de los países más punteros en materia de tecnología financiera.

Reino Unido fue el primer país europeo en contar con un sandbox y ha liderado la innovación en el sector financiero. Con el Brexit, España puede tomar el relevo

Además, en España gozamos de una excelente relación con el mercado latinoamericano, perfectamente reflejada en la Alianza Fintech Iberoamérica. Ahora, gracias a los esfuerzos de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y de sus homólogos del resto de países de Latinoamérica, nuestro país puede ser la puerta de entrada a este mercado para muchas Fintechs europeas con el potencial de transformar la industria financiera.

De esta manera, la aprobación del sandbox regulatorio catalizaría no solo la industria Fintech, sino laposición de España como líder europeo en innovación financiera, situando así a nuestro país en una posición envidiable. Según los cálculos de AEFI, esta nueva regulación generaría, en tan solo dos años, unos 5.000 puestos de trabajo, inyectando además unos 1.000 millones de euros de inversión en el mercado español. Los beneficios del sandbox están fuera de toda duda. Lo único que queda por resolver es cuándo se aprobará.


Jorge Bardón es director general de IPF Digital Spain y vicepresidente de AEFI (Asociación Española de Fintech e Insurtech)