Antes de la llegada de la pandemia, las bajas laborales generaban una incidencia media mensual de 23,8 procesos por cada mil trabajadores. En 2024 la cifra escaló nueve puntos porcentuales, hasta situarse en los 34,8 procesos iniciados por cada mil. Este incremento no solo refleja un mayor número de trabajadores que necesitan ausentarse de sus puestos de trabajo por motivos de salud, sino que también eleva los costes que deben soportar las empresas y la Seguridad Social. Tan solo en 2024, el alza de los procesos supuso un desembolso extra de 4.111 millones de euros respecto a los 26.350 millones abonados en 2023.

Héctor Blasco, director general de la mutua Umivale Activa, señaló este jueves durante la presentación del Estudio sobre los determinantes del absentismo laboral realizado junto al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) que el aumento de las ausencias se concentra sobre todo por las algias —como cervicalgias, lumbalgias o dorsalgias— y la salud mental. Además, destacó el papel de quienes encadenan varias bajas en un año, "que justifican todo el crecimiento de la incidencia y de las ausencias por incapacidad temporal".

Según el informe, las personas que registraron en 2023 —último año con datos completos disponibles— dos o más procesos de baja en un periodo de doce meses aumentaron un 27% desde 2018. Ese año, los trabajadores repetidores sobre el total de personas en baja representaban el 40,5%, mientras que en 2023 escalaron hasta el 51,6%. En términos absolutos, lo que significa es que de los 6,2 millones de trabajadores que iniciaron bajas laborales en 2023; 3,2 millones fueron repetidores. Además, según apunta para este medio, Juan Miguel Mesa, miembro del equipo de investigación del estudio, "la tendencia es creciente" para 2024 y 2025.

El estudio identifica que la mayor incidencia se concentra en los trabajadores del Régimen General, "que suponen casi el 95% de los procesos con algún día de baja en 2023". De esta forma, el informe examina también las jornadas perdidas dentro del propio Régimen General. De las 368,7 millones de jornadas perdidas en el Régimen General en 2023, el 64,5% se correspondieron con personas repetidoras, en concreto, 237,7 millones, lo que refleja un incremento del 89,3% desde las registradas en 2018. Por su lado, la evolución de las jornadas perdidas asociadas a personas no repetidoras crecieron un 12,5%.

El sector sanitario encabeza la repetición de bajas

Por sector de actividad, la sanidad destaca como la rama con mayor proporción de repetidores (62,7%), con un aumento de más de 15 puntos respecto a 2018. Tras ella se sitúan las actividades administrativas, el suministro de agua y las actividades de saneamiento, la Administración Pública y la industria manufacturera, todas ellas entre el 56,3% y el 55,1%. En el extremo contrario, los menores porcentajes se encuentran en las actividades de los hogares (34,1%), la agricultura (36,9%) y la energía (40,4%).

"Todos los sectores presentan en 2023 de manera sistemática valores más altos que en 2018", puntualizan en el informe. No obstante, el mayor salto se concentra en la rama de educación, "un sector tradicionalmente de menos absentismo", que en cuestión de cinco años ha pasado del 37,3% al 54,2%.

Y en cuanto a la edad, la mutua destaca que "es esperable que las personas más jóvenes, de 16 a 19 años, presenten un menor porcentaje de repetidores que otros grupos de edad, al ser más reciente su incorporación al mercado laboral. Pero, incluso con esta particularidad, el porcentaje de repetidores es considerable: un 39,3%". En el resto de franjas de edad, los porcentajes son más elevados y los mayores porcentajes de personas repetidoras corresponden a los grupos de 35 a 39 años (54,4%), de 30 a 34 años (54,1%) y de 60 a 64 años (53,8%).