El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha advertido este viernes de que la economía europea afronta una fase de desaceleración que exige “no relajarse” y mantener la estabilidad financiera como prioridad en un contexto marcado por la persistencia de la inflación y la necesidad de reformas que refuercen la competitividad.

Así lo ha expuesto durante el XXIV Congreso de Directivos CEDE que se celebra en Zaragoza. En su intervención ha alertado de que, pese a cierta moderación de los precios, la situación “sigue siendo compleja”, ha subrayado que la batalla contra la inflación “no está ganada” y que cualquier relajación prematura “podría generar problemas mayores” y ha insistido en que el BCE seguirá actuando con “prudencia” para alcanzar el objetivo del 2 %.

El exministro De Guindos ha reconocido que los indicadores muestran un crecimiento débil y que la política monetaria debe calibrarse con cuidado. “Estamos en un momento delicado”, ha apuntado, porque la economía europea “no puede permitirse errores” y en este sentido ha recalcado que la estabilidad del sistema financiero es “esencial” y que los bancos deben mantener niveles sólidos de capital y provisiones ante un entorno todavía incierto.

Durante su intervención, ha recordado que la subida de tipos ha logrado contener la presión inflacionista, pero ha remarcado que el BCE no tomará decisiones apresuradas. “No hay atajos”, ha dicho de Guindos, quien ha insistido en que la institución actuará según los datos y con la vista puesta en evitar nuevas tensiones.

También ha reconocido que la política monetaria “tiene efectos” sobre familias y empresas, por lo que ha pedido que los gobiernos acompañen el ajuste con reformas estructurales.

En este sentido, ha advertido de que la competitividad europea es uno de los retos más urgentes, para lo que ha reclamado políticas que impulsen la productividad, fomenten la inversión y favorezcan la transición energética, "un marco que dé seguridad y estimule la economía real", en alusión a la importancia de mejorar el clima empresarial y reducir trabas administrativas.

El vicepresidente del BCE ha recordado además que la estabilidad presupuestaria es un elemento clave para sostener la confianza y, ante el regreso de las reglas fiscales europeas, ha defendido que los países deben actuar con “responsabilidad” y evitar desvíos que pongan en riesgo la credibilidad. “La disciplina fiscal no es opcional”, ha advertido De Guindos, quien ha pedido aprovechar los recursos del plan europeo para modernizar la economía.

Aunque su análisis ha tenido un enfoque general sobre la UE, De Guindos también se ha referido al comportamiento de España, del que ha destacado su resistencia, pero ha avisado de que sigue expuesta a los mismos riesgos. En este sentido, ha reconocido que el país necesita “continuar con las reformas” para sostener su crecimiento y prepararse para escenarios menos favorables.

“No podemos bajar la guardia”, ha afirmado, porque en un entorno global volátil la anticipación “marca la diferencia” y es por lo que ha llamado a mantener la vigilancia y a actuar “con serenidad y determinación” para evitar desequilibrios que comprometan la recuperación económica.