Mantener una cantidad importante de dinero dentro de una cuenta corriente en un mismo banco puede parece algo seguro, pero lo cierto es que puede no serlo, como tampoco es la mejor estrategia financiera. Un saldo elevado de dinero no produce rentabilidad en un banco, salvo contadas excepciones, y en algunos casos incluso puede dejar el patrimonio expuesto a riesgos innecesarios. La clave es establecer una relación adecuada entre el efectivo inmediato y la rentabilidad a medio y largo plazo.
Dinero que deberías tener en el banco
El criterio más eficiente para establecer cuánto dinero es conveniente mantener en una cuenta corriente es fijar un tope que sea igual a tres ingresos mensuales netos. Esta cantidad permite obtener efectivo suficiente para afrontar situaciones imprevistas, como la reparación de una avería para la que no tienes presupuesto, o una factura calorífica que no esperabas y para la que no habías previsto dinero; manteniendo la suficiente distancia para no forzar movimientos innecesarios. Superar esta cantidad es tener totalmente inmovilizado el capital sin que este pueda producir rentabilidades.
Cómo este límite evita números rojos
Mantener tres nóminas en el banco puede evitar que entres en situación de números rojos en la cuenta corriente, así como comisiones. Si un pago no esperado disminuye el saldo, la reserva actúa como medida que protege y evita gastos por descubierto. Esta forma no solo cuida su capital sino que también permite sostener la estabilidad financiera ante imprevistos que afectan repentinamente al presupuesto mensual.
Habilidades para hacer crecer tu dinero
Opciones de ahorro a corto plazo
En los objetivos que se desean lograr en un plazo de hasta doce meses, la alternativa más acertada son los depósitos a un año, los cuales te van a permitir garantizar el capital y recibir algún tipo de intereses, aunque es importante examinar si la cancelación anticipada de los depósitos lleva aparejada una penalización, ya que nunca se sabe si vas a tener que necesitar rescatar ese capital antes de tiempo.
Inversiones para objetivos a largo plazo
Cuando la meta se ubica en un plazo de entre cinco y diez años entra en funcionamiento alternativas más rentables. Se tratan de productos que pueden padecer jornadas de volatilidad, pero que a largo plazo compensan con mejores resultados. La opción tiene que corresponder al nivel de ingresos, a la estabilidad laboral y a la tolerancia al riesgo de cada cual. Hay que tener en cuenta que rescatar estos depósitos antes de tiempo puede conllevar penalizaciones más severas.
Diversificar el dinero evita riesgos
En caso de quiebra de una entidad bancaria, el Fondo de Garantía de Depósitos cubre hasta 100.000 euros por titular y banco. Por este motivo, acumular cantidades mayores en una misma cuenta supone aceptar riesgos innecesarios o imprevisibles. La diversificación entre varias entidades garantiza que el capital esté asegurado hasta los límites legales en cada una de ellas.
Repartir el capital para mayor protección
Distribuir el patrimonio entre varios bancos puede dar como resultado no solo que se proteja el dinero en caso de crisis financieras, sino que se deriven aquí varias ofertas de productos y rentabilidades. Este tipo de reparto permite cumplir de un mismo modo, salvaguarda tu economía y aumentan las oportunidades para incrementar el rendimiento del ahorro.
Mantener un control sobre el dinero que se tiene en la cuenta corriente supone un paso muy importante para mantener una buena salud financiera; tener tres salarios como reserva en el banco es una buena estrategia para estar preparado si hay que afrontar gastos imprevistos con tranquilidad; el resto del capital puede destinarse a otros productos que genere intereses y propicien el crecimiento del patrimonio. El equilibrio entre liquidez y rentabilidad permite optimizar el uso del dinero y reforzar la estabilidad económica de cara al futuro.
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