Las bajas laborales se han incrementado un 7,8% al comparar el promedio de trabajadores ausentes diarios en los últimos cuatro trimestres disponibles (del segundo trimestre de 2025 al tercero de 2024) con los cuatro trimestres anteriores (del segundo trimestre de 2024 al tercero de 2023), según los datos de los informes sobre absentismo laboral que publica trimestralmente Randstad Research.

En concreto, el promedio de personas que se ausentaron de su puesto de trabajo cada día por motivo de baja laboral ha sido de 1.452.347 entre el segundo trimestre de 2025 y el tercero de 2024. Por su parte, entre el segundo trimestre de 2024 y el tercero de 2023 fueron 1.387.266 personas. Lo que ha supuesto un alza de 65.081 personas más en el último año.

Además, el informe de Randstad Research proporciona el dato agregado de absentismo general, es decir, cuando se suman las bajas laborales y las ausencias al puesto de trabajo injustificadas. De esta forma, se pueden extraer los datos correspondientes a la evolución del absentismo injustificado. En este caso, se han reducido un 6,6% en el último año.

Entre el segundo trimestre de 2025 y el tercero de 2024, 290.572 trabajadores no se presentaron a trabajar con causa justificada, lo que ha representado un descenso de 19.170 trabajadores menos que entre el segundo trimestre de 2025 y el tercero de 2024 —cuando se registraron 309.742 faltas diarias—. No obstante, esta caída se ha producido por el dato del segundo trimestre de 2025, cuando el promedio diario de faltas por trabajador ha alcanzado las 216.285. Se trata de la cifra más baja de la serie analizada y ha impulsado a la baja el promedio del cómputo de los últimos cuatro trimestres frente al del año móvil anterior.

Segundo trimestre de 2025

Los datos del último trimestre que ha publicado este jueves Randstad Research, correspondientes al segundo trimestre de 2025, revelan que se ha perdido un 7% de las horas pactadas por el absentismo general, mientras que en el absentismo por bajas laborales se han perdido el 5,5%. No obstante, la incidencia ha sido superior en algunas regiones. Concretamente, en Cantabria (9,2% y 6,8%), Canarias (8,8% y 7,6%) y País Vasco (8,6% y 6,8%), que han registrado los mayores índices de absentismo general y de bajas médicas, respectivamente.

Asimismo, por subsectores del mercado laboral, las actividades postales y de correos han liderado la clasificación entre los que mayores pérdidas de horas pactadas han registrado por absentismo general (12,1%). Seguidas por los servicios a edificios y actividades de jardinería (11,5%) y la asistencia en establecimientos residenciales (10,7%). Por el lado de los subsectores que mayores bajas temporales han cursado, se encuentran: los servicios a edificios y actividades de jardinería (10,7%), la recogida, tratamiento y eliminación de residuos (9,6%) y la asistencia en establecimientos residenciales (9,2%).

Por el lado contrario, las actividades económicas que menos absentismo general han presentado han sido: las actividades relacionadas con el empleo (3,0%), la programación y consultoría (3,6%) y las actividades jurídicas y de contabilidad (3,7%). Del mismo modo, los subsectores que menos bajas laborales han registrado se han correspondido con: programación y consultoría (2,1%), investigación y desarrollo (2,3%) y las actividades jurídicas y de contabilidad (2,5%).

Las bajas laborales supondrán un coste de 32.800 millones en 2025

Estas cifras se contextualizan en plena negociación entre Seguridad Social y los agentes sociales para abordar el alza de las bajas por incapacidad temporal. Una circunstancia que deriva en costes millonarios tanto para las empresas como para la propia Seguridad Social. De hecho, AMAT (Asociación de Mutuas de Accidente de Trabajo) ha estimado que el coste final a cierre de 2025 alcanzará los 32.800 millones de euros, lo que supondría un 12,7% más que en 2024.

En este sentido, el fracaso de la mesa negociadora para introducir soluciones a esta costosa problemática que no deja de incrementarse año a año ha llevado al Ministerio liderado por Elma Saiz a elevar la cuestión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De esta forma, la OCDE estudiará la evolución de las prestaciones de incapacidad temporal, el impacto de una reincorporación progresiva tras enfermedades de larga duración y la influencia de los complementos salariales pactados en convenios. Una vez que haya realizado el diagnóstico, el organismo presentará una serie de propuestas para contener el aumento de las ausencias por contingencias comunes.