Después de años de dudas, los cazas Hurjet, fabricados por Turkish Aerospace Industries, fueron finalmente seleccionados este año para reemplazar a los F-5, los veteranos aparatos con los que se instruye a los pilotos de combate españoles, que superan ya el medio siglo de servicio. Los nuevos modelos, sin embargo, deberán pasar por un proceso de "españolización" para ajustarse a los requisitos de la Fuerza Aérea. Y durante esa transición, es muy probable que algunos pilotos deban realizar su adiestramiento en el extranjero como consecuencia del proceso de "desconexión" que ha llevado a España a desconectarse militarmente de Israel.

El BOE del 24 de septiembre detalla que el objetivo es adaptar el Hurjet a las demandas del Ejército del Aire mediante una "configuración nacionalizada diseñada por la industria aeronáutica y de defensa española". El documento subraya que el programa "supondrá un avance en el estado del arte en materia de plataformas de instrucción para futuros pilotos de caza", al incorporar sistemas de mayor capacidad y rendimiento.

La duda es cómo será exactamente ese proceso de "españolización". En mayo de este año se firmó un memorando de entendimiento (MoU) entre Turkish Aerospace y Airbus España, la empresa encargada de coordinar los trabajos en los que también participarán Aciturri, Aernnova, Aertec, Artificial, Amper, Centum, CESA, GMV, Grabysur, Indra, ITP Aero, Grupo Oesía, Orbital y SENER. Sin embargo, las fuentes consultadas indican que "no hay nada cerrado" para llevar a cabo la españolización. Todavía no hay un plan.

Está previsto que las entregas se inicien en 2028, y que los pilotos puedan disponer de un primer conjunto de aviones para empezar a "familiarizarse y entrenar en la plataforma" para el curso del 2029/2030. En paralelo se desarrollará e integrará la configuración española, estando los primeros aviones disponibles a partir de 2031. El programa incluye la adquisición de hasta 45 aeronaves, que tendrán una vida operativa de al menos 30 años y se desplegarán en la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz), donde se ubica la Escuela de Caza y Ataque.

Los Hurjet se desarrollaron para integrarse en la Fuerza Aérea Turca como sustitutos de los T-38. La primera de estas aeronaves completó su vuelo inaugural el 25 de abril de 2023, y ha superado más de 150 pruebas hasta la fecha. Miden 13,6 metros de longitud, 9,5 metros de envergadura y 4,1 metros de altura, y cuentan con 25 m2 de área de ala.

En el BOE se recoge que los Hurjet son capaces de realizar misiones tanto de entrenamiento como de combate ligero, con una velocidad máxima de Mach 1.2 y una altitud operativa de hasta 45.000 pies. Están equipado con un motor F404-GE-102 que genera un empuje de 17.000 libras, proporcionando "excelente rendimiento en velocidad y maniobrabilidad". Su aviónica avanzada incluye sistemas de control de vuelo digitales, pantallas multifunción, sistema embarcado de entrenamiento de última generación y capacidades de integración con una amplia gama de armamento.

Los F-5, por su parte, comenzaron a emplearse en 1971, aunque se han sometido a diversas modernizaciones. Su sustitución ha sido uno de los temas más importantes para el Ministerio de Defensa, que en 2023 anunció que invertiría 25 millones para alargar su vida útil hasta 2028, cuando se espera que estén listos los Hurjet.

En la actualidad quedan 19 F-5 operativos, que tienen 14,38 metros de longitud, 8,10 metros de envergadura y 4,01 metros de altura. Alcanzan una velocidad máxima de Mach 1.7, con dos motores General Electric J85-GE-13. Como armamento montan dos cañones de 20 mm y cinco soportes con 1.680 kilos de carga, un misil AIM-9J y bombas BR-250/500 y MK-82.

El entrenamiento de combate

La Escuela de Caza y Ataque del Ejército del Aire, conocida como el Ala 23, tiene como misión principal impartir la enseñanza de formación, tanto teórica como de vuelo de la Fase de Caza y Ataque a los alumnos del 5º Curso de la Academia General del Aire con formación básica de piloto, que son seleccionados para realizar la citada fase.

Cada año, en torno a una decena de estudiantes (los que mejores calificaciones han obtenido en su promoción en la Academia General del Aire ubicada en San Javier) ingresan en la escuela, donde "prácticamente" deben aprender a volar de nuevo, según la página web especializada en el Ala 23. Y es que hay amplias diferencias entre los C-101 que se utilizan en la academia y los F-5.

Al finalizar ese curso, los mejores alumnos son elegidos para convertirse en instructores, conocidos como 'Patas negras'. El Ala 23 utiliza como lema una frase del legendario piloto alemán Manfred Von Richtoffen, apodado el 'Barón Rojo', que dice así: "La calidad del aparato importa muy poco. El éxito de la misión, depende del piloto que lo maneje". En su faceta operativa, la unidad participa en diversos ejercicios en apoyo a la instrucción de las unidades del Ejército del Aire y del Espacio.

El problema de la "desconexión" con Israel

Esta misma semana fuentes del Gobierno admitían que su decisión de romper todos los contratos militares con Israel como medida de presión por el "genocidio" de Gaza podría "restar cierta capacidad a la Escuela de Caza y Ataque del Ejército del Aire". Aunque para ello han pensado en una "solución transitoria".

El problema, como detalló El País, es que los F-5 han sido modernizados en dos ocasiones por la firma Israel Aerospace Industries (IAI), que también se encarga de realizar su mantenimiento. Con la ruptura de todos esos contratos, era una incógnita durante cuánto tiempo podrían seguir funcionando las aeronaves.

De esta forma, desde el Gobierno recordaron que, "aunque está prevista la sustitución de los F-5 con carácter bastante inmediato", la "solución transitoria" sería enviar a algunos pilotos a formarse en el extranjero, en concreto a países socios y aliados como Italia o Estados Unidos.