En una noche vibrante en Filadelfia, el Flamengo volvió a demostrar la fuerza del fútbol sudamericano al imponerse 3-1 sobre el Chelsea, en un duelo que quedará grabado como otro golpe contundente del balompié brasileño al poderío europeo.

El partido, correspondiente a la fase de grupos del Mundial de Clubes 2025, enfrentó a dos equipos en gran momento: el Mengão llegaba invicto y con una racha positiva, mientras que los Blues venían de conquistar la Conference League y cerrar una temporada casi perfecta en Inglaterra, según informa Europa Press.

El primer tiempo mostró a un Chelsea pragmático y efectivo, que supo aprovechar sus oportunidades y se adelantó en el marcador gracias a un gol de Pedro Neto, tras una jugada colectiva que desarmó la defensa carioca.

Sin embargo, el Flamengo no bajó los brazos y, fiel a su estilo ofensivo, buscó el empate antes del descanso, aunque la contundencia no estuvo de su lado en esos minutos iniciales.

La charla en el vestuario surtió efecto y, en la segunda mitad, el conjunto brasileño salió con otra actitud.

El dominio en la posesión y la presión alta comenzaron a surtir efecto. Gerson, figura del mediocampo, lideró la remontada con un golazo tras una jugada individual que encendió a la afición. El empate fue un duro golpe para el Chelsea, que no logró reponerse del envión anímico de los sudamericanos.

El segundo tanto llegó tras un tiro de esquina perfectamente ejecutado por Luiz Araújo, que encontró la cabeza de Léo Pereira.

El central, con un remate certero, puso en ventaja al Flamengo y desató la euforia en las gradas. Chelsea intentó reaccionar, pero la solidez defensiva del Mengão y las intervenciones del arquero evitaron cualquier intento de empate.

Ya en los minutos finales, Flamengo sentenció el partido con un contragolpe letal. Gonzalo Plata, que había ingresado en la segunda parte, aprovechó un error defensivo de los ingleses y selló el 3-1 definitivo, confirmando una victoria histórica para el fútbol brasileño.

Este resultado no solo coloca a Flamengo como líder del grupo, sino que reafirma la capacidad de los clubes sudamericanos para competir y vencer a los grandes de Europa en el escenario internacional.

El Mengão, con su fútbol vistoso y efectivo, vuelve a poner en alto el nombre de Brasil y deja claro que en el Mundial de Clubes, la hegemonía europea no está garantizada.