Las marchadoras chinas han llamado la atención en las competiciones de atletismo por una práctica muy particular: competir con el ombligo tapado utilizando parches o cintas de kinesiología de colores llamativos.
Esta curiosa costumbre no responde a necesidades médicas, sino a creencias culturales milenarias profundamente arraigadas en la sociedad china. Según estas tradiciones ancestrales, el ombligo representa una puerta de entrada al cuerpo por donde pueden filtrarse las malas energías. Por esta razón, las atletas deciden cubrir esta zona específica del cuerpo para conservar las buenas vibraciones durante sus competiciones.
Un ejemplo reciente de esta práctica fue protagonizado por la marchadora china Li Peng durante la prueba de 35 kilómetros marcha. La atleta oriental logró un destacado cuarto puesto, quedándose a un paso del podio con un tiempo de 2:43:29, que además constituyó su marca personal.
Sin embargo, las deportistas chinas no son las únicas que recurren a estas prácticas energéticas en el mundo del atletismo. La española María Vasco también utilizaba técnicas similares a través de la cromoterapia, una disciplina que emplea los colores y las vibraciones lumínicas para promover el bienestar físico, mental y emocional.
La atleta española portaba un trébol rojo y lila que colocaba estratégicamente tanto en el sacro como en el ombligo. Según los principios de la cromoterapia, esta pieza se sitúa sobre el denominado "Centro Fundamental" y ejerce una función de alimentación y reparto energético que sustenta al individuo durante la competición.
Estas prácticas demuestran cómo las tradiciones culturales y las creencias espirituales continúan teniendo un papel relevante en el deporte de alto rendimiento, donde los atletas buscan cualquier ventaja posible, ya sea física, mental o energética, para optimizar su rendimiento deportivo.
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