Las pequeñas y medianas empresas (pymes) representan el 99,8% del tejido empresarial español. La evolución de sus indicadores refleja, en gran medida, la coyuntura en la que se encuentra la actividad económica nacional. En este sentido, durante el segundo trimestre de 2025, las pymes han sumado 151.900 asalariados más que un año antes, hasta superar los 9,5 millones de empleos. Sin embargo, se trata de la cifra de crecimiento más baja desde 2021, según el último Indicador Cepyme sobre la situación de la Pyme que ha publicado la patronal de las pymes (Cepyme) este miércoles.

En términos relativos, durante el segundo trimestre, la creación de empleo asalariado en las pymes ha aumentado un 1,6% interanual. Se trata del peor dato desde el primer trimestre de 2021, cuando la crisis sanitaria registró una tasa negativa, del -2,6%. Desde entonces, el empleo en las pymes se fue recuperando, anotando crecimientos superiores al 3,5% hasta el tercer trimestre de 2022.

Sin embargo, a partir del cuarto trimestre de 2022 y hasta el segundo de 2024, aunque la creación de empleo se siguió manteniendo positiva, se produjo un cambio en la tendencia. Durante este periodo se registraron incrementos de entre el 2,9% y el 2,3%, lo que refleja una ralentización que se ha terminado de consolidar en los últimos trimestres, hasta anotar el dato más bajo desde 2021 en el segundo trimestre de 2025 (+1,6%).

Productividad

Durante el pasado Consejo de Ministros, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, elevó las previsiones del Gobierno para el crecimiento de la economía española en 2025 hasta el 2,7%, apoyándose en el dinamismo del empleo. En este sentido, aseguró que este dinamismo "se está acompañando de una mejora continuada de la productividad por hora, es decir, de la eficiencia con la que producimos".

Sin embargo, el informe de Cepyme advierte que esta mejora se explica precisamente por la ralentización del empleo: "Por cuarto trimestre consecutivo, el número de asalariados en las pymes creció menos que el volumen de ventas y, en consecuencia, la productividad media (calculada como el volumen de ventas por asalariado) recuperó parte del terreno perdido en 2023 y 2024".

De hecho, el propio Banco de España alertó en su último informe trimestral sobre la problemática de la productividad. En concreto, expresaba que la productividad, "tras exhibir un cierto dinamismo el año pasado, muestra signos de deterioro en lo que va de 2025". A lo que añade que para la productividad por ocupado "se contempla un crecimiento nulo en 2025 —frente al incremento del 0,9% en 2024".

El impacto de los costes

Asimismo, desde Cepyme vinculan esta menor capacidad de creación de empleo con el alza de los costes que soportan las empresas, especialmente las de menor tamaño. La patronal recuerda que “el incremento interanual de los costes laborales se mantiene por encima del 3% desde hace ya 17 trimestres”. De hecho, subrayan que si se excluye "el atípico primer semestre de 2021, los últimos cuatro trimestres son los de mayor aumento de los costes laborales en términos reales desde 2009".

Además, exponen que las sucesivas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) “explican que los costes laborales aumenten proporcionalmente más en las empresas de menor tamaño, ya que el salario promedio de las empresas más pequeñas es menor como consecuencia de una productividad más reducida”.

Esto se entiende mejor a través de una comparativa entre el salario mínimo (1.184 euros brutos en 2025) y los sueldos medios según el tamaño de las empresas. En las microempresas, el SMI equivale al 70,5% del salario promedio, en las pequeñas al 69,2%, en las medianas al 56,4% y en las grandes al 50,4%. Esta comparativa refleja que las empresas de menor tamaño soportan un mayor peso relativo del salario mínimo en sus costes laborales, lo que limita sus márgenes y hace que cualquier incremento del SMI tenga un impacto proporcionalmente más fuerte en ellas que en las compañías medianas y grandes.

Precisamente este miércoles, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se ha reunido con la comisión de expertos que abordará la próxima subida del SMI en 2026, con el objetivo de que siga representando el 60% del sueldo medio. Una decisión que añadirá más presión a los costes laborales de las pymes, ya tensionados por el peso creciente del salario mínimo en sus estructuras salariales.