La lluvia de millones que está viviendo el sector de la Defensa ha hecho que merezca la pena analizar en profundidad qué contratos se aprueban cada semana en el Consejo de Ministros. Y sin ir más lejos, en la última sesión del pasado martes se autorizó un acuerdo de 1.560 millones de euros para sustituir a los aviones T.12B Aviocar y desarrollar un nuevo sistema de enseñanza en vuelo para la Escuela Militar de Transporte Aéreo.

El T.12B es una de las versiones del Airbus C-212, un avión civil y militar diseñado para transporte ligero con características STOL, que le permiten despegar y aterrizar en pistas cortas. Estas aeronaves entraron en servicio en el Ejército del Aire en 1974 y han sido ampliamente reconocidas por su sencillez de mantenimiento, capacidad de operar bajo cualquier situación meteorológica y facilidad de carga y descarga. Son naves turbohélice, de tren fijo, sin presurización y con portalón trasero con rampa.

Los Aviocar españoles miden 15,22 metros de longitud, y cuentan con una envergadura de 19 metros y una altura de 6,32 metros. Su peso al vacío es de 3.250 kilogramos, pudiendo alcanzar un peso máximo al despegue de 6.000 kilos. Cada avión equipa dos motores Garrett Airesearch TPE 331 que le permiten alcanzar una velocidad máxima de 373 km/h y una velocidad de crucero de 275 km/h. El techo máximo operativo es de 7.500 metros y su autonomía ronda los 1.920 kilómetros.

En su día, estas aeronaves llegaron para sustituir a los Douglas DC-47, Dakota (DC-3) y C-352 y, en palabras del propio Ejército, acabaron convirtiéndose en "el mayor éxito jamás alcanzado por la industria aeronáutica española". Algunos fueron destinados para misiones de salvamento (SAR), y otros participaron en misiones internacionales.

La primera de ellas fue el destacamento aéreo de Guinea Ecuatorial, con base en la isla de Bioco, que estuvo en funcionamiento desde 1979 hasta 1994. Pero también se desplegaron en el conflicto de la antigua Yugoslavia y en el Destacamento ICARO, donde efectuaron misiones por toda la geografía italiana y hacia posiciones en España, Francia, Grecia, Alemania, Hungría, Croacia y Bosnia-Herzegovina.

Con el paso del tiempo, los Aviocar fueron siendo sustituidos en sus misiones para el Ejército del Aire por aeronaves más modernas como el CN-235. El último modelo para búsqueda y rescate fue retirado en 2014, pero algunos se mantuvieron para realizar funciones de transporte ligero y contramedidas electrónicas, prestando servicio en unidades como el Centro de Inteligencia y Targeting Aeroespacial (CINTAER), el Ala 37 y el Centro Logístico de Armamento y Experimentación (CLAEX).

Así llegamos a la resolución del Consejo de Ministros de esta semana, que aprobó la adquisición del avión sustituto del T.12B y un nuevo sistema integrado de enseñanza en vuelo para la Escuela Militar de Transporte Aéreo "cuya misión es aportar continuidad y progresión al sistema de enseñanza en vuelo del Ejército del Aire y del Espacio entre la Academia General del Aire y las unidades de transporte aéreo, así como la Escuela Militar de Transporte Aéreo", según recoge la referencia del consejo, que añade que "las actuales aeronaves en servicio para este fin se encuentran al final de su vida operativa y no cubren esta necesidad" y que el contrato tendrá una vigencia desde su formalización hasta el 30 de noviembre del 2032, sin posibilidad de prórroga.

El elegido para reemplazar a los Aviocar es el Airbus C-295, un 'súper ventas' a nivel global, que se ensambla en la fábrica de Sevilla. En diciembre de 2023, España encargó 16 de estos aviones en configuraciones de patrulla marítima y vigilancia marítima. Y en septiembre de este mismo año se dio luz verde a la compra de otras 18 unidades para, entre otras cosas, dar el relevo a los C-212 después de cinco décadas de servicio.

El C-295 es un avión de transporte táctico de última generación, con mayor capacidad de carga, autonomía y avanzada aviónica. Esta plataforma está destinada a misiones muy versátiles que abarcan desde el transporte táctico y el lanzamiento de paracaidistas hasta patrulla marítima y vigilancia avanzada.

El nuevo avión incorpora mejoras sustanciales, como motores más potentes, sistemas electrónicos modernos, mayores capacidades de operación en condiciones climatológicas adversas y la posibilidad de estar equipado con armamento específico para misiones antisubmarinas y de vigilancia marítima, ampliando notablemente el espectro operativo del Ejército del Aire y del Espacio.

Hace apenas unos días Airbus confirmó que el primero de los ocho aviones C-295 de búsqueda y salvamento destinados al Ejército del Aire y del Espacio había realizado su primer vuelo industrial en las instalaciones de la compañía en San Pablo (Sevilla), antes de proceder a los tests de sistemas de misión del avión. Las primeras entregas están previstas a partir de 2026.