De Junqueras ya no sabíamos nada, había salido de la cárcel con su flauta y su casita de pájaros talladas, indultado pero heroico, blandito pero matón, y se nos había perdido entre huertos de tomates y cerámica popular, o algo así. Tampoco de Puigdemont sabíamos mucho, sólo que seguía en su torreón de hiedra y suspiros, triste, solo y tejiendo mantitas de melancolía, como una señora con gato y canario. A Pere Aragonès nunca le hemos prestado demasiado atención porque es como un suplente de quinto grado, como el cocinero que ha terminado mandando en un barco devastado por una epidemia. Además, después del juicio al procés, la Generalitat es como la casa de Bernarda Alba, todo luto, autocompasión y amargura de cortar cebollas. Sólo por Cataluña siguen consumiendo ese culebrón y ese ricino, mientras Madriz se entretiene con Rufián, el de la amenaza eterna y respingona pero impotente. Menos mal que ha llegado Pegasus, porque de los indepes ya se estaban olvidando hasta los suyos.
Todas las claves de la actualidad y últimas horas, en el canal de WhatsApp de El Independiente. Únete a nuestro canal de Whatsapp en este enlace.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Los sindicatos de Policía se hartan de la difusión de agentes encubiertos
- 2 Detienen a un español de 73 años en el aeropuerto de Punta Cana por llevar ocho paquetes de cocaína
- 3 Abascal cierra filas con Milei tras el ataque a Sánchez y su mujer
- 4 El Constitucional aborda la sentencia clave para el futuro de la incautación de la droga por agentes encubiertos
- 5 El TJUE abre la puerta a prestaciones ‘transfronterizas’
- 6 Iván Redondo y el inesperado rescate del 'brujo' del sanchismo
- 7 Los medios argentinos reaccionan a la llamada a consultas de España a la embajadora tras el ataque de Milei a Sánchez
- 8 Un guardia superviviente de Barbate: "El sargento advirtió de que con esa embarcación pequeña nos podían pasar por encima"
- 9 Qué es lunes de pentecostés y dónde es fiesta