En Almaraz están preocupados, inquietos. Sabían que este momento podía llegar pero confiaban en que para entonces la situación se pudiera haber revertido. Octubre de 2025 era el mes crítico, marzo de 2026 el del final definitivo. El primero ya ha llegado y el segundo se encuentra a sólo cinco meses. La central sigue confiando en que pueda celebrase un encuentro entre las propietarias de la central nuclear y el Ministerio de Sara Aagesen que pueda evitar el cierre. Por ahora, ese escenario ni se ha producido ni tiene fecha de que vaya a ocurrir. Por eso, lo que sigue avanzando es el calendario pactado en 2019 y que determina que para el 1 de noviembre de 2027 la unidad 1, el primero de los reactores de la central deberá cesar su actividad.

A finales de este mes la central propiedad de Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP deberá entregar al organismo regulador, el Consejo de Seguridad Nuclear, su plan de cierre. La  documentación de ‘licenciamiento’ que va asociada a la declaración de cese definitivo de actividad que deberá solicitar en marzo del próximo año, si no hay acuerdo entre el Gobierno y las energéticas que lo revierta.

Desde el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico aseguran que siguen esperando. Recuerdan que no han recibido ninguna petición ni propuesta formal de las cuatro compañías propietarias de Almaraz para reconsiderar el cierre, “se dice que lo van a hacer pero nosotros no hemos recibido nada”, aseguran a El Independiente fuentes del Ministerio. La última carta que llegó al despacho de Aagesen estaba firmada por Endesa e Iberdrola, pero el Gobierno quiere que el acuerdo que puedan alcanzar en la central esté avalado por todos sus propietarios –Iberdrola el 53%, Endesa 36%, Naturgy 11% y EDP-. E insisten, cualquier acuerdo deberá cumplir las líneas rojas que ha determinado el ministerio: la continuidad de Almaraz no podrá poner en riesgo el suministro, no podrá suponer un riesgo radiológico y no tendrá que tener ningún impacto en forma de incremento de costes para los consumidores.

Fuentes del sector aseguran que también las compañías estarían 'esperando' al Ministerio de Aagesen. Apuntan a que si bien no se ha remitido ninguna propuesta o petición por escrito sí se habría hecho por vía telefónica. Una petición de encuentro que darían por solicitada y que estarían a la espera de que se respondiera.

Asegurar la viabilidad de las centrales es el punto crítico. Las compañías insisten en que la carga impositiva que asumen es insoportable y que cualquier acuerdo debe pasar por una rebaja que el Gobierno por ahora no contempla. En el caso de Almaraz el Gobierno extremeño se ha abierto a reconsiderar la ecotasa si se mantiene la actividad de la central.  

Movilización contra el cierre

El sábado, la plataforma ‘Si a Almaraz, sí al futuro’ ha organizado en Navalmoral de la Mata un acto reivindicativo a favor de la continuidad de la instalación nuclear. En la jornada participará la presidenta de Extremadura, María Guardiola (PP), y el presidente de la diputación de Cáceres, Miguel Angel Morales (PSOE), además de alcaldes y vecinos de la zona. El presidente de la plataforma, Fernando Sánchez asegura que toda la comarca está “muy preocupada” por la falta de mensajes por parte del Gobierno Sánchez para reconsiderar el cierre. Lamenta que, pese a la disposición anunciada por las propietarias a continuar y del Gobierno extremeño a reconsiderar la carga impositiva, “el Gobierno aún no diga nada”: “Creemos que no está todo perdido”.

La última esperanza la tienen puesta en la visita que una misión de investigación de europarlamentarios hará a la central el próximo mes de febrero. Para entonces, restará apenas un mes para que Almaraz tenga que solicitar el cese definitivo de manera oficial. La misión, impulsada por el PP europeo, evaluará el estado de la central y el impacto que tendría su cierre.

El presidente de la plataforma ‘Sí a Almaraz’ asegura que la elaboración del documento de cierre que la central entregará a finales de este mes al CSN es “una cuestión de protocolo” y un trámite administrativo que deben seguir, pero no necesariamente “un punto de no retorno”: “Aún hay tiempo”, asegura confiado. No oculta que estos días el sentimiento más extendido en Almaraz y los pueblos de alrededor es la preocupación y “el cabreo”: “El cierre sería una debacle y quizá la desaparición para algunos pueblos”. El Ministerio de Transición Ecológica “lo es también de reto demográfico”, recuerda, pero “parece que eso no les importa”.

6 de octubre: recarga de combustible

En Almaraz trabajan estos días para llevar a cabo una fase de recarga para el segundo reactor, el que tiene el cese definitivo de actividad fijado para 2027. Comenzará el 6 de octubre próximo y finalizará en noviembre. Después, a esa unidad sólo le restará una recarga más. A la unidad número 1, la primera en desmantelarse, sólo le queda una recarga de combustible. La llevará a cabo a comienzos del próximo año. Después, si el cronograma no cambia, no habrá más.

Decidir la continuidad de Almaraz requeriría una rápida toma de decisiones. Fuentes de la central recuerdan que la solicitud de combustible, uranio enriquecido fundamentalmente, y los procesos de formación de operadores no se pueden improvisar, requieren de planificación y tiempo. “No estamos en un punto de no retorno, pero sí en un punto complicado”, aseguran.

Ahora, se sigue el protocolo, que es el que establece que ya se debe activar la fase final, la de solicitud del documento de ‘licenciamiento’ (plan de cierre) primero y la de cese de actividad poco después (marzo de 2026).

Los 700 trabajadores de la central, que aumentarán hasta casi 1.900 en las semanas de recarga, también han recibido la convocatoria para participar en la jornada reivindicativa que se celebrará en Navalmoral de la Mata este sábado. Muchos acudirán. La inquietud y el rechazo al cierre ya ha sido manifestado de manera reiterada a través del comité de empresa su oposición al cierre.